Rotundamente sí, es necesaria la formación religiosa. ¿Para todo el mundo? Para el que quiera, sobre todo para los padres que desean que sus hijos estudien Religión en la Escuela. ¿Y si lo que tenemos en España es un Estado aconfesional? Tanto más, como sucede en el conjunto de Europa, donde se da la máxima protección a este derecho fundamental de los padres. Un Estado aconfesional no impone el laicismo, como hizo en algún momento la II República Española y deseos de ello se dan hoy también entre nosotros. Tampoco se añora un Estado confesional, que obligara a todos los padres a que sus hijos asistan a la asignatura de Religión.
¿Por qué una asignatura de Religión y Moral Católica, como otras similares para otras confesiones cristianas? Estamos en el mundo de la educación de personas humanas, no simplemente en el ámbito de saberes o técnicas. Preguntaba el famoso neurólogo y psiquiatra Víctor Frankl: “¿Qué ocurre cuando un enfermo se pregunta por el sentido real de su sufrimiento?”. Responde él mismo: “Está manifestando la grandeza del ser humano que nunca deja de preguntarse sobre el sentido de su existencia. Esto no lo haría un animal irracional. ¡No! Pero un individuo de la raza humana ¡Sí! Así de contundente es la respuesta que hay que dar tantas veces en la vida”: ¿Por qué esta situación? ¿Por qué sucede esto o aquello?
El ser humano no deja de cuestionarse, no sólo el sentido de la vida, sino el de la muerte, el del sufrimiento, el del mal. Y se pregunta por qué es conveniente hacer el bien y evitar el mal; o cómo afrontar las contradicciones internas que descubre en su propia vida y persona y en las de otros. Queremos saber si se puede esperar retribución o éxito en esta vida; también en la otra vida. ¿Acaso hay correlación entre ambas? Me parece evidente, aunque se niegue en muchos círculos, que la gente se hace la pregunta sobre la posibilidad de la existencia de un Ser Supremo, del cuidado y providencia que de Él se puede esperar.
Claro que nos cuestionamos si este Ser Supremo es indiferente a lo que nos pasa, si es cruel o es capaz de una entrega amorosa. No todo es medible y cuantificable. No todo está en las redes sociales, que hay algo más que fútbol y las ganancias astronómicas de ciertos futbolistas, no todo es pornografía o alcohol o sexo. También interesa cuál es la razón del pecado, la injusticia y la desigualdad en el mundo. Es necesario reflexionar sobre cómo han respondido, han sentido, han expresado y anunciado todo esto los hombres de todas las épocas, culturas y credos, en la literatura, en el arte, la música, el cine.
Por ello es imprescindible que en la educación se estudie también Religión y la Escuela es mediación importante para ello, sobre todo en la Escuela Pública; también en la concertada y la privada. Nada tiene esto que ver con un privilegio que tuviera la Iglesia Católica. Ahí están los porcentajes de padres que eligen Religión para sus hijos en Toledo. Es importante, pues, resaltar la tarea educativa que llevan a cabo los profesionales de la enseñanza, los profesores de Religión que, aparte de haber obtenido la titulación civil necesaria, se han especializado para impartir la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE).
Estos profesores no ganan mucho dinero, realizan su labor en muchos casos con dificultades sobreañadidas, como la constante reducción de sus jornadas o la desconfianza de otros profesores, y con amenazas de que desaparezca su asignatura; y ahí siguen enseñando y constituyendo en ocasiones en único lugar de encuentro con la reflexión sobre la trascendencia, la moral, lo religiosos cristiano, en definitiva, Dios, manifestado en Cristo en la Iglesia por el Espíritu Santo. Por ello tenemos que defender esa asignatura, reconociendo su grandeza, eligiéndola los padres para esos hijos en el momento más delicado de su formación y educación en la fe. También animando a los profesores de Religión, que no están solos en esta tarea.
No confundimos catequesis con clase de Religión. Los profesores de esta asignatura no confunden los planos; tampoco hay proselitismo ni rechazo de los padres que eligen otras alternativas, si las hay. Yo solo pido al Señor y a Santa María que nos ayuden en esta concienciación del valor de la clase de Religión.
+ Braulio Rodríguez Plaza
Arzobispo de Toledo, Primado de España
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