lunes, 30 de septiembre de 2019

Nuevas ordenaciones en la catedral de Córdoba

La diócesis de Córdoba cuenta dos nuevos sacerdotes. Ángel Jesús Maíz Tejero y Diego Fernando Figueroa Cabrera son los nuevos presbíteros de la diócesis de Córdoba. Ambos han recibido el sacramento del orden de manos del Obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, en la Santa Iglesia Catedral

La diócesis de Córdoba cuenta desde este sábado con dos nuevos sacerdotes: Ángel Jesús Maíz Tejero y Diego Fernando Figueroa Cabrera, quienes han recibido el grado del orden sacerdotal por el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, en la Santa Iglesia Catedral.

En la celebración, los nuevos presbíteros han estado acompañados por el rector y formadores de los dos Seminarios, el Seminario Conciliar ‘San Pelagio’ y el Redemptoris Mater ‘San Juan de Ávila’, así como por sus compañeros seminaristas, gran parte del clero cordobés, sus familiares y amigos.

En la homilía, el Obispo ha recordado el significado del orden sacerdotal manifestando que “es Jesucristo quien llama”. “La vocación es un regalo de Dios y le damos gracias a Él por este regalo que hace a la Iglesia y a vosotros mismos”, ha indicado al tiempo que recordaba que este día “es una fiesta de gozo y júbilo” para la Diócesis.

El prelado también ha querido resaltar a los dos jóvenes presbíteros que “la vocación es de Dios y si es de Él y lo ha certificado la Iglesia, no mires para otro lado en ningún momento de tu vida”. Al hilo de esto, ha pedido que “el Señor os mantengan fieles en su santo servicio durante toda la vida. No traiciones nunca ni a Dios ni a la Iglesia”.

Asimismo, Mons. Demetrio Fernández ha hecho hincapié en la importancia de la humildad y la oración en la vida de un sacerdote: “No puedes cumplir la respuesta a esta vocación si no es en el amor, la humildad, la perseverancia y el cuidado de la oración. La iglesia os pone muchos medios para que viváis de la eucaristía, celébrala todos los días de tu vida como lo manda Dios y la Iglesia”. Finalmente, ha instado a los nuevos presbíteros a vivir con el corazón consagrado al Señor en el celibato, cuidando este don especial que han recibido.

Posteriormente, los nuevos sacerdotes formularon las promesas de colaborar con el Sr. Obispo, predicar la Palabra, celebrar piadosamente la Eucaristía, orar perseverantemente y unirse cada día más a Cristo. 

Primeras misas

En los próximos días celebrarán su primera misa solemne. Ángel Jesús Maíz lo hará en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Cabra, el sábado 5 de octubre, a las doce de la mañana. Mientras que Diego Fernando Figueroa lo hará en la parroquia de la Sagrada Familia de Córdoba, el domingo 29 de septiembre, a las doce de la mañana.

De esta forma, los nuevos ordenandos, que ya conocieron sus primeros destinos pastorales en el mes de junio, continuarán con su labor pastoral encomendada. Ángel Jesús en las parroquias de «Ntra. Sra. de la Anunciación» y de «San Juan Bautista» de Belmez y de «Ntra. Sra. de los Reyes» del Hoyo del Belmez y a las parroquias de «Santa Bárbara» de Ojuelos Altos, de «Santa Elena» de la Cardenchosa, del «Espíritu Santo» de Posadilla y a Navalcuervo, Los Pánchez y El Alcornocal. Y Diego Fernando en la parroquia de «San Mateo Apóstol» de Lucena.

Córdoba, 28 de septiembre de 2019.-

domingo, 29 de septiembre de 2019

ÁNGELUS DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

Deseo saludar a todos los que han participado en este momento de oración, con quienes hemos renovado la atención de la Iglesia a las diferentes categorías de personas vulnerables en movimiento. En unión con los fieles de todas las diócesis del mundo , celebramos el Día Mundial de los Migrantes y Refugiados , para reafirmar la necesidad de que nadie sea excluido de la sociedad, ya sea un ciudadano residente de larga data o un recién llegado.

Para enfatizar este compromiso, pronto inauguraré la escultura que tiene como tema estas palabras de la Carta a los Hebreos: «No olviden la hospitalidad; algunos, practicándolo, sin saberlo, aceptaron ángeles "(13.2). Esta escultura, en bronce y arcilla, representa a un grupo de migrantes de diversas culturas y diferentes períodos históricos. Quería este trabajo artístico aquí en la Plaza de San Pedro, para recordarles a todos el desafío evangélico de la hospitalidad.

Mañana, lunes 30 de septiembre, se abrirá una reunión de diálogo nacional en Camerún para buscar una solución a la difícil crisis que ha afectado al país durante años. Sintiéndome cerca de los sufrimientos y las esperanzas del querido pueblo camerunés, invito a todos a rezar para que este diálogo sea fructífero y conduzca a soluciones de paz justa y duradera, en beneficio de todos. María, reina de la paz, intercede por nosotros.

Una vida disoluta conduce a la perdición eterna, por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández

Recibimos la incitación permanente a “vivir bien”, entendiendo por ello una vida regalada en la que no nos falte de nada y en la que estén satisfechas todas nuestras apetencias. Nos lo dice el mundo de nuestro entorno, nos lo pide el cuerpo, y nos lo sugiere de una u otra manera el mismo demonio. Y por esa vida optó el personaje del relato evangélico de este domingo, Epulón el rico (Lc 16,19-31). Vestía refinadamente y banqueteaba a diario, se daba a la buena vida. A su lado estaba el pobre Lázaro, enfermo y hambriento, que ni siquiera podía saciarse de lo que le sobrada al rico.

La primera desgracia del rico Epulón es la de plantear la vida para disfrutar de todos sus placeres. Y los placeres de esta vida se acaban antes o después, no son eternos. De ello tendremos que dar cuenta ante Dios. Y la otra desgracia de Epulón es la de haber cerrado su corazón a las necesidades de los pobres de su entorno, no había percibido la pobreza de Lázaro, y eso que lo tenía a la puerta de su casa. Se había ido estrechando cada vez más su capacidad de amar.

La vida que continúa después de la muerte pone las cosas en su sitio, y a la luz de esa última realidad hemos de vivir la vida presente. Sucedió que ambos murieron y Lázaro fue a gozar de Dios para siempre, mientras que Epulón sufrió los tormentos que él mismo se había fraguado en su vida terrena. Porque el infierno no es castigo independiente de esta vida terrena. El infierno consiste en no poder amar. El corazón humano que está hecho para amar y ser amado se encuentra con que se le han cerrado todas las posibilidades, y ese será su tormento eterno, no poder amar aunque quiera y no poder ser amado por nadie.

Varias lecciones nos da Jesús con esta parábola. En primer lugar, que la vida no es para disfrutarla sin medida. Estamos hechos para la felicidad, sí; pero no para esa vida sensual, que nos va disolviendo en vez de construirnos. Pasarlo bien, disfrutar de los placeres de este mundo, darse la “buena vida” no conduce a nada bueno, además de que crea adicciones insaciables. Al contrario, nos va cerrando el corazón y no va haciendo incapaces de amar. Por el contrario, las penas de cada día aceptadas con humildad y ofrecidas con amor, nos ensanchan el corazón y nos hacen capaces de disfrutar ya desde ahora de la felicidad que Dios nos tiene preparada y que nunca acaba.

Y en segundo lugar, una vida disoluta nos hace desentendernos de los demás. Sólo piensa en sí mismo, no le conmueven las necesidades de los demás, se hace insolidario. Si el rico Epulón hubiera abierto los ojos a los pobres de su entorno, hubiera detenido su mala marcha mucho antes. El contacto con los pobres nos abre a la verdad de nosotros mismos, los pobres nos evangelizan al recordarnos que nosotros también somos necesitados y al ponernos delante de los ojos personas y situaciones que nos conmueven y nos sacan de nuestros esquemas. Compartir las penas de los demás nos hace más humanos, más solidarios, nos hace bien al sacarnos de nuestro egoísmo.

Pobres y ricos. No están en el mundo para contraponerlos, ni para enfrentarlos, ni para enzarzar a unos contra otros en lucha dialéctica tan frecuente en nuestro tiempo. El mundo no se arregla por la vía del enfrentamiento, del odio o de la lucha de clases. Lo único que renovará el mundo es el amor. Acercarse a los pobres es un imperativo del amor cristiano.

Jesucristo siendo rico se ha hecho pobre para enriquecernos con su pobreza (cf 2Co 8,9), y lo ha hecho por amor. Ese camino nuevo, que Jesús ha inaugurado, nos invita a recorrerlo con él, el camino del amor, que se acerca a los pobres en actitud de humildad y despojamiento para servirlos. Cuánto bien nos hacen los pobres, si no los miramos como rivales o desde arriba, sino abajándonos como ha hecho nuestro Señor. El acercamiento a los pobres nos abre el horizonte de la vida eterna, la cerrazón a los pobres nos lleva a la perdición.

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

viernes, 27 de septiembre de 2019

«Sin sanar las heridas no se puede evangelizar»

El Congreso de Evangelización de la diócesis de Getafe busca traducir el lema del centenario de la consagración al Sagrado Corazón, Sus heridas nos han curado, en iniciativas misioneras que lleguen al día a día de las parroquias

Hace un tiempo, el abogado Jesús Martín comenzó a intentar ayudar a personas que sufrían por el fallecimiento de un ser querido. La inquietud le surgió por la muerte súbita de su hermano David a los 29 años, hace seis, y la de su padre hace tres; y por la extensa labor de un tío suyo, el religioso camilo Mateo Bautista, acompañando casos de duelo en Sudamérica. Cuando Martín se enteraba de algún caso en su entorno o en su parroquia, San Vicente de Paúl de Valdemoro (Madrid), estaba pendiente de hablar con esa persona de vez en cuando. Pero se dio cuenta de que su labor, como la de la mayoría de sacerdotes en esos casos, era insuficiente. Había que hacer más; y desde la parroquia.

«Cuando a algún feligrés se le muere alguien –razona Martín–, acude a ella para las exequias, pero también buscando apoyo. Y el cura puede darlo de forma puntual, pero es complicado que desarrolle un acompañamiento prolongado. Puede consolar», pero hace falta algo más para sanar. Compartió esta inquietud con su párroco, y así nació la idea de crear los Grupos de Duelo. En un año, y con el asesoramiento del padre Bautista, se han extendido a otras dos localidades de la diócesis de Getafe: Leganés y Ciempozuelos.

Esta iniciativa nace de la convicción de que la fe no basta para sanar el desgarro que causa un fallecimiento. Por mucho que el creyente sepa que esa persona vive, «me falta a mi lado, me falta oírle, llamarle, meterme en la cama con él». A este dolor se suman otros, como la percepción de falta de apoyo de los demás. Pero con un acompañamiento adecuado y «desde la fe se puede confrontar esta herida, sanarla y sentir el amor de Dios. La trascendencia no sana, pero sí ver el amor de Dios en esa situación». Un proceso en el que «siempre se crece».

Durante un curso escolar, en reuniones semanales, los participantes rezan juntos y van abordando temas como el sentimiento de culpa o el resentimiento, los problemas de autoestima, los porqués, la comunicación con la familia o el lenguaje del duelo, importante para uno mismo y también para enseñar a los demás a evitar expresiones que, aunque bienintencionadas, hacen daño. «Estamos cómodos porque podemos compartir sentimientos con personas que nos comprenden, mientras otros no saben cómo acercarse a nosotros. Al principio las reuniones son más intensas, de desahogo. Luego se va creando una complicidad… y alguna vez hemos acabado a carcajadas», comparte Martín. Pero también matiza que este formato «no sustituye al apoyo profesional» cuando este es necesario.

Los Grupos de Duelo son una de las experiencias que se presentarán este fin de semana durante el Congreso de Evangelización que la diócesis madrileña celebra en el cerro de los Ángeles, y que contará con la presencia, entre otros, del cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; del obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, y del director de cine Juan Manuel Cotelo.

Jesús Martín explica que el proyecto que él coordina en Valdemoro, además de acompañar a personas en duelo, puede ayudar a que personas con una fe tibia la fortalezcan, al conocer a otros que siguen amando y confiando en Dios a pesar de pasar por una experiencia tan difícil. De hecho, ya ha ocurrido que «algunos de los participantes del año pasado se han vinculado mucho más a la parroquia». Además, es también un revulsivo para que las iglesias asuman su papel de ser comunidad que acoge.


El Grupo de Duelo de la parroquia San Isidro Labrador, de Leganés. Foto: Cruz Gonzalo

Un Cristo que ama con corazón humano

Los Grupos de Duelo son solo una de varias experiencias parecidas que se van a compartir en el encuentro, y que se centran en la sanación después de distintas situaciones. Además de experiencias veteranas como la pastoral de la salud o penitenciaria, estarán presentes el grupo Betania, para personas que han sufrido una ruptura matrimonial, o la comunidad del Cenáculo. Algunos de sus miembros, personas en rehabilitación de diversas adicciones, ofrecerán su testimonio a los jóvenes.

Este enfoque –explica Francisco Javier Mairata, uno de los vicarios generales de Getafe y director del congreso– se debe a que el encuentro se enmarca en el centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, cuyo lema es Sus heridas nos han curado. Esto implica, en primer lugar, insistir en que «no anunciamos un método o una ideología, sino la experiencia real de Cristo resucitado» que «nos ama con corazón humano. Por tanto, se hace presente en todas las situaciones humanas». Y, dentro de ellas, se ha querido prestar una especial atención a esas heridas que surgen en el corazón del hombre y a cómo la Iglesia puede ayudar a sanarlas. «Sin mirarlas no se puede evangelizar, porque entonces no estaremos dando una respuesta real a lo que el corazón necesita».

Estas experiencias –continúa– se caracterizan por que en ellas «hay una conciencia muy clara de la acción del Espíritu Santo» y por que sus protagonistas son laicos que se ayudan unos a otros. A diferencia de un enfoque centrado en la autoayuda, que predica que «lo tienes todo dentro de ti», aquí se sabe que «es Cristo el que sana». «Encontrar esa sanación hace posible la ayuda mutua, y te convierte en evangelizador».

Cotidianizar la misión

El Congreso de Evangelización terminará, el domingo, con la presentación del Plan Diocesano de Evangelización; un paso más en el camino iniciado en 2007 con la Misión Joven y que continuó en 2015 y 2016 con la Gran Misión con motivo del 25º aniversario de la diócesis. El plan, de tres años, nace de «la necesidad de plasmar lo que se vivió entonces en algo muy concreto», y más integrado en la realidad cotidiana de la Iglesia, hasta llegar a pie de parroquia y de movimiento.

Hubo un momento, recuerda el vicario general, en el que al hablar sobre evangelización se aludía sobre todo a iniciativas extraordinarias o con mucha visibilidad. Esta forma de evangelizar, aún necesaria, «más que a quien le llega ayuda al evangelizador a tomar conciencia de que también hace falta que sea misionero en su día a día… donde es más difícil que con un desconocido».

Y, efectivamente, esta inquietud se ha ido despertando. «Muchas parroquias empezaron a implantar propuestas de las que se habló» en la Gran Misión y en el primer Congreso de Evangelización que tuvo lugar dentro de ella. Este segundo congreso, y el itinerario de tres años que abre, pretende avanzar en esta cotidianización de la misión.

Comenzará con un primer año dedicado a la caridad, en el que se seguirá mirando a realidades de dolor en la diócesis: cárceles, hospitales, y el mundo de la inmigración, una realidad intrínsecamente unida a esta Iglesia local del sur de Madrid. Estas personas, tanto las que vienen de países donde se vive la fe pero aquí se alejan al sumergirse «en un modo de vida centrado en sacar adelante a su familia», como los que no son cristianos, «tienen que ser atendidos de un modo específico, especializado», subraya el padre Mairata. Una labor que también es evangelización. «A veces tenemos una mirada demasiado dialéctica, pero la Iglesia es muy rica. Unos se dedican más a unas cosas y otros a otras, pero no deben olvidar lo demás».

María Martínez López

Domingo XXVI (Ciclo C) del tiempo ordinario

Evangelio (Lc 16,19-31): En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Había un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico, pero nadie se lo daba. Hasta los perros venían y le lamían las llagas.

»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.

»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’».
PALABRA DE DIOS

COMPARTIMOS:

Hoy, Jesús nos encara con la injusticia social que nace de las desigualdades entre ricos y pobres. Como si se tratara de una de las imágenes angustiosas que estamos acostumbrados a ver en la televisión, el relato de Lázaro nos conmueve, consigue el efecto sensacionalista para mover los sentimientos: «Hasta los perros venían y le lamían las llagas» (Lc 16,21). La diferencia está clara: el rico llevaba vestidos de púrpura; el pobre tenía por vestido las llagas.

La situación de igualdad llega enseguida: murieron los dos. Pero, a la vez, la diferencia se acentúa: uno llegó al lado de Abraham; al otro, tan sólo lo sepultaron. Si no hubiésemos escuchado nunca esta historia y si aplicásemos los valores de nuestra sociedad, podríamos concluir que quien se ganó el premio debió ser el rico, y el abandonado en el sepulcro, el pobre. Está claro, lógicamente.

La sentencia nos llega en boca de Abraham, el padre en la fe, y nos aclara el desenlace: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males» (Lc 16,25). La justicia de Dios reconvierte la situación. Dios no permite que el pobre permanezca por siempre en el sufrimiento, el hambre y la miseria.

Este relato ha movido a millones de corazones de ricos a lo largo de la historia y ha llevado a la conversión a multitudes, pero, ¿qué mensaje hará falta en nuestro mundo desarrollado, hiper-comunicado, globalizado, para hacernos tomar conciencia de las injusticias sociales de las que somos autores o, por lo menos, cómplices? Todos los que escuchaban el mensaje de Jesús tenían como deseo descansar en el seno de Abraham, pero, ¿cuánta gente en nuestro mundo ya tendrá suficiente con ser sepultados cuando hayan muerto, sin querer recibir el consuelo del Padre del cielo? La auténtica riqueza es llegar a ver a Dios, y lo que hace falta es lo que afirmaba san Agustín: «Camina por el hombre y llegarás a Dios». Que los Lázaros de cada día nos ayuden a encontrar a Dios.

San Cosme y San Damián


San Cosme y San Damián,lograban curar las dolencias, fueran estas las que fuesen, no sólo a las personas sino también a los animales.

El Museo de Navarra, precisamente en el recinto que fuera la capilla del antiguo Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, conserva una joya pictórica de gran importancia para la fe de los fieles católicos. Se trata de una “tabla renacentista” que muestra el milagro del trasplante de una pierna realizado por los santos Cosme y Damián.

Ambos hermanos, gemelos, nacieron en Arabia el siglo III d.C. y fueron educados en la fe cristiana. Los cronistas e historiadores refieren su permanente preocupación por los pobres y enfermos a quienes ayudaban invocando al Espíritu Santo y llevándolos a la fe. Se les atribuyen muchos milagros en un apostolado que desplegaron hasta sufrir el martirio por decapitación ordenado por Lisias, gobernador de Cilicia.

Habrían sido enterrados en Ciro, ciudad de Siria, cerca de Alepo.

Años después de su muerte, así narra en su libro “La Leyenda Dorada” el historiador del medioevo Jacopo della Voragine (Santiago de la Vorágine), las virtudes de los santos gemelos…   

“Los dos se dedicaron al arte de la medicina y, ayudados por el Espíritu Santo, adquirieron tal habilidad y competencia en el desempeño de su profesión, que lograban curar las dolencias, fueran estas las que fuesen, no sólo a las personas sino también a los animales”. 

Tras haber padecido el martirio muchos les atribuyen y agradecen su mediación. Precisamente la Tabla que guarda el Museo de Navarra muestra uno de los más conocidos milagros atribuidos a los santos Cosme y Damián.

Se trata del trasplante al sacristán de una parroquia que llevaba sus nombres. El pobre hombre tenía la pierna corroída por un cáncer con metástasis. Oraba clamando al Espíritu Santo ayuda e invocó la mediación de sus santos protectores.

Cuenta la tradición oral registrada en libros y obras de arte que Cosme y Damián no sólo le escucharon sino que se hicieron visibles ante el enfermo mientras dormía, provistos de medicinas e instrumentos necesarios para operarle. Tras extraer la pierna a una persona de otra raza que acababa de fallecer, se la injertaron con éxito al sacristán quien al volver en sí alababa a Dios por el milagro de su curación.

El momento en que se aparecen e intervienen ante el lecho del enfermo es una de las formas habituales de representar a San Cosme y San Damián, dos de los santos mediadores de gracias de sanación más populares entre los fieles devotos. Son patrones de los médicos, cirujanos, boticarios, barberos y hospitales.

Oración a los Santos Cosme y Damián

Oh, Santos Cosme y Damián, a quien veneramos con toda humildad y afecto interior de nuestro corazón, los invocamos en este momento, gloriosos mártires de Jesucristo, quienes durante su vida ejercieron el arte de sanar con admirable caridad y sacrificio, sanando lo incurable y enfrentándose a enfermedades peligrosas, no contando tanto con la ayuda de la medicina y sus propias habilidad, sino por la invocación del poderoso nombre de Jesucristo.

Ahora que ustedes, están más cerca de la Gloria de Dios en el cielo, concédannos su misericordiosa mirada sobre nuestras almas miserables y afligidas; y fijen su atención en los muchos males que nos oprimen, las enfermedades espirituales y corporales que nos rodean. Intercedan pronto por nosotros, en cada necesidad y cada dificultad

Nosotros no pedimos sólo por nosotros mismos, sino también por cada uno de nuestros parientes, familiares, amigos y enemigos, de modo que, siendo restaurados en la salud del alma y el cuerpo, podamos dar gloria a Dios, y agradecer a ustedes, nuestros santos protectores. Amén

jueves, 26 de septiembre de 2019

Oro, uranio y violencia en Burkina Faso

Desde hace tiempo, se rumorea que en Burkina Faso hay petróleo y uranio. No hace mucho la agencia de noticias Reuters se hacía eco de ello y afirmaba que aunque no había nada confirmado, los indicios encontrados eran bastantes prometedores. La zona de Nouna, en el oeste, y Essakane, en el norte, serían los lugares donde se habrían descubierto las pruebas de estos recursos, respectivamente.
Además, el pasado mes de febrero, tras una investigación geológica el Consejo de Ministros burkinés confirmó la presencia de petróleo y uranio en la zona de Bumigeb. Ahora, con fondos del Banco Mundial, la compañía canadiense Geotech Aero, ha realizado un mapeo aéreo y señalado varias áreas identificadas como lugares con «un alto grado» de minerales. Si esto se materializase podría suponer un fuerte empujón para la deteriorada economía del país. El problema radicará, como tantas otras veces, en la explotación de estos recursos

Siempre se consideró a Burkina Faso como un Estado pobre en materias primas. Lejos quedan los tiempos en los que el siempre recordado presidente Thomas Sankara, llamaba al algodón el oro blanco de país. Entonces, las exportaciones de ese producto representaban el 57% de todas las de Burkina Faso. Pero de repente se descubrió oro y las cosas empezaron a cambiar. A partir de 2009, el oro amarillo tomó el relevo. En la actualidad, este metal representa algo más del 5% del PIB burkninés. Y a pesar de ello, todavía es uno de los países más pobres de África (puesto 183, de 189, en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas 2018).

La explotación del oro es un ejemplo de cómo los recursos naturales no contribuyen realmente a la mejora económica de Burkina Faso. En el país existen unas 200 unidades mineras artesanas reconocidas oficialmente. En una unidad operan varios mineros a título individual. Junto a ellas hay otras 27 unidades semimecanizadas. Todas juntas producen alrededor de 500 kilos de oro al año. Pero la mayoría del oro que se extrae en el país se hace de forma ilegal, de forma artesanal. Se estima que en toda Burkina existen más de 600 unidades clandestinas. Algunas fuentes calculan que en estas explotaciones se extraen más de 20 toneladas de oro al año. Evidentemente, las perdidas son enormes para la economía nacional.

En los últimos años grandes compañías transnacionales han conseguido los derechos de explotación de los yacimientos auríferos de Burkina Faso. La última en entrar en este campo ha sido la australiana Arrow Minerals, que ha llegado a un acuerdo para adquirir Boromo Gold, una compañía privada que posee diez concesiones para explotar yacimientos de oro por todo Burkina, informaba la Agencia Ecofin.

Las compañías extranjeras pocas veces invierten en el país del que extraen las materias primas y repatrian la mayoría de sus ganancias. En definitiva, aportan pocos beneficios a la economía local y no generan riqueza.

Los estudios geológicos y aéreos también han identificado otras zonas que podrían ser ricas en vanadio, titanio, hierro o kimberlita. Además, señalan dos nuevas localizaciones donde podría encontrarse uranio: Sebba (noreste) y Touandeni (noreste), ambas en el Sahel.

Curiosamente, estas noticias coinciden con un gran deterioro de la situación de seguridad en el país. Grupos armados controlan parte del territorio y son frecuentes los atentados, especialmente en el norte y el centro del país. Ya se sabe que en África no es extraño que recursos naturales y violencia vayan de la mano.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

¿Es razonable ser creyente?

La pregunta sobre Dios sigue estando de actualidad. Sigue interesando. Es una cuestión que interpela desde siempre al hombre, que planea sobre él desde que es consciente de su propia existencia, desde que empieza a pensar y se interroga sobre su origen, su destino final y sus motivaciones.

¿Por qué creer? ¿Para qué sirve creer? ¿Está el creyente mejor preparado ante los grandes problemas de la vida, para hacer frente al enigma del mal y de la muerte? ¿Por qué creer en la Iglesia? ¿Cuál es la verdad sobre las páginas más difíciles de su historia? ¿Debe aceptarse todo lo que dice sobre ética sexual? Estas líneas tratan de dar respuesta a esas y otras muchas preguntas. Pretenden aportar un poco de luz a todas esas cuestiones. Una luz procedente del sentido común, de lo que enseñan el entendimiento y el corazón, para ayudar al hombre a encontrar razones para vivir con paz y esperanza. No tienen tampoco pretensiones de erudición. No es un texto de teología, ni pretende ser tampoco un tratado doctrinal. No busca acumular argumentos o razones filosóficas, sino más bien dar unas respuestas breves y sencillas, sin otro mérito, quizá, que el de haber sido contrastadas en conversaciones con personas muy diversas.

Las ideas se presentan en forma de diálogo con un interlocutor preocupado por su propia fe, o por la de sus hijos, o por la de un pariente, o un amigo. Como un rato de conversación con alguien que no tiene fe, o que quizá la tiene, pero a veces siente que flaquea, o ve cómo flaquea en otros, y no encuentra respuesta adecuada a sus preguntas.

No es un conjunto de recetas de folletín para problemas serios. Los temas son suficientemente difíciles como para guardarse de reduccionismos o simplezas. Es un libro que quiere llevar a pensar y a hacer pensar. Un libro para leer quizá despacio, más que de un tirón. Para darlo a leer, y servir de punto de arranque a nuevas reflexiones y comentarios.

La fe es suficientemente oscura como para que la adhesión del espíritu sea libre y, al tiempo, es suficientemente clara como para que dicha adhesión sea razonable. Ese claroscuro –que está en la naturaleza misma de las cosas– hace que una conversación sobre la fe no sea como hablar de una ciencia de carácter matemático, ni como una pugna en la que se pretende convencer al otro con las armas de la simple dialéctica.

Una conversación sobre la fe ha de ser como un intercambio de impresiones con el que se busca avanzar en el camino de la búsqueda de la verdad. Y el hecho de que estés ahora leyendo estos textos demuestra que te das cuenta de la necesidad que todos tenemos de reflexionar sobre Dios a la hora de encontrar un sentido para nuestras vidas.

 AUTOR: Afonso aguiló

Greta Thunberg: el desafiante discurso de la adolescente sueca ante los líderes mundiales en la cumbre del clima de la ONU

La adolescente sueca Greta Thunberg sacudió la apertura de la cumbre del clima en las Naciones Unidas, al acusar a los líderes mundiales de omisión y traición frente al cambio climático.

"Nos están fallando. Pero los jóvenes están empezando a entender su traición", advirtió Thunberg, de 16 años, con discurso en el que parecía a la vez enojada y emocionada.

La Cumbre de Acción del Clima convocada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reúne en Nueva York a unos 60 líderes de diferentes países que han prometido profundizar sus planes contra las emisiones de gases de efecto invernadero.
El objetivo más ambicioso es evitar que el aumento de la temperatura global por esas emisiones sea menor a 1,5 grados respecto a los registros previos a la era industrial, para lo cual la ONU advirtió que se precisa un compromiso global mucho mayor.

"El cambio climático se está acelerando y en una dirección muy peligrosa": el informe científico que alerta de cifras récord en el calentamiento global
Una de las condiciones que puso Guterres para que presidentes, primeros ministros, empresarios y otros líderes hablen en la cumbre era que presentaran planes de acción concretos para detener las emisiones de carbono.

martes, 24 de septiembre de 2019

León: fiesta de la Virgen de la Merced en el centro penitenciario

El vicario general de León de León, Florentino Alonso, presidirá mañana martes día 24, fiesta de Nuestra Señora de la Merced, a partir de las 12,00 horas en el Centro Penitenciario de Villahierro-Mansilla de las Mulas la eucaristía en la jornada de la patrona de las instituciones penitenciarias. Con esta misa la Diócesis lleva al Centro Penitenciario el mensaje del curso pastoral que acaba de comenzar y tenía un hito destacado en la XVIII Semana de Pastoral en la que se ha destacado el protagonismo de los seglares en la acción de la Iglesia de León, con un subrayado especial en la preparación el próximo Congreso Nacional de Laicos “Pueblo de Dios en salida” para orientar la acción pastoral en una línea de marcado acento misionero, que tiene una referencia destacada en la labor eclesial que se realiza en el Centro Penitenciario de Villahierro. Un mensaje que ha sido un aliciente para los voluntarios del Secretariado de Pastoral Penitenciaria que cada día trabajan para hacer realidad ese objetivo de que la Iglesia legionense sea una Iglesia en salida y que acercan ese mensaje del Evangelio al Centro de Villahierro, de forma que con su labor, que se reconoce de manera especial también en la fiesta de Nuestra Señora de la Merce, contribuyen a esa objetivo en el que se mantiene vigente el mensaje del pasaje evangélico “estuve en la cárcel y me visitasteis”.

PASTORAL PENITENCIARIA: CERCANÍA Y ACOMPAÑAMIENTO

En total son 24 personas las que integran el equipo de voluntarios de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis, que acuden a diario al Centro de Villahierro para visitar a los internos en los distintos módulos de esta instalación penitenciaria. La cercanía, el acompañamiento y la escucha marcan esta acción pastoral que en algunas ocasiones da paso al rezo y a la lectura de textos bíblicos. La presencia de la Biblia y del mensaje evangélico entre los internos de los módulos de Villahierro está siendo una de las prioridades del trabajo del Secretariado de Pastoral Penitenciaria, que desde hace ya seis años está promoviendo la configuración de Grupos de Lectura Creyente de la Palabra para propiciar el acercamiento de las personas que se encuentran privadas de libertad al mensaje de Jesús. Y junto a esta presencia directa en los módulos de Villahierro, los 24 voluntarios de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis participan una vez al mes en sesiones de formación que se celebran cada primer jueves para compartir experiencias, rezar y profundizar en su formación cristiana.

SERVICIO PASTORAL, ESCUCHA PERSONAL

Junto a este grupo de voluntarios, dos capellanes se encargan de atender el servicio pastoral en el Centro de Villahierro. Además de coordinar la labor de los voluntarios y animar su trabajo pastoral, estos dos capellanes presiden la celebraciones eucarísticas semanales que tienen lugar en las instalaciones penitencias, cada sábado a las 17,00 horas para los internos de los cinco módulos de respeto, con una asistencia que supera las cien personas, y a las 18,00 horas para los internos de los seis módulos ordinarios, con una presencia estable de un grupo de veinte personas.

Una presencia de Iglesia y una labor de acompañamiento y escucha personal que hace que el Evangelio tenga una resonancia especial en espacios como esta instalación penitenciaria de Mansilla de las Mulas, que mañana martes día 24, en la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, vivirá una jornada festiva para celebrar a su patrona en el Día de las Instituciones Penitenciarias.

domingo, 22 de septiembre de 2019

De trabajar en la banca y tener novia a convencerse en una leprosería: hoy es arzobispo de Oviedo

Jesús Sanz Montes se considera un “peregrino indómito”. Este franciscano de 64 años, arzobispo de la histórica sede de Oviedo, era ya era obispo a los 48 años cuando fue enviado al Pirineo. En Roma y Austria consiguió licenciaturas y doctorados, pero antes de ser sacerdote se formó en Economía y Derecho Mercantil, trabajó en la banca e incluso tuvo una novia con la que estuvo a punto de contraer matrimonio.

Una vida de gran actividad que sigue llenando además de con su día a día como pastor en Asturias con su amor a las misiones viajando a ellas cuando le es posible o subiendo picos, –ha llegado a coronar un 4.000-, una afición que ‘providencialmente’ ha podido seguir alimentando gracias a que sus destinos como obispo, Jaca-Huesca y después Oviedo, están rodeados de montañas.

«Dios te da caramelos, no sólo disgustos»

En una entrevista con el diario El Comercio, monseñor Sanz Montes revela que siendo obispo en los Pirineos pudo disfrutar de las cumbres, del esquí y de la bicicleta de montaña. “Dios te da caramelos, no sólo disgustos”, bromea el prelado, que confiesa haber subido también unos cuantos picos en Asturias, aunque dice tener “entre ceja y ceja el Urriellu (Naranjo de Bulnes, con más de 2.500 metros de altura n.d.a.), quiero celebrar misa en la cumbre, que exige poco espacio, el justo para poner el cáliz y una patena, y tener a los compañeros de cordada”.

Este arzobispo nació en Madrid siendo el mayor de los ocho hijos de Jesús y Mariana. Aunque luego tardara en decir sí al Señor, Sanz Montes habla de una vocación temprana que se remonta a cuando tenía 9 años. Se produjo tras admirado con los sacerdotes de su parroquia y los seminaristas trabajar y cuidar de los pequeños de la colonia de catequesis.

«A los 9 años dije que quería ser cura»

El ahora pastor de la Archidiócesis de Oviedo afirma que “la alegría, la bondad de aquellos hombres, me hizo pensar que yo quería ser como ellos”. Cuenta que “a los 9 años dije que quería ser cura. ‘Primero los estudios’, me dijo mi padre”.

Obedeciendo a su padre, el pequeño Jesús siguió con sus estudios llegando incluso a trabajar más adelante en la banca privada hasta que finalmente la llamada del Señor era tan potente que acabó dejando todo para ingresar en el Seminario de Toledo.

Dejó a su novia para ingresar en el seminario

De hecho, en aquel momento Sanz Montes estaba emparejado. “Dejé a mi novia y renuncie al matrimonio, que estaba cercano, para ingresar en el seminario con veinte años”, señala el religioso franciscano. Esta fue una decisión de la que, asegura, “no me arrepiento”. 

Aquella llamada infantil cobró de nuevo fuerza. Según explica, “tenía algo en mi corazón que estaba sin resolver y, con Dios y ayuda, dejé atrás tantas cosas y tanta gente para seguir el camino que entendía era el mío”.

Así fue como ingresó en 1975 en el Seminario de Toledo de Don Marcelo, el arzobispo que llegó en 1971 a la sede primada con un seminario casi vacío y que al marchar en 1995 había ordenado a 400 sacerdotes, de los que 18 son ahora obispos.

Una crisis ‘providencial’

Sin embargo, Toledo, “una ciudad mágica para la historia de España, pero también para la historia de la Iglesia y en la que fueron creciendo mis sueños de futuro cura”, no sería su destino final en esta historia vocacional.

Allí vivió, al igual que le ha ocurrido a muchos de los sacerdotes, una crisis sobre si realmente estaba llamado a ser sacerdote. Y entonces ocurrió un suceso que marcaría por completo su vocación y su futuro pues acabaría siendo no sacerdote diocesano de Toledo sino fraile franciscano.

La leprosería que cambió su vida

Explica monseñor Sanz Montes que en medio de esa crisis que experimentaba “me invitaron a hacer una semana de Pascua en una leprosería de Trillo, en Guadalajara, que estaba llevada por los franciscanos, y yo, que estaba en el seminario muy protegido, tuve el primer revolcón de dolor. Sientes que tienes una crisis internamente y externamente te asomas a una más importante, que es el de la vida y la muerte en medio de la soledad y el abandono, y me impresionó”.

Tan importante fue el encuentro con Dios que vivió con los enfermos en aquel lugar que poco después Sanz Montes acabaría convirtiéndose en fray Jesús, fraile franciscano ordenado sacerdote en 1986.

El camino de la vida le acabaría llevando a Roma, donde siguió formándose. Y ya de vuelta en España vivió su vida religiosa de manera cotidiana. “Es tan bonita la vida de comunidad cristiana en la que te entregas como cura, vas día a día descubriendo un mundo y asombrándote”.

En el futuro, misionero o monje

Pero aún quedaba que le enviaran a lugares tan bellos como Viena o Salzburgo. Sobre esto, Sanz Montes afirma que “siempre distingo entre el turista y el peregrino, el primero sale y vuelve y el segundo no sabe a dónde va ni tiene billete de regreso, y yo soy un peregrino indómito”.

Las misiones que ha visitado ya también como obispo le han marcado sobremanera, como las de Benín, donde hay una misión diocesana. “He visto la felicidad en la cara de los niños, la serenidad y la paz en los ancianos. Es ejemplo de esencialidad frente a las complicaciones materialistas y consumistas que nos enfrentan”, explica el arzobispo.

Y por ello asegura que tiene alma de misionero pero también de monje. “Cuando sea un poquito más mayor, o me voy a las misiones o a un monasterio”, concluye el prelado ovetense.

ÁNGELUS DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La parábola contenida en el Evangelio de este domingo (ver Lk16.1-13) tiene como protagonista a un administrador inteligente y deshonesto que, acusado de malgastar los bienes del maestro, está a punto de ser despedido. En esta difícil situación, no recrimina, no busca justificación ni se desanima, pero diseña una salida para asegurar un futuro pacífico. Al principio reacciona con lucidez, reconociendo sus límites: "Azada, no tengo la fuerza; rogando, me da vergüenza "(v. 3); entonces él actúa astutamente, robando a su maestro por última vez. De hecho, llama a los deudores y reduce las deudas que tienen con el maestro, para hacerlos amigos y luego ser recompensados ​​por ellos. Esto es hacer amigos con la corrupción y obtener gratitud con la corrupción, ya que desafortunadamente es habitual hoy en día.

Jesús presenta este ejemplo ciertamente no para exhortar a la deshonestidad, sino a la astucia. De hecho, enfatiza: "El maestro elogió a ese administrador deshonesto, porque había actuado con astucia" (v. 8), es decir, con esa mezcla de inteligencia y astucia, que le permite superar situaciones difíciles. La clave para leer esta historia se encuentra en la invitación de Jesús al final de la parábola: " Haz amigos con riquezas deshonestas , porque cuando fracasen, te recibirán en viviendas eternas" (v. 9). Esto parece un poco confuso, pero no lo es: la "riqueza deshonesta" es el dinero, también llamado "estiércol del diablo", y en general los bienes materiales.

La riqueza puede empujar a levantar muros, crear divisiones y discriminar. Jesús, por el contrario, invita a sus discípulos a cambiar de rumbo: "Hazte amigo de las riquezas". Es una invitación a saber cómo transformar bienes y riquezas en relaciones, porque las personas valen más que las cosas y cuentan más que la riqueza que poseen. En la vida, de hecho, da fruto no quién tiene tantas riquezas, sino quién crea y mantiene tantos lazos, tantas relaciones, tantas amistades a través de las diferentes "riquezas", que son los diferentes dones con los que Dios lo ha dotado. Pero Jesús también indica el propósito final de su exhortación: "Haz amigos con riquezas, para que puedan recibirte en hogares eternos".". Para recibirnos en el Paraíso, si somos capaces de transformar las riquezas en instrumentos de fraternidad y solidaridad, no solo habrá Dios, sino también aquellos con quienes hemos compartido, administrándolos bien, lo que el Señor ha puesto en nuestras manos.

Hermanos y hermanas, este pasaje del Evangelio nos hace eco de la pregunta del administrador deshonesto, perseguido por su maestro: "¿Qué haré ahora?" (V. 3). Frente a nuestros defectos, nuestros fracasos, Jesús nos asegura que siempre estamos a tiempo para sanar el mal hecho con el bien. Quien causó lágrimas, hizo feliz a alguien; quien ha malversado, regalos para los necesitados. Al hacerlo, seremos alabados por el Señor "porque hemos actuado con astucia", es decir, con la sabiduría de alguien que se reconoce a sí mismo como un hijo de Dios y se pone en juego para el Reino de los Cielos.

Que la Santísima Virgen nos ayude a ser astutos para asegurarnos a nosotros mismos no con el éxito mundano, sino con la vida eterna, para que en el momento del juicio final las personas necesitadas a las que hemos ayudado puedan testificar que hemos visto y servido al Señor en ellos.

Después del ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Los saludo cariñosamente a todos ustedes, romanos y peregrinos de diferentes países. En particular, saludo a los participantes en la Via Pacis , una carrera a pie que cruzó las calles de Roma esta mañana, para transmitir un mensaje de paz, fraternidad y, sobre todo, diálogo entre las diferentes culturas y religiones.

Saludo al grupo de la Misión Católica Polaca en Alemania; el coro "San Leonardo" de Procida; los candidatos de confirmación de Settimello (Florencia); y las Hermanas de Bell'Amore, que recuerdan el 25 aniversario de su fundación.

El próximo domingo 29 de septiembre, habrá el Día Mundial de los Migrantes y Refugiados. Para la ocasión, celebraré la Santa Misa aquí en la Plaza de San Pedro. Los invito a participar en esta celebración para expresar nuestra cercanía a los migrantes y refugiados de todo el mundo con oración.

Les deseo a todos un buen domingo. Y por favor no olvides rezar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!

Una incomprensión inicial

—Es natural que, a veces, haya una inicial resistencia por parte de los padres. El hijo debe convencerlos con la madurez de su comportamiento y con la perseverancia en su determinación.

        Es verdad que los padres pueden necesitar un poco de tiempo para asimilar la vocación de sus hijos. Pero la madurez y la rectitud en el comportamiento deben estar presentes por parte de todos.

        Así sucedió, por ejemplo, con San Francisco de Sales. Había decidido entregarse a Dios, pero su padre, Francisco de Boisy, le tenía preparado un magnífico partido: una joven llamada Francisca Suchet de Vegy, hija del consejero del Duque de Saboya. Al pequeño Francisco le costaba mucho contrariar a su padre, pero un día del año 1593 finalmente le hizo saber sus propósitos y estalló la tormenta: "Pero ¿quién te ha metido esa idea en la cabeza?", gritaba su padre. "¡Una elección de ese tipo de vida exige más tiempo que el que tú te tomas!", tronaba furioso. Francisco contestaba que había tenido ese deseo desde la niñez. Y así una vez y otra. De vez en cuando, su madre intentaba ayudarle, sin que se notara que estaba de su parte, y sugería tímidamente: "Ay, será mejor permitirle a este hijo que siga la voz de Dios...". Finalmente, el Señor de Sales, después de un tiempo, cedió: "Pues adelante, hijo mío, haz por Dios lo que dices que Él te inspira. Yo, en su nombre, te bendigo." Y a continuación se encerró en su despacho para que nadie viera las lágrimas que derramaba por el sacrificio que Dios le había pedido.

        No todos los padres que ponen dificultades tienen ese carácter ardoroso y rompedor. Los señores Bertrán, una de las mejores familias de Valencia, no querían en absoluto interferir en la vocación de su hijo Luis. Solo querían "orientarla". Estaban acostumbrados a que su hijo les obedeciera en todo, y por eso, se quedaron desconcertados cuando un día les dijo que tenía unos planes diferentes a los que habían previsto: quería irse de casa y entregarse a Dios como fraile dominico. ¡Qué locura! No tenía salud suficiente, no sabía lo que hacía.

        Y empezaron su batalla. Aceptaban que se fuera, pero ahora no. Quizá en un futuro. No pasaba nada por esperar. Debía comprenderlo, su postura era razonable. Pero el joven Luis obró con la misma libertad que hubiese pedido en el caso de elegir una mujer que no hubiera agradado a sus padres. Escuchó sus consejos, y luego actuó con la libertad que sus padres decididamente le negaban. Así que, un buen día del año 1544, en vista de la rotunda negativa paterna, decidió no volver a casa. Tenía dieciocho años. Y estalló el escándalo familiar, una pequeña tragedia que se repite con frecuencia, con rasgos parecidos, siglo tras siglo, en algunos de los hogares en que una persona decide dejarlo todo por Dios. Ni lo podían ni lo querían entender. Si hubieran vivido en nuestra época, habrían dicho que a su hijo "le habían comido el coco".

        Afortunadamente, la historia acabó como la gran mayoría de estas pequeñas tragedias familiares: con la aceptación de la vocación por parte de sus padres, que finalmente comprendieron que Dios quería ese camino para su hijo, que acabó siendo un gran santo de la Iglesia, San Luis Bertrán. Aquel hijo suyo, por cuya salud se preocupaban tanto, evangelizó durante años las regiones selváticas más difíciles, aprendió a hablar en los idiomas de los indígenas y convirtió miles de indios desde Panamá hasta el Golfo de Urabá. Aseguran las crónicas que bautizó a más de quince mil, que hizo numerosos milagros y que sirvió eficazmente y sin desfallecer a la Iglesia. Cuando su padre estaba en el lecho de muerte, sus últimas palabras fueron: "Hijo mío, una de las cosas que en esta vida me han dado más pena ha sido verte fraile, y lo que hoy más me consuela es que lo seas."

        San Bernardo de Claraval consuela, en una de sus cartas, a los padres de un joven del siglo XII, Godofredo, que había decidido entregarse a Dios en Claraval, y les dice: "Si a vuestro hijo, Dios se lo hace suyo, ¿qué perdéis vosotros en ello y qué pierde él mismo? Si le amáis, habéis de alegraros de que vaya al Padre, y a tal Padre. Cierto, se va a Dios; mas no por eso creáis perderlo; antes bien, por él adquirís muchos otros hijos. Cuantos estamos aquí en Claraval, y cuantos somos de Claraval, al recibirle a él como hermano, os tomamos a vosotros como padres. Pero quizá teméis que le perjudique el rigor de nuestra vida. Confiad, consolaos: yo le serviré de padre y le tendré por hijo, hasta que de mis manos lo reciba el Padre de las misericordias y el Dios de toda consolación."

        En el siglo XIX, Bernadette Soubirous, la vidente de Lourdes, escribe una carta al padre de una amiga suya, M. Mouret, que no entiende la vocación de su hija. Bernadette le pide que la deje ir con ella: "Sea generoso con Dios -le dice-, que Él nunca se deja vencer en generosidad. Algún día estará usted contento de haberle dado su hija, a quien no puede dejar en mejores manos que las del Señor. Quizá haría usted grandes sacrificios para confiarla a un hombre al que apenas conoce y que puede hacerla desgraciada, y, no obstante, ¿quiere negarla al que es el rey del cielo y de la tierra? ¡Oh, no, señor! Tiene usted muy buenos sentimientos para obrar de esa manera. En cambio, yo creo que debe dar gracias a Dios por el beneficio que le concede...".

Para quienes están en el proceso de discernimiento de su propia vocación, o para sus padres, meditar la vida de la Virgen siempre resultará enriquecedor. Todos obtendremos nueva luz si ponderamos en nuestro corazón esas escenas, contemplando, por ejemplo, el momento del Nacimiento, con su esperanza alegre y su calor humano; o la huida a Egipto, en los momentos duros de la fe o de la vocación; o su vida en Nazaret, para que lo cotidiano de nuestra vida no se tiña de rutina mala. La Virgen es siempre un modelo de la disposición con que debemos escuchar a Dios, de confianza para preguntar lo que no entendemos, de generosidad y de diligencia en la respuesta, de humildad, de perseverancia en las horas difíciles, de fidelidad a la misión recibida.

Alfonso Aguiló

sábado, 21 de septiembre de 2019

El médico de Lampedusa salta a la Eurocámara


A lo largo de tres décadas, el doctor Pietro Bartolo ha atendido a los casi 300.000 migrantes que han pasado por la isla italiana de Lampedusa. Ha visto muertes terribles, signos de tortura, violaciones, muchas dolencias debidas al largo viaje que estas personas llevan a sus espaldas. En mayo se presentó a las elecciones europeas para defender a sus pacientes. Fue el quinto candidato al Parlamento Europeo más votado en Italia

Uno de los peores días del médico Pietro Bartolo, en lo personal y lo profesional, fue el 3 de octubre de 2013. Su amigo Domenico, que llegó al puerto de Lampedusa con 17 inmigrantes vivos y cuatro cadáveres a bordo, le avisó con lágrimas en los ojos de un terrible naufragio. Bartolo tuvo que hacer la autopsia de muchas de las 368 víctimas; incluida la de una madre todavía unida a su bebé por el cordón umbilical.

Hijo de pescadores, el único médico de esta pequeña isla de 6.000 habitantes compagina desde 1991 su trabajo en el centro de salud con la atención a los casi 300.000 inmigrantes (magrebíes, subsaharianos y sirios sobre todo) que han desembarcado en ella.

«Llegan deshidratados –comparte con Alfa y Omega con motivo de su participación en el Encuentro Internacional Paz sin Fronteras–, con hipotermia, después de seis, siete, ocho días de viaje. Además de todo lo que sufren en Libia». En el país al que Italia paga para que contenga la oleada migratoria, han malvivido en campos «donde las condiciones higiénico-sanitarias son pésimas. No son lugares adecuados ni siquiera para animales». También llegan heridos y «con signos de tortura. Hay una violencia sexual inaudita contra las mujeres».

Pero lo peor son las «gravísimas» heridas psicológicas, «para las que no tengo cura. Han cruzado el desierto, han sido comprados y vendidos como animales, han afrontado un viaje por mar en el que podían morir. Están destrozados, y tienen dificultades para retomar una vida normal, en el caso de que la consigan». Cicatrices invisibles a las que a veces se añade «el impacto desastroso» de pasar días o semanas en alta mar, en un barco de salvamento que los ha rescatado pero al que no se permite atracar. Les aterra que los lleven de vuelta. «Para ellos, significa morir».

Contra el discurso del miedo

En este diagnóstico, el doctor insiste en que «lo que no hemos visto es ninguno con una enfermedad infecciosa grave que pudiera introducir en territorio italiano». Le duele que se intente asustar a la sociedad con esa «distorsión», ligada al «discurso de la invasión, el que dice que vienen a quitarnos el trabajo, que son terroristas… Mentiras con las cuales se ha creado este clima de odio».

Para contrarrestar estos prejuicios y denunciar las condiciones en las que llegan los inmigrantes, en 2017 escribió Lágrimas de sal, un abanico de historias como la de Hassan, que hizo todo el viaje llevando a su hermano paralítico a la espalda, o Faduma, que dejó su país para enviar ayuda a sus siete hijos. «No me siento bien llamándolos inmigrantes, porque son personas. Tienen su familia, su historia, su sufrimiento, sus necesidades. Y rezan cada día para poder poner un pie en Europa».

Hace unos meses, Bartolo dio un giro a su carrera. Alarmado por el avance del movimiento xenófobo, colgó la bata y el estetoscopio, y se presentó a las elecciones europeas con el Partido Democrático. Fue el quinto candidato más votado en Italia. Este espaldarazo y el reciente cambio de Gobierno le dan esperanza. «He leído cosas muy buenas de [la independiente Luciana Lamorgese, la nueva ministra del Interior]. Es sensible, conoce la materia, y puede proponer respuestas positivas». Fue delegada de Gobierno en Milán, donde «hay un sistema de integración y de acogida repartida por el territorio que es una buena práctica». Pero este giro tiene que estar acompañado también por Europa. Además de pedir canales seguros, su prioridad es impulsar la reforma del reglamento de Dublín, que decreta que las peticiones de asilo se tramiten en el primer país europeo al que llega el solicitante. Espera que se pueda llegar a un sistema de redistribución automática. «Todos los Estados miembro tienen la obligación de afrontar este fenómeno con solidaridad, porque somos una única familia. No se puede cargar todo sobre España, Italia, Grecia y Malta».

María Martínez López

viernes, 20 de septiembre de 2019

Profesiones solemnes en la Basílica San Vicente Ferrer de Valencia

El pasado sábado 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, emitieron su profesión solemne en manos de Fr. Jesús Díaz Sariego, prior provincial de la provincia de Hispania, Fr. Antonio Rafael Medialdea Villalba y Fr. Carlos Antonio Ávila Martínez. Aparte de la comunidad del Real Convento de Predicadores, asistieron a dicha celebración frailes de las demás comunidades de Valencia, así como Torrente y Córdoba. Estuvieron presentes familiares y amigos, así como distintos miembros de la Familia Dominicana: laicos, hermanas de vida activa y miembros del Movimiento Juvenil Dominicano. También los acompañaron sacerdotes de la diócesis de Valencia, además de la parroquia San Miguel Arcángel de Guadix (Granada). Los cantos estuvieron a cargo de la camerata conventual del estudiantado.

 Fr. Jesús, quien presidió la eucaristía, durante la homilía remarcó en dicha fiesta de la Santa Cruz la importancia del cuerpo y de poseerse a uno mismo, como elementos fundamentales de su consagración. Asimismo, la humildad de Cristo y su amor incondicional al ser humano en la cruz serviría como ejemplo a los profesos para «servir a los demás, siendo el pan de los que sufren».

  Al final de la celebración eucarística, Fr. Antonio Rafael (Toño), en nombre de ambos, expresó su sincero y profundo agradecimiento por todo lo vivido durante su anterior período de preparación como fraile predicador. Aprovechó para transmitir su gratitud a sus familias, amigos, compañeros, sacerdotes, hermanos de la comunidad y miembros de la Familia Dominicana, que los han acompañado durante estos años de formación. También hizo mención de los distintos ámbitos en los que ambos han colaborado durante su etapa en Valencia: Centro Ecuménico Interconfesional de Valencia (CEIV) y el Centro Padre Congar. Fr. Toño agradeció especialmente a los jóvenes, provenientes de los apostolados en los que ha estado colaborando, tanto su cariño como su presencia en un día tan señalado.

  Al final de la tarde, todos pudieron disfrutar de un ágape, con el que dieron término a la celebración de una jornada igual de memorable que entrañable. Los recién profesos saben que además pueden contar con las oraciones y buenos deseos de todas aquellas personas que no pudieron asistir a la ceremonia, y así también desean agradecérselo.

Desde Madrid a todos los confines de la tierra: PAZ! ¡Eres mi hermano!

El Palacio de Congresos de Madrid acogió un encuentro sin precedentes en nuestro país. Este encuentro internacional por la paz, organizado por la Comunidad de Sant’Egidio y el arzobispado, convierte a Madrid en la capital por la paz. Son más de 300 personas de relevancia del mundo entero que nos ayudarán a dialogar en 27 mesas redondas entre mañana lunes y el martes, cuando terminarán con una oración interreligiosa en la plaza de la Almudena.

Durante la inauguración los mensajes llegaron por todo el auditorio, mientras los asistentes respondían con aplausos. El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro pidió que «cesen todos los atropellos y violaciones a los derechos humanos». Además, invitó a los asistentes a «trabajar para eliminar todos los conflictos que atentan contra la paz». Aquí algunos de sus mensajes:

«Ser creativos para hacer posibles pasillos humanitarios en todas las circunstancias donde la dignidad del hombre se vea amenazada. No se trata de ir contra los otros, sino junto a los otros; se trata de ir con los demás, no sin los demás.¿Podremos corresponder a ese anhelo de paz y fraternidad que buscamos?».

«La paz o es de todos o no es de nadie… Es necesario estar dispuestos a perderse por el otro en lugar de explotarle».

«La Iglesia en este empeño alienta a ir a la búsqueda del otro. Agradezco a todos los que llegáis a este encuentro vuestro empeño por luchar por la paz».

«La paz es un bien. Dejemos trasparentar desde Madrid a la humanidad que puedan tener todos los hombres la experiencia de descubrir los títulos más hermosos que existen: hijo y hermano. Desde aquí que todos puedan escuchar: eres mi hermano».

Por parte del Gobierno español, participó la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien brevemente indicó que «no hay nada más noble que trabajar y luchar por la paz. La paz es algo que nos concierne a todos, es algo en que teneos que educar a nuestros niños y nuestros jóvenes».

Domingo XXV (Ciclo C) del tiempo ordinario

 Evangelio (Lc 16,1-13): En aquel tiempo, Jesús decía también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando’. Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas’.

»Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’. Respondió: ‘Cien medidas de aceite’. El le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta’. Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’. Contestó: ‘Cien cargas de trigo’. Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta’.

»El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero».
PALABRA DE DIOS

COMPARTIMOS:

Hoy el Evangelio nos presenta la figura del administrador infiel: un hombre que se aprovechaba del oficio para robar a su amo. Era un simple administrador, y actuaba como el amo. Conviene que tengamos presente:

1) Los bienes materiales son realidades buenas, porque han salido de las manos de Dios. Por tanto, los hemos de amar.

2) Pero no los podemos “adorar” como si fuesen Dios y el fin de nuestra existencia; hemos de estar desprendidos de ellos. Las riquezas son para servir a Dios y a nuestros hermanos los hombres; no han de servir para destronar a Dios de nuestro corazón y de nuestras obras: «No podéis servir a Dios y al dinero» (Lc 16,13).

3) No somos los amos de los bienes materiales, sino simples administradores; por tanto, no solamente los hemos de conservar, sino también hacerlos producir al máximo, dentro de nuestras posibilidades. La parábola de los talentos lo enseña claramente (cf. Mt 25,14-30).

4) No podemos caer en la avaricia; hemos de practicar la liberalidad, que es una virtud cristiana que hemos de vivir todos, los ricos y los pobres, cada uno según sus circunstancias. ¡Hemos de dar a los otros!

¿Y si ya tengo suficientes bienes para cubrir mis gastos? Sí; también te has de esforzar por multiplicarlos y poder dar más (parroquia, diócesis, Cáritas, apostolado). Recuerda las palabras de san Ambrosio: «No es una parte de tus bienes lo que tú das al pobre; lo que le das ya le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo, y no solamente para los ricos».

¿Eres un egoísta que sólo piensa en acumular bienes materiales para ti, como el administrador del Evangelio, mintiendo, robando, practicando la cicatería y la dureza de corazón, que te impiden conmoverte ante las necesidades de los otros? ¿No piensas frecuentemente en las palabras de san Pablo: «Dios ama al que da con alegría» (2Cor 9,7)? ¡Sé generoso!

jueves, 19 de septiembre de 2019

El Papa reconoce la virtud heroica de Madre Francisca, española de Filipinas, fundadora en el s.XVII

El pasado viernes 5 de julio el Papa Francisco reconoció las virtudes heroicas de la Madre Francisca Del Espiritu Santo De Fuentes, fundadora de las dominicas de Santa Catalina de Siena en Manila, en el siglo XVII.

Francisca de Fuentes nació en 1647 en Manila, cuando las Islas Filipinas pertenecían a la Corona española. Francisca era española a todos los efectos aunque nunca salió de las islas: era hija del español Simón de Fuentes y de la mestiza Ana María del Castillo. Se casó siendo joven con un caballero que murió muy pronto, dejándola viuda y sin hijos.

Entonces se dedicó a una vida de oración y de obras de caridad. Se reunía para rezar con su hermana de sangre y otras jóvenes damas. Vivió experiencias místicas, como una visión de los santos Domingo de Guzmán y Francisco de Asís. En 1682 se hizo terciaria dominica eligiendo el nombre de Francisca del Espíritu Santo. Desde 1686 intentó fundar una comunidad de religiosas en Intramuros (la Manila hispánica) para vivir en común, pero no lo consiguió hasta 1696 con la ayuda del dominico Juan de Santo Domingo y Madre Francisca como priora de por vida, y no lograría estabilidad hasta 1706.

Francisca, una hermana y otras damas empezaron a rezar; querían vivir juntas en oración; así nació una
congregación que hoy cuenta con 50 comunidades

Para españolas y filipinas

Las normas establecían (siguiendo el precedente de otras fundaciones en las islas de décadas anteriores) que sólo habría 15 religiosas, que debían ser de sangre española. Pero había mujeres filipinas que pedían admisión. En 1699 se decidió que las filipinas podían entrar como legas con votos simples, ejercer tareas manuales y tener nombres religiosos no relacionados con el Rosario (que se reservaban para las españolas). Esta distinción se mantendría hasta bien entrado el siglo XIX.

El beaterío inicial vivió muchas complicaciones, y quedó atrapado en conflictos jurisdiccionales entre el arzobispo y los dominicos, temas de financiación y un status poco claro (no era legalmente "de clausura" y algunas religiosas pasaban demasiado tiempo fuera). Incluso hubo dos años, entre 1704 y 1706, que las religiosas tuvieron que vivir como laicas en unas dependencias del gobernador y algunas damas españolas abandonaron mientras las filipinas tendían a perseverar.

En 1706, teniendo Madre Francisca casi 60 años, se llegó a un acuerdo con el arzobispo y se retomó la vida en el beaterío, con 15 hermanas españolas y varias hermanas legas. Ese año el beaterío empezó a funcionar también como escuela para niñas, tanto españolas como mestizas como "indias filipinas". Enseñaban religión, leer y escribir, aritmética y labores artísticas (música, bordado, etc...).

Un legado de 50 comunidades

Madre Francisca moriría cinco años después, en 1711. Ese beaterío con escuela sería el origen de la Congregación de las Dominicas de Santa Catalina de Siena, que desde el siglo XIX se abrieron al trabajo misionero y ampliaron su servicio como educadoras. Hoy las Dominicas de Santa Catalina de Siena cuentan con unas 50 comunidades en Filipinas y Estados Unidos (y presencia en Italia), que suman más de 270 religiosas.

En 2003 empezó el proceso diocesano de beatificación de la Madre Francisca del Espíritu Santo, con el nihil obstat del cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila. Ahora, reconocidas sus virtudes heroicas y el título de venerable, bastará un milagro por intercesión de la religiosa para que sea declarada beata.

Web para la canonización de Madre Francisca (en inglés, con oraciones en español y lenguas filipinas)