POETAS





MANUEL MACHADO

(Sevilla, 1874 - Madrid, 1947) Poeta español. Hermano mayor del gran poeta Antonio Machado, es una figura representativa del espíritu modernista en la poesía española de su época. Su personalidad a la vez cosmopolita y andaluza se plasma en una lírica en la que el gusto modernista coexiste con los motivos populares. (1915), Sevilla y otros poemas (1918), Ars moriendi (1921). Poesías: Opera omnia lírica (1924), Poesías escogidas, Barcelona (1910), Fénix (1936), Cadencias (1947).

JESÚS DEL GRAN PODER
Jesús del Gran Poder, Señor, Dios mío...
Si en medio de la noche sevillana
aparece tu efigie soberana
entre gotas de llanto y de rocío...
Túnicas de seda... Cirios
en hormiguero de estrellas
festoneando el camino...
El azahar y el incienso
embriagan los sentidos...
Ventana que da a la noche
se ilumina de improviso
y en ella una voz—¡saeta!—
canta o llora, que es lo mismo:
«Míralo por dónde viene
el Mejor de los nacidos...»
II
Canto llano... Sentimiento
que sin guitarra se canta.
Maravilla
que por acompañamiento
tiene... la Semana Santa
de Sevilla.
Cantar de nuestros cantares,
llanto y oración. Cantar,
salmo y trino.
Entre efluvios de azahares
tan humano y, a la par,
¡tan divino!
Canción del pueblo andaluz:
... De cómo las golondrinas
le quitaban las espinas
al Rey del cielo en la cruz.






AMADO NERVO

Nació en México, en 1870, y murió en Montevideo (1919).Diplomático de su país en España y Uruguay. Obras poéticas:Perlas negras (1898), Poemas (1901), Los jardines interiores (1905), En voz baja (1900), Serenidad (1914), Elevación (1917), Plenitud (1918), El estanque de los lotos (1919), La amada inmóvil(1920), El arquero divino (1927).


¿LE BUSCAS? ES QUE LE TIENES
Oirás decir frecuentemente a muchos que no encuentran a Dios.
Pregúntales si le buscan y hasta dónde llega su anhelo de hallarle.
Si le buscan con mucho ahínco, tranquilízalos, porque ya le han encontrado...
Dios dice a Pascal en las Meditaciones:
«Consolé toi, tu ne me chercherais pas si tu ne m'avais
trouvé» i.
Pensamiento admirable, capaz de inundar de consuelo 
al espíritu más árido y desolado.
Pensamiento, por otra parte, de una sorprendente exactitud
El que busca, en efecto, a Dios con ahínco es porque le
ama, y el que le ama, ya le posee.
Amar a Dios y poseerle es todo uno.
Por eso el autor de estas líneas ha dicho en unos versos,
glosando la frase del divino pensador francés:
«Alma, sigue hasta el final—en pos del Bien de los bienes—
y consuélate en tu mal—pensando como
Pascal—: «¿Le buscas? ¡Es que le tienes!»



                                  RAMÓN CABANILLAS ENRIQUEZ

Tras abandonar la carrera eclesiástica en Santiago de Compostela, regresó a su pueblo natal, Cambados, donde trabajó como funcionario del Ayuntamiento. Con treinta y cuatro años emigró a Cuba, dónde residió entre 1910 y 1915. Allí conoció a Basilio Álvarez, quien lo ganó para la causa agrarista y a Xosé Fontenla Leal que fue clave para que comenzara a escribir en gallego. En La Habana publicó No desterro (1913) y Vento mareiro (1915).


P A Z
 E a man da paz a santa man que enxoita 
bágoas do dor e sangue da ferida,
 reconforto da alma esmorecida
 pol-os estragos da mundana loita.

E a man da paz a santa man recoita
 que acollé a ovella no breñal perdida
 e pondo os lobos irtos en fuxida
 verte a mel do consolo encol da coita.

 Trouxo, ó baixar do ceo, unha roseira 
da que fixo ó silenzo xardineiro, 
co-a soedades por guión e freirá.

 E a chantóu, con acertó milagreiro,
 na térra máis doada e criandeira:
 o recatado craustro do mosteiro. .  





Juan Ramón Jiménez Mantecón (Moguer, Huelva, 23 de diciembre de 1881 – San Juan, Puerto Rico, 29 de mayo de 1958) fue un poeta español, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956, por el conjunto de su obra, designándose como trabajo destacado de la misma, la narración lírica Platero y yo. Juan Ramón Jiménez nació el 23 de diciembre de 1881 en la casa número dos de la calle de la Ribera de Moguer.  Era hijo de Víctor Jiménez Jiménez, natural de Nestares, la Rioja, y de Purificación Mantecón López-Parejo,  quienes se dedicaban con éxito al comercio de vinos. En 1887 sus padres se trasladan a una antigua casa de la calle Nueva y aprende primaria y elemental en el colegio de Primera y Segunda Enseñanza de San José.   

                                                      ENFERMO
¡Ponlo otra vez, Señor, en pie sobre tu tierra,
y firme, y sonriente, y plácido!
_¡Que no sea este estar tendido, enfermo,
Estar tendido ya por siempre!-
¡Levántale, Señor; torna la sangre
justa a su corazón, el claro ver
a sus ojos, el bello hablar
a su boca; devuélvele
la corriente completa
al cauce exhausto de su pensamiento;
ese sentirse a gusto, ese
no sentirse la vida-y darla toda-,
que es vida plena!
             ¡Ponlo,
Señor, en pie, como me tienes
a mí, como estás Tú!

LO QUE VOS QUERAIS, SEÑOR
Lo que Vos queráis, Señor;
sea lo que Vos queráis.
Si queréis que entre las rosas
ría hacia los matinales
resplandores de la vida,
sea lo que Vos queráis.
si queréis que, entre los cardos,
sangre hacia las insondables
sombras de la noche eterna,
sea lo que Vos queráis.
gracias si queréis que mire,
gracias si queréis cegarme;
gracias por todo y por nada;
sea lo que Vos queráis.
Lo que Vos queráis, Señor;
sea lo que Vos queráis.



                                   ANTONIO MACHADO
Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.



   
                                        PROFESIÓN DE FE

Dios no es el mar, está en el mar, riela
como luna en el agua, o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.

Creó la mar, y nace 
de la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.

Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste,
y para darte el alma que me diste 
en mí te he de crear. Que el puro río 
de caridad que fluye eternamente, 
fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío, 
de una fe sin amor la turbia fuente!


Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867-León, 6 de febrero de 1916), fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, posiblemente, el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas.
                                        
                  Canto de esperanza

Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.

¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
Se han sabido presagios y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno de Cristo.

La tierra está preñada de dolor tan profundo
que el soñador, imperial meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.

Verdugos de ideales afligieron la tierra,
en un pozo de sombra la humanidad se encierra
con los rudos molosos del odio y de la guerra.

¡Oh, Señor Jesucristo! ¡Por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas!

Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida,
que amante de tinieblas tu dulce aurora olvida.

Ven, Señor, para hacer la gloria de Ti mismo;
ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.

Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.

Mi corazón será brasa de tu incensario.


Ramón María del Valle-Inclán nació en Villanueva de Arosa, Pontevedra, el 28 de Octubre de 1866. Su espíritu aventurero lo condujo a México, donde contactó con el modernismo. De vuelta ha España, se instaló en Madrid. Tras vivir en Francia como corresponsal de guerra, volvió a Madrid a ocupar una cátedra en la Escuela de Bellas Artes. Más tarde fue nombrado director de la Academia Española de Roma. En 1935, regresó a Galicia donde murió en Santiago de Compostela el 5 de Enero.


                     
          LA TRAE UN CUERVO
  ¡Tengo rota la vida! En el combate
de tantos años ya mi aliento cede,
y al orgulloso pensamiento abate
la idea de la muerte, que la obsede.

Quisiera entrar en mí, vivir conmigo,
poder hacer la cruz sobre mi frente,
y sin saber de amigo ni enemigo,
apartado, vivir devotamente.

¿Dónde la verde quiebra de la altura
con rebaños y músicos pastores?
¿Dónde gozar de la visión tan pura

que hace hermanas las almas y las flores?
¿Dónde cavar en paz la sepultura
y hacer místico pan con mis dolores?




Joan Maragall, Cant Espiritual. Barcelona: Edicions La Magrana, 1998, pàgs. 814-815. Lugar de nacimiento Barcelona

                Cant Espiritual
Si el món ja és tan formós, Senyor, si es mira
amb la pau vostra a dintre de l’ull nostre,
què més ens podeu dar en una altra vida?

Perxò estic tan gelós dels ulls, i el rostre,
i el cos que m’he donat, Senyor, i el cor
que s’hi mou sempre... i temo tant la mort!

¿Amb quins altres sentits me’l fareu veure
aquest cel blau damunt de les muntanyes,
i el mar immens, i el sol que pertot brilla?
Deu-me en aquests sentits l’eterna pau
i no voldré més cel que aquest cel blau.

Aquell que a cap moment li digué «─Atura’t»
sinó al mateix que li dugué la mort,
jo no l’entenc, Senyor; jo, que voldria
aturar a tants moments de cada dia
per fé’ls eterns a dintre del meu cor!...
O és que aquest «fer etern» és ja la mort?
Mes llavores, la vida, què seria?
¿Fóra només l’ombra del temps que passa,
i la il·lusió del lluny i de l’a prop,
i el compte de lo molt, i el poc, i el massa,
enganyador, perquè ja tot ho és tot?

Tant se val! Aquest món, sia com sia,
tan divers, tan extens, tan temporal;
aquesta terra, amb tot lo que s’hi cria,
és ma pàtria, Senyor: i ¿no podria
esser també una pàtria celestial?
Home só i és humana ma mesura
per tot quant puga creure i esperar:
si ma fe i ma esperança aquí s’atura,
me’n fareu una culpa més enllà?
Més enllà veig el cel i les estrelles,
i encara allí voldria esser-hi hom:
si heu fet les coses a mos ulls tan belles,
si heu fet mos ulls i mos sentits per elles,
per què aclucà’ls cercant un altre com?
Si per mi com aquest no n’hi haurà cap!
Ja ho sé que sou, Senyor; pro on sou, qui ho sap?
Tot lo que veig se vos assembla en mi...
Deixeu-me creure, doncs, que sou aquí.
I quan vinga aquella hora de temença
en què s’acluquin aquests ulls humans,
obriu-me’n, Senyor, uns altres de més grans
per contemplar la vostra faç immensa.
Sia’m la mort una major naixença!


MIGUEL DE UNAMUNO
Fue Miguel de Unamuno (1864-1936) un pensador radical que vertió su preocupación existencial a través de todas las expresiones escritas: la poesía, el artículo periodístico, la novela, el cuento, el ensayo y el teatro. Lugar de nacimiento Bilbao

SALMO I
Exodo XXXIII 20
 Señor, Señor, ¿por qué consientes
que te nieguen ateos?
¿Por qué, Señor, no te nos muestras
sin velos, sin engaños?
¿Por qué, Señor, nos dejas en la duda,
duda de muerte?
¿Por qué te escondes?
¿Por qué encendiste en nuestro pecho el ansia
de conocerte,
el ansia de que existas,
para velarte así a nuestras miradas?
¿Dónde estás, mi Señor; acaso existes?
¿Eres tú creación de mi congoja,
o lo soy tuya?
¿Por qué Señor nos dejas
vagar sin rumbo
buscando nuestro objeto?
¿Por qué hiciste la vida?
¿Qué significa todo, qué sentido
tienen los seres?
¿Cómo del poso eterno de las lágrimas,
del mar de las angustias,
de la herencia de penas y tormentos
no has despertado?
Señor, ¿por qué no existes?
¿Dónde te escondes?
¡Te buscamos y te hurtas,
te llamamos y callas,
te queremos y Tú, Señor, no quieres
decir: vedme, mis hijos!
Una señal, Señor, tan sólo,
una que acabe
con todos los ateos de la tierra;
una que dé sentido
a esta sombría vida que arrastramos.
¿Qué hay más allá, Señor, de nuestra vida?
¡Si Tú, Señor, existes,
di por qué y para qué, di tu sentido!,
di por qué todo!
¿No pudo bien no haber habido nada
ni Tú, ni mundo?
¡Di el porqué del porqué, Dios de silencio!
Está en el aire todo,
no hay cimiento ninguno
y todo vanidad de vanidades.
“Coge el día”, nos dice
con mundano saber aquel romano
que buscó la virtud fuera de extremos,
medianía dorada
e ir viviendo… ¿qué vida?
“¡Coge el día!”, y nos coje
ese día a nosotros,
y así esclavos del tiempo nos rendimos.
¿Tú, Señor, nos hiciste
para que a ti te hagamos,
o es que te hacemos
para que Tú nos hagas?
¿Dónde está el suelo firme, dónde?
¿Dónde la roca de la vida, dónde?
¿Dónde está lo absoluto?
¡Lo absoluto, lo suelto, lo sin traba
no ha de entrabarse
ni al corazón ni a la cabeza nuestras!
Pero… ¿es que existe?
¿Dónde hallaré sosiego?
¿Dónde descanso?
¡Fantasma de mi pecho dolorido;
proyección de mi espíritu al remoto
más allá de las últimas estrellas;
mi yo infinito;
sustanciación del eternal anhelo;
sueño de la congoja;
Padre, Hijo del alma;
oh, Tú, a quien negamos afirmando
y negando afirmamos,
dinos si eres!
¡Quiero verte, Señor, y morir luego,
morir del todo;
pero verte, Señor, verte la cara,
saber que eres!
¡Saber que vives!
Mirame con tus ojos,
ojos que abrasan;
¡mirame y que te vea!
¡Que te vea, Señor, y morir luego!
Si hay un Dios de los hombres,
¿el más allá qué nos importa, hermanos?
¡Morir para que Él viva,
para que Él sea!
Pero, Señor, “¡yo soy!”, dinos tan sólo,
dinos “¡yo soy!” para que en paz muramos,
no en soledad terrible,
¡sino en tus brazos!
¡Pero dinos que eres,
sácanos de la duda
que mata al alma!
Del Sinaí desgarra las tinieblas
y enciende nuestros rostros
como a Moisés el rostro le encendiste;
baja, Señor, a nuestro tabernáculo,
rompe la nube,
desparrama tu gloria por el mundo
y en ella nos anega;
¡que muramos, Señor, de ver tu cara,
de haberte visto!
“Quien a Dios ve se muere”,
dicen que has dicho Tú, Dios de silencio;
¡que muramos de verte
y luego haz de nosotros lo que quieras!
¡Mira, Señor, que va a rayar el alma
y estoy cansado de luchar contigo
como Jacob lo estuvo!
¡Dime tu nombre!,
¡tu nombre, que es tu esencia!,
¡dame consuelo!,
¡dime que eres!
¡Dame, Señor, tu Espíritu divino,
para que al fin te vea!
El espíritu todo lo escudriña
aun de Dios lo profundo.
Tú sólo te conoces,
Tú sólo sabes que eres.
¿Decir “yo soy!” quién puede a boca llena
si no Tú sólo?
Dinos “yo soy!”, Señor, que te lo oigamos,
¡sin velo de misterio,
sin enigma ninguno!
Razón del Universo, ¿dónde habitas?
¿Por qué sufrimos?
¿Por qué nacemos?
Ya de tanto buscarte
perdimos el camino de la vida,
el que a ti lleva
si es, oh mi Dios, que vives.
Erramos sin ventura
sin sosiego y sin norte,
perdidos en un nudo de tinieblas,
con los pies destrozados,
manando sangre,
desfallecido el pecho,
y en él el corazón pidiendo muerte.
Ve, ya no puedo más, de aquí no paso,
de aquí no sigo,
aquí me quedo,
yo ya no puedo más, ¡oh Dios sin nombre!
Ya no te busco,
ya no puedo moverme, estoy rendido;
aquí, Señor, te espero,
aquí te aguardo,
en el umbral tendido de la puerta
cerrada con tu llave.
Yo te llamé, grité, lloré afligido,
te di mil voces;
llamé y no abriste,
no abriste a mi agonía;
aquí, Señor, me quedo,
sentado en el umbral como un mendigo
que aguarda una limosna;
aquí te aguardo.
Tú me abrirás la puerta cuando muera,
la puerta de la muerte,
y entonces la verdad veré de lleno,
sabré si Tú eres
o dormiré en tu tumba. 

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