Queridos hermanos y hermanas:
El fin de semana pasado realicé un viaje apostólico a Rumanía, bajo el lema: “caminando juntos”. Tenemos la gracia de vivir un tiempo de relación fraterna entre las diferentes iglesias cristianas. En Rumanía, la mayoría de los fieles pertenece a la Iglesia Ortodoxa; y la comunidad católica, tanto griega como latina, es viva y activa. También hay un grupo perteneciente a la Iglesia Luterana. La unidad entre todos los cristianos, aun no siendo plena, se basa en el único bautismo y está sellada por el sufrimiento y la sangre derramada durante la persecución bajo un régimen ateo.
Tuve un encuentro cordial con el Patriarca Daniel y el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rumana, y reafirmé la voluntad de la Iglesia Católica de caminar juntos hacia la plena unidad con la memoria reconciliada del pasado. La dimensión ecuménica del viaje culminó con la oración del Padrenuestro, tan llena de simbolismo, al ser la oración común de todos los bautizados.
Con la comunidad católica celebré la eucaristía en tres lugares significativos de aquel país. En la última celebración, beatifiqué a siete obispos mártires greco-católicos. Además, tuve un encuentro con los jóvenes y las familias, y otro con la comunidad gitana, ante los que renové mi llamado para que se respeten a todas las personas sin mirar la etnia, lengua o religión.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Ante la proximidad de la fiesta de Pentecostés, pidamos a Dios el don del Espíritu Santo para que sea Él quien nos impulse a “caminar juntos” como hermanos en la construcción de una sociedad más fraterna y en la búsqueda de la unidad plena de todos los cristianos. Que Dios los bendiga.
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