Jesús es luz que alumbra las naciones
y gloria de su pueblo,
luz de los hombres, símbolo judío,
luz de sabiduría en su Evangelio,
luz de la Ley, luz de la Nueva Alianza,
luz del conocimiento.
Al ver pasar a un ciego,
preguntan sus discípulos
si ha sido su pecado o el de sus padres
causa de su castigo.
Jesús dice que no es por el pecado,
que así hablan los judíos,
Él es la luz del mundo, luz del día,
y alumbrará los ojos del mendigo.
Con saliva hace barro
y unta con él los párpados marchitos.
Es sábado y está por ley prohibido
curar en ese día,
mas Él es rey del sábado
y da luz a los ojos extinguidos.
Le dice que se lave en Siloé,
como un nuevo Bautismo.
Realiza el milagro
y demuestra la gloria del Altísimo.
Mis ojos no se cansan
de contemplar las obras de tus manos,
la belleza visible de este mundo.
Me asombro, me extasío,
a la sombra del árbol,
navegando las olas de los mares,
gozando del perfume de las flores,
bañándome en la espuma
de la orilla de las doradas playas,
degustando los frutos de la tierra,
viviendo bajo el sol
y sintiendo tu mano creadora.
Al final del crepúsculo,
cuando la última estrella
se oculta entre las sombras,
cuando brota el perfume del jazmín
y la carne adormece,
una luz invisible
se introduce en los poros de la piel
esclareciendo dudas milenarias.
Es la luz de la Vida
que señala el Camino
a la Verdad eterna.
Dirijo la mirada
al encuentro del Sol
que nace de lo alto.
Emma-Margarita R. A.-Valdés
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.