En este momento de pandemia mundial
oramos por los enfermos y los que sufren...
y por todos los que sentimos miedo y ansiedad...
Agradecemos a todos los que se encuentran en primera línea.
médicos, enfermeras, personal médico y hospitalario,
cuidadores, familiares, amigos y desconocidos:
y oramos por su seguridad, salud y fortaleza.
Oramos por los responsables y los encargados de hacer cumplir la ley,
para que puedan ser guiados en sus decisiones y acciones.
Oramos por la comunidad científica,
para que puedan encontrar la manera de contener este coronavirus y debilitarlo.
Oramos por la Madre Tierra,
que pueda recuperarse del agotamiento y la devastación que le hemos hecho sufrir,
y que ella nos ayude a descubrir cómo resistir este virus,
cómo restaurar la belleza y diversidad de la naturaleza,
y cómo renovarnos a nosotros mismos y nuestros estilos de vida.
Oramos unos por otros,
para que podamos
— ser precavidos sin estar paralizados;
— ejercer la responsabilidad social y pensar en los más débiles y vulnerables;
— encontrar formas creativas de conectarnos, mostrar cuidado y compartir compasión;
— idear formas de ayudar a quienes se verán más gravemente afectados por las medidas adoptadas para abordar la crisis; y
— escuchar y aprender de esta experiencia.
Con confianza, ¡clamamos al Dios de la Vida y la Esperanza por misericordia y curación...!
Este blog quiere transmitir el don de la gracia, el regalo que Dios me ha concedido en mi vocación de Orante-contemplativa en la Iglesia y en el mundo, de manera que puedo decir con San Pablo: Sierva de Cristo Jesús, enviada por vocación, escogida para el Evangelio de Dios (…) por quien recibimos la gracia (cf. Rm 1,1.5). La vida contemplativa nos capacita para estar en el corazón de las cosas, en las raíces profundas del ser humano.
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