Lectura del santo evangelio según san Mateo 22,1-4
A todos los que encontréis, convidadlos a la boda.
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»
PALABRA DE DIOS
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No se puede vivir sin traje de fiesta.Tenemos que estar vestido de la blancura,transparentes y limpios de la gracia de Dios.
En el capítulo anterior, Jesús realiza la purificación del gran Templo de Jerusalén, expulsando a los comerciantes. Los dirigentes judíos entonces le cuestionan: ¿Con qué autoridad haces esto?
Jesús se enfrenta a ellos con tres parábolas demoledoras que hemos estado viendo los últimos domingos y hoy terminamos: la de los dos hijos, la del dueño de la viña, y ésta de la boda del hijo del rey.
Ésta se parece mucho a la anterior, cambiando la imagen de la viña por la de un banquete de bodas. Excepto la parte final, en que Jesús deja de referirse a los dirigentes judíos y se dirige a sus discípulos: todos estamos invitados al Reino (el banquete de bodas del Hijo), pero eso tiene sus exigencias (el traje de fiesta). La fuerza de la advertencia de Jesús es mayor en cuanto dentro de la historia es imposible (como casi todos sus elementos): se le exige un traje de fiesta a un indigente a quien se ha encontrado e invitado cuando pedía en un cruce..
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