jueves, 31 de agosto de 2017

Era ateo militante, pero tras leer el diario espiritual de su mujer se convirtió y se hizo dominico

Elisabeth Arrighi Leseur (16 de octubre de 1866 – 3 de mayo de 1914) fue una mística francesa conocida por su diario espiritual y por la conversión de su marido, Félix Leseur (1861-1950), un médico y conocido líder del movimiento anticlerical y ateo francés. Su causa para su beatificación se inició en 1934, tal y como señala. 

Elisabeth nació en París en una adinerada familia francesa de origen corso. Cuando era pequeña tuvo hepatitis, enfermedad que volvió a lo largo de su vida con ataques de gravedad variable.
En 1887, conoció al médico Félix Leseur (1861-1950), también nacido en una rica familia católica. Poco antes de casarse el 31 de julio de 1889, Elisabeth descubrió que Félix había dejado de ser católico practicante. El Dr. Félix Leseur se hizo conocido más tarde como materialista y colaborador de periódicos anticlericales en París.

Rica por su nacimiento y por su matrimonio, Elisabeth formaba parte de un grupo social cultivado, educado y generalmente antirreligioso. El vínculo matrimonial era fuerte, aunque oscurecido por la falta de hijos y por su desacuerdo religioso creciente.

Luchando contra la fe
El Dr. Leseur hizo todo lo que pudo para extinguir la fe de su esposa; la impulsaba a leer obras de autores racionalistas como ‘Los orígenes del cristianismo’ y ‘La vida de Jesús’, de Ernest Renan.

Sin embargo, Elisabeth percibió la fragilidad de las hipótesis de Renan y quiso confrontar la validez de sus argumentos dedicándose intensamente al estudio de la religión, del Evangelio y de santo Tomás de Aquino.

De una religiosidad convencional en su juventud, Elisabeth Leseur fue motivada por los ataques de su marido contra el cristianismo y la religión a sondear más profundamente su fe. Así, tuvo una conversión religiosa a los 32 años de edad.

Rezando por la conversión del marido
De ese momento en adelante, consideró su principal tarea rezar por la conversión de su marido, permaneciendo paciente ante los constantes ataques sobre su fe.

Cuando podía, trabajaba en proyectos de caridad para las familias pobres y fundó algunas actividades caritativas. Su marido desconoció su vasta correspondencia espiritual durante muchos años. Ella se preocupaba por los “pobres”, pero su salud que se deterioraba restringía su capacidad de responder a esta preocupación.

En 1907 su salud se deterioró de tal forma que se vio forzada a llevar una vida sedentaria, recibiendo a visitantes y dirigiendo su casa desde un sillón. En 1911 sufrió una cirugía y radioterapia a causa de un tumor maligno, del que se recuperó y después tuvo que permanecer en cama hasta julio de 1913. Murió de un cáncer generalizado el 3 de mayo de 1914.

Espiritualidad
Desde el principio, organizó su vida espiritual en torno a un patrón de disciplina de oración, meditación, lectura, práctica sacramental y escrita. La caridad era el principio organizador de su ascetismo. En su abordaje de la mortificación, ella seguía a san Francisco de Sales, que recomendaba moderación y estrategias internas ocultas en lugar de prácticas externas.

Legado
Después de su muerte, su marido encontró una nota dirigida a él en la que ella profetizaba sobre su conversión y que se convertiría en sacerdote.

Para librarse de esas “supersticiones”, el Dr. Félix fue al santuario de Lourdes queriendo exponer los relatos de las curaciones allí como falsos. En la gruta de Lourdes, sin embargo, pasó por una conversión religiosa.

Posteriormente, el Dr. Félix publicó el diario de su esposa, Journal et pensées pour chaque jour (Diario y pensamientos para cada día). Debido a su recepción favorable, un año más tarde publicó algunas de las cartas de su esposa bajo el título Lettres sur la Souffrance (Cartas sobre el sufrimiento) y La Vie Spirituelle (La vida espiritual), en París en 1918; y finalmente Lettres à des Incroyants (Cartas a los incrédulos), tres años después.

En otoño de 1919 se convirtió en novicio dominico, y fue ordenado sacerdote en 1923. El Padre Leseur pasó la mayor parte de sus restantes 27 años de vida hablando públicamente sobre los escritos espirituales de su esposa. Él colaboró en la apertura de la causa de beatificación de Elisabeth en 1934.

Muchos han sido los que han seguido la estele del padre Leseur, y entre ellos uno de excepción que hizo un retiro con él en 1924, Fulton J. Sheen, quien más tarde se convertiría en arzobispo y una figura popular de la televisión y la radio americanas.

EL LIBRO DEL GÉNESIS

Un relato lento, solemne, rítmico, hierático, con todas las características de un redactor sacerdotal (P), abre la Biblia. Es el relato de los orígenes del mundo. Es un relato que presenta muchas dificultades a los lectores modernos por su anticientífica presentación del
comienzo del cosmos, de la vida y del hombre. 

A este relato siguen otros de estilos muy diversos y bastante desconcertantes si los leyéramos por primera vez, sin conocerlos previamente por la catequesis, ya que reflejan una mentalidad muy distinta de la nuestra y suponen una larga serie de conceptos previos que nosotros no tenemos en absoluto o que, en el caso de los lectores cristianos, hemos sustituido por otros muy alejados de la mentalidad inicial de los autores. ¿Qué se nos narra?: Dios es el autor de todo el universo y de la humanidad entera. Los humanos son desobedien-tes y Dios los expulsa del paraíso. La humanidad sigue apartándose de la Ley de Dios y Dios descrea el mundo con el diluvio. Los hombres son soberbios, quieren escalar la morada de Dios con sus propias fuerzas y Dios los confunde y divide en Babel. Pero Dios se va a formar un pueblo obediente como su primer antepasado, Abraham, descendiente de la mejor rama de la humanidad, la de Sem, que va a invertir la tendencia y va a salvar al mundo: ese pueblo es Israel, que desciende de Abraham, de Isaac y de Jacob a quienes
Dios ha llamado, ha hecho unas promesas y ha llenado de bendiciones. ¿Qué pretendía el autor? El autor que reunió todos estos relatos y le dio la forma que actualmente tienen
—que es en definitiva la que de veras nos importa—parece que quería enseñar a los judíos que el pueblo de Israel es uno más entre los pueblos de la tierra y que Dios es único, origen de todas las cosas, superior a todos los dioses de los gentiles y Dios de todos los pueblos,
lo reconocieran o no. Este Dios único se ha elegido a Israel (que así ya no es simplemente "uno más" entre todos los pueblos), para remediar lo que los hombres habían estropeado desobedeciendo a Dios. Estos relatos servían así a un proyecto importante: enseñar a
Israel a cumplir la Ley que se expone a partir de la mitad del libro del Éxodo, pues esta Ley es la razón última del ser de Israel.

Para enseñamos eso (y muchas cosas más que dan de sí para una inagotable colección de libros y artículos), el autor recogió cuidadosamente las explicaciones de los orígenes del mundo: leyendas, historias, recuerdos, novelas ejemplares, etc., que se daban en los
centros culturales más prestigiosos de la época, que al parecer se situaban en Babilonia; y con todo ello, y sobre todo con su revolucionaria idea de Dios, organizó los materiales, los depuró todo lo que pudo de ideas politeístas, los refundió y los publicó. El autor quería
aprovecharlo todo. No eliminó historias extrañas, se le colaron repeticiones, compuso relatos recargados con afirmaciones contrapuestas, dejó pasar anacronismos...podríamos decir que hizo una chapuza si no le hubiera salido una obra genial. Claro que para eso estaba allí el Espíritu de Dios aleteando sobre las confusiones de su Cuando los cristianos releemos
estos relatos sobre la creación del mundo y sobre los orígenes del pueblo de Israel tenemos
dos posibilidades: buscar ciencia e historia y entonces sacamos poco en claro, o buscar una explicación sobre el sentido de nuestra vida y entonces tenemos ahí una fuente inagotable. Dios es el origen de todo, Dios sostiene todo, Dios es el creador del mundo y el Señor de la historia, Dios ha hecho todo bueno y ha querido que el hombre sea feliz. Dios no se conforma con que el hombre destruya su obra por el pecado y está siempre dispuesto a comenzar de nuevo.
Por eso cuando todo está más hundido y deshecho, Dios tiende de nuevo su mano a los hombres y empieza una nueva creación. Así sucede cuando Adán y Eva son expulsados del Paraíso, cuando Noé sale del arca, cuando bendice a Sem que ha sido respetuoso con su padre. Y luego, en los ciclos de los patriarcas y en el resto de la historia de Israel que se extiende por el Pentateuco y por la obra deuteronomista, sigue esta acción salvadora cuando elige a Abraham después de la confusión de las lenguas en Babel; cuando da un hijo a Abraham y Sara ya ancianos, cuando protege a Jacob de las iras de Esaú, cuando saca a José de la prisión y lo hace Virrey de Egipto, cuando salva a Moisés de las aguas, cuando saca a los esclavos de Egipto, cuando dirige y alimenta a su pueblo por el desierto, cuando le hace vencer a reyes poderosos, cuando lo hace entrar en la tierra prometida. Todo apunta a Jesucristo y en Él se cumple perfectamente esta regla ya que cuando los hombres han
asesinado al Hijo de Dios y todo está absolutamente perdido, Dios lo resucita y empiezan los tiempos definitivos con una humanidad nueva y con un pueblo nuevo en el que se cumplen todas las promesas. 

En el libro del Génesis se nos dan los orígenes del mundo y del pueblo de Israel y Así se nos dice cual es el plan de Dios sobre el mundo y el hombre y, a Través de eso, conocemos quién es Dios, cómo es Dios y quién es el hombre y lo necesitado que está de la salvación de
Dios. En fin, que el comienzo de la Biblia tiene bastante más que la historia de una serpiente y una manzana...

miércoles, 30 de agosto de 2017

BEATO JORDÁN DE SAJONIA,O.P.

Beato Jordán de Sajonia O.P. nació en Dassel , 1176 (Alemania) y muere en la costa de Siria en 1237. Dominico y teólogo alemán, sucesor de Santo Domingo de Guzmán como Maestro General de la Orden de Predicadores.

En 1219 conoce en París a Santo Domingo de Guzmán, a quien gusta oír predicar y con el cual se entrevistó en dos oportunidades. Su encuentro con santo Domingo ocurrió en 1219, cuando el santo patriarca venía de España y se detuvo en París para visitar a los frailes del convento de Saint-Jacques, fundado después de la dispersión de 1217. Cuando Domingo llegó a París Jordán andaba aún buscando su camino y, como él mismo cuenta, se preguntaba con frecuencia ante Dios cuál sería el mejor medio para salvar su alma. La Providencia se sirvió de este paso de Domingo por París para abrirle horizontes nuevos por lo que se refiere a su vocación. 

La predicación de Reinaldo de Órleans le dio el último impulso para ingresar a la Orden de Predicadores. En 1220 participa en el primer capítulo general de la Orden, celebrado en Bolonia donde se le encomienda la enseñanza de la Sagrada Escritura a los frailes de París.

Posteriormente le confían el gobierno de la provincia dominicana de Lombardía, y habiendo muerto Santo Domingo de Guzmán, es elegido Maestro de la Orden en el Pentecostés de 1222, cuando sólo contaba con 32 años de edad. En abril de 1222 Jordán volvió a París para el Capítulo General en el que fue elegido para suceder a santo Domingo al frente de la Orden. Era la primera vez que se procedía a la elección de un Maestro de la Orden. Desde esta elección su vida se convirtió en una incesante peregrinación por Europa. Las leyendas medievales dicen de Jordán haber fundado 240 comunidades de frailes y recibido en la orden a unos mil novicios, entre los cuales se cuenta a Alberto Magno, Humberto de Romans y Hugo de San Caro.

Después del Capítulo Generalísimo de 1236, Jordán se despidió de los frailes de Saint-Jacques y se embarcó en las costas italianas para viajar a Tierra Santa con el fin de visitar las numerosas casas que la Orden tenía ya en esta región: los conventos de Nazaret, Belén, Damasco, Tolemaida y Jerusalén. A la vuelta de este viaje, cuando se dirigía a Nápoles para visitar las numerosas escuelas de la Orden que estaban surgiendo en esta ciudad, el barco fue asaltado por una furiosa tempestad, se hundió en las costas de Siria, frente a Tolemaida. Jordán pereció en este naufragio junto con sus dos acompañantes. Era el 13 de febrero de 1237.

Fue venerado como santo sin ser canonizado y el papa León XII confirmó su culto el 10 de mayo de 1826.

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy reflexionamos sobre la relación entre la esperanza y la memoria de la vocación. Los primeros discípulos de Jesús recordaban de forma nítida el momento de su llamada.

Juan y Andrés escucharon cómo su maestro Juan el Bautista decía de Jesús: «Ese es el Cordero de Dios». Esta fue la chispa que dio comienzo a su historia de seguimiento. Ellos iniciaron a estar con él y muy pronto se transformaron en misioneros, haciendo que sus hermanos Simón y Santiago también siguieran a Jesús.

Nosotros, ¿cómo podemos descubrir nuestra vocación? Se puede hallar de muchas formas, pero toda vocación, ya sea al matrimonio, al sacerdocio o a la vida consagrada, comienza con un encuentro personal con Jesús, que nos llena de inmensa alegría. El Señor no quiere que lo sigamos sin ganas, sino con el corazón lleno de gozo, y esa felicidad de estar con él es la que evangeliza el mundo.

El cristiano, como la Virgen María, conserva en su corazón la llama del primer encuentro con el Señor, y ante las pruebas de la vida vuelve a ese sagrado fuego, que lo conforta y que fue encendido una vez para siempre.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los animo a que se acuerden de ese primer encuentro con Jesús en sus vidas, para que puedan reavivar ese fuego de amor, que los invita a seguirle con alegría y que es llama de esperanza.

Muchas gracias.

martes, 29 de agosto de 2017

Educar las conciencias, clave para combatir la corrupción

El 19 de julio, aniversario del asesinato, en 1992, del juez antimafia Paolo Borsellino, Italia celebra cada año una jornada contra la mafia y la corrupción y de solidaridad y oración por sus víctimas.  El Papa aprovechó la fecha para escribir en la edición italiana de su cuenta en Twitter este mensaje: “Recemos por todas las víctimas de las mafias, pidamos la fuerza de seguir hacia delante, de continuar luchando contra la corrupción”.

La denuncia y la lucha contra la corrupción es una de las señas de identidad del magisterio y de la acción de Francisco, incluso antes de su elección pontificia, tras la cual hubo dos elocuentísimos gestos al respecto. Así, en junio de 2014, viajó Calabria, cuna de la “Ndrangheta“, quizás, a día de hoy, la más peligrosa y activa de las mafias italianas; y, unos meses antes, en marzo de 2014, organizó un emotivo encuentro en Roma con víctimas de las mafias. En estas ocasiones y en otras muchas más, Francisco ha recordado que “los mafiosos no están en comunión con Dios, sino que están excomulgados”, calificando, reiteradamente, a la corrupción como “cáncer”, como “la peor plaga social” y como el origen de “gravísimos problemas y crímenes”. Y, sin ir más lejos, remitimos también a nuestros lectores a la página 33 del número de ecclesia 3.889 para encontrarnos, de nuevo, con otros recientes posicionamientos del Papa y del Vaticano sobre la corrupción.

Sin que este Editorial pretenda asociar indiscriminadamente mafia con corrupción, el mensaje papal en Twitter del 19 de julio hubo de resonar en España con especial vibración al conocerse que en la mañana de aquel día un conocido exbanquero español, envuelto en distintos escándalos de corrupción y ya con una reciente y recurrida sentencia de cárcel, decidió quitarse la vida. Esta trágica noticia coincidió también en el tiempo con la detención y encarcelamiento del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, de su hijo y del vicepresidente federativo económico, también implicados, presuntamente, en graves tramas de corrupción.

Mientras tanto, la sociedad española sigue sin acabar de “digerir” y, sobre todo, de solventar judicialmente gravísimos casos de corrupción como las tramas Gürtel, ERES de Andalucía, Pujol, el 3% también en Cataluña, Púnica, Lezo y hasta el mismísimo caso Nóos, entre otros, amén de continuos escándalos e imputaciones que afectan a destacadísimos futbolistas que compiten en España.

Todo ello, sin duda, salpica y contamina no solo la vida pública, sino que también repercute muy negativamente en la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie. Y es que la ciudadanía, singularmente la más necesitada y desfavorecida, no es solo víctima directa de estos insoportables desmanes, sino que toda esta vergonzosa realidad socava los valores morales y la confianza, además de correr el riesgo, en la medida que sea, del contagio y de agudizar aun las perniciosas derivas de relativismo, individualismo y subjetivismo, que tanto perjudican y hasta corroen a nuestro tejido social.

En febrero de 1996, en momentos entonces también muy complicados y condolidos por otros conocidos casos de corrupción, la CEE publicó el documento Moral y sociedad democrática, que, en continuidad con La Verdad os hará libre, de noviembre de 1990, mostraba la preocupación de nuestro episcopado por “la profunda crisis moral y de conciencia de la sociedad española”, raíz infecta y pútrida donde tiene su caldo de cultivo la corrupción.

La tolerancia cero respecto a la corrupción es, pues, imprescindible. ¿Pero cómo hacerla realidad? Se han de endurecer y revisar continuamente las leyes, exigiéndose la devolución efectiva de lo robado. Judicialmente se ha de saber la verdad, toda la verdad de los “casos” de corrupción que nos asolan, urgiendo a la Justicia a que actúe con premura, libertad, independencia y ecuanimidad. La presunción de inocencia debe ser siempre un derecho a proteger, a respetar y a promover, pues un Estado de Derecho, como el español, no debe dar cabida alguna a la presunción de culpabilidad.

Asimismo, se han de evitar tanto los juicios paralelos como los sentimientos de venganza y de ensañamiento mediático y digital con los culpables, por muy culpables que sean, y se ha de estar en máxima alerta para evitar que crezca, del modo que sea, la hipocresía y la doble vara de medir entre los ciudadanos.

Y todo ello demanda fortalecer la dimensión educadora de las conciencias de todos y a proceder a un apremiante rearme moral.

lunes, 28 de agosto de 2017

San Agustín

(Aurelius Augustinus o Aurelio Agustín de Hipona; Tagaste, hoy Suq Ahras, actual Argelia, 354 - Hipona, id., 430) Teólogo latino, una de las máximas figuras de la historia del pensamiento cristiano. Excelentes pintores han ilustrado la vida de San Agustín recurriendo a una escena apócrifa que no por serlo resume y simboliza con menos acierto la insaciable curiosidad y la constante búsqueda de la verdad que caracterizaron al santo africano. En lienzos, tablas y frescos, estos artistas le presentan acompañado por un niño que, valiéndose de una concha, intenta llenar de agua marina un agujero hecho en la arena de la playa. Dicen que San Agustín encontró al chico mientras paseaba junto al mar intentando comprender el misterio de la Trinidad y que, cuando trató sonriente de hacerle ver la inutilidad de sus afanes, el niño repuso: "No ha de ser más difícil llenar de agua este agujero que desentrañar el misterio que bulle en tu cabeza."
San Agustín se esforzó en acceder a la salvación por los caminos de la más absoluta racionalidad. Sufrió y se extravió numerosas veces, porque es tarea de titanes acomodar las verdades reveladas a las certezas científicas y matemáticas y alcanzar la divinidad mediante los saberes enciclopédicos. Y aún es más difícil si se posee un espíritu ardoroso que no ignora los deleites del cuerpo. La personalidad de San Agustín de Hipona era de hierro e hicieron falta durísimos yunques para forjarla.

Biografía

Aurelio Agustín nació en Tagaste, en el África romana, el 13 de noviembre de 354. Su padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano al servicio del Imperio. Su madre, la dulce y abnegada cristiana Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su hijo en su religión, aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo. El niño, según él mismo cuenta en sus Confesiones, era irascible, soberbio y díscolo, aunque excepcionalmente dotado. Romaniano, mecenas y notable de la ciudad, se hizo cargo de sus estudios, pero Agustín, a quien repugnaba el griego, prefería pasar su tiempo jugando con otros mozalbetes. Tardó en aplicarse a los estudios, pero lo hizo al fin porque su deseo de saber era aún más fuerte que su amor por las distracciones; terminadas las clases de gramática en su municipio, estudió las artes liberales en Metauro y después retórica en Cartago.

A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un hijo al que pusieron por nombre Adeodato. Los excesos de ese "piélago de maldades" continuaron y se incrementaron con una afición desmesurada por el teatro y otros espectáculos públicos y la comisión de algunos robos; esta vida le hizo renegar de la religión de su madre. Su primera lectura de las Escrituras le decepcionó y acentuó su desconfianza hacia una fe impuesta y no fundada en la razón. Sus intereses le inclinaban hacia la filosofía, y en este territorio encontró acomodo durante algún tiempo en el escepticismo moderado, doctrina que obviamente no podía satisfacer sus exigencias de verdad.

Sin embargo, el hecho fundamental en la vida de San Agustín de Hipona en estos años es su adhesión al dogma maniqueo; su preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su vida, fue determinante en su adhesión al maniqueísmo, la religión de moda en aquella época. Los maniqueos presentaban dos sustancias opuestas, una buena (la luz) y otra mala (las tinieblas), eternas e irreductibles. Era preciso conocer el aspecto bueno y luminoso que cada hombre posee y vivir de acuerdo con él para alcanzar la salvación.
A San Agustín le seducía este dualismo y la fácil explicación del mal y de las pasiones que comportaba, pues ya por aquel entonces eran estos los temas centrales de su pensamiento. La doctrina de Manes, aún más que el escepticismo, se asentaba en un pesimismo radical, pero denunciaba inequívocamente al monstruo de la materia tenebrosa enemiga del espíritu, justamente aquella materia, "piélago de maldades", que Agustín quería conjurar en sí mismo.

Dedicado a la difusión de esa doctrina, profesó la elocuencia en Cartago (374-383), Roma (383) y Milán (384). Durante diez años, a partir del 374, vivió Agustín esta amarga y loca religión. Fue colmado de atenciones por los altos cargos de la jerarquía maniquea y no dudó en hacer proselitismo entre sus amigos. Se entregó a los himnos ardientes, los ayunos y las variadas abstinencias y complementó todas estas prácticas con estudios de astrología que le mantuvieron en la ilusión de haber encontrado la buena senda. A partir del año 379, sin embargo, su inteligencia empezó a ser más fuerte que el hechizo maniqueo. Se apartó de sus correligionarios lentamente, primero en secreto y después denunciando sus errores en público. La llama de amor al conocimiento que ardía en su interior le alejó  las simplificaciones maniqueas como le había apartado del escepticismo estéril.

domingo, 27 de agosto de 2017

ÁNGELUS DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

El Evangelio de este domingo ( Mt 16.13 a 20) nos lleva un paso clave en el camino de Jesús con sus discípulos. El momento en que quiere comprobar en qué medida es su fe en él antes quiere saber qué él piensa la gente ; y la gente piensa que Jesús era un profeta, lo cual es cierto, pero no alcanza la esencia de su persona, que no captura el corazón de su misión. Entonces, le pidió a los discípulos la pregunta que es más querido, que es, recurrir a ellos directamente: "Pero usted , ¿quién dicen que soy yo?" (V. 15). Y con eso " pero " Jesús definitivamente fuera de los Apóstoles de la multitud, como diciendo: pero tú, que estás conmigo todos los días y me conocen de cerca, lo que se lee más? El maestro espera que su alta respuesta y aparte de los del público. Y, de hecho, sólo una respuesta de este tipo viene del corazón de Simón, llamado Pedro, "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" (v. 16). Simon Pietro se encuentra en los labios más grandes sus palabras , palabras que no son de sus capacidades naturales. Tal vez no había hecho las escuelas primarias, y es capaz de decir estas palabras, más fuerte que él! Pero ellos están inspirados por el Padre cielo (cf. v. 17), lo que revela el primero de los Doce la verdadera identidad de Jesús: Él es el Mesías, el Hijo enviado por Dios para salvar a la humanidad. Y por esta respuesta, Jesús entiende que, gracias a la fe dada por el Padre, hay una base sólida sobre la que construir su comunidad, su Iglesia. Por lo tanto, dijo a Simón: "Usted, Simone, eres Pedro - es decir, piedra, roca - y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (v. 18).

También hoy con nosotros, Jesús quiere seguir construyendo su Iglesia, esta casa con una base sólida, pero donde hay grietas, y que constantemente necesitan ser reparados. Siempre. La Iglesia siempre necesita ser reformado, reparado. Desde luego, no sentir las rocas, pero sólo pequeñas piedras. Sin embargo, no pequeña piedra no sirve para nada, de hecho, en las manos de Jesús la piedra más pequeña se convierte en valioso, porque él lo recoge, la mira con gran ternura, trabaja con su Espíritu, y lo coloca en el lugar correcto, que siempre pensó, y en los que puede ser más útil para todo el edificio. Cada uno de nosotros es una pequeña piedra, sino en las manos de Jesús participa en la construcción de la Iglesia. Y todos nosotros, no importa cuán pequeño, que se han convertido en "piedras vivas", porque cuando Jesús recoge su piedra, la hace suya, que lo hace vivo, lleno de vida, lleno de vida por el Espíritu Santo, llena de vida de su amor , y por eso tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: es una comunidad de vida, se compone de muchas piedras, todas diferentes, que forman un edificio único en el signo de fraternidad y comunión.

Además, el Evangelio de hoy nos recuerda que Jesús quiso para su Iglesia también un centro de comunión visible Peter - que, también, no es una gran piedra, es una piedra pequeña, pero tomadas por Jesús se convierte en el centro de comunión - en Pedro y los que lo sucedería en el mismo primado la responsabilidad, que desde el principio se han identificado en los obispos de Roma, la ciudad donde Pedro y Pablo hicieron el testimonio de la sangre.

Encomendemos a María, Reina de los Apóstoles y Madre de la Iglesia. Ella estaba en el Cenáculo, junto a Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles y empujó para sacarlos, a anunciar a todos que Jesús es el Señor. Hoy, nuestra Madre, nos sostienen y nos acompañe con su intercesión para realizar plenamente que la unidad y la comunión por la que Cristo y los apóstoles oraron y dieron su vida.

Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

en los últimos días, las grandes inundaciones han afectado a Bangladesh, Nepal y la India. Expreso mi cercanía al pueblo y rezo por las víctimas y por los que sufren a causa de esta calamidad.

Llegaron triste noticia de la persecución de la minoría religiosa nuestros hermanos rohingya. Me gustaría expresar mi cercanía a ellos; y todos nosotros pedimos al Señor que guardarlas e inspirar a los hombres y mujeres de buena voluntad en su ayuda, dándoles todos los derechos. También oramos por los hermanos rohingya.

Saludo a todos ustedes, los fieles de Roma y peregrinos de Italia y varios países: familias, grupos religiosos, asociaciones.

En particular, saludo a los miembros de la Tercera Orden; chicos Tombelle, la diócesis de Padua ... - pero usted es ruidoso, usted! - que ha recibido recientemente la confirmación; y el grupo de Lodi Vecchio: estos son buenos porque han viajado a pie, en forma de peregrinación, la última parte de la Vía Francígena. Ser tan bueno en su vida!

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olvide de rezar por mí. Buena comida y adiós!

Lutero, ¿qué celebramos?

De parte católica, grupos y personas con similar ideología a los que condenaron la Declaración Conjunta sobre la doctrina de la justificación (de la que hablé en un post anterior), no se han cansado de repetir que no hay nada que celebrar con los luteranos. Y lamentan que el pasado año, el 31 de octubre de 2016, el Papa participara en Lund (Suecia) en una ceremonia ecuménica con motivo de los 500 años de la reforma protestante de Martín Lutero.

Evidentemente, si lo que celebramos es una pelea, no hay nada que celebrar. Pero si celebramos que la pelea puede superarse y buscamos comprender las circunstancias históricas y doctrinales que la provocaron, para aprender a no repetirla, para que si hoy se dieran dificultades encontrar caminos para resolverlas de otra manera, entonces es bueno recordar el pasado y celebrar los caminos que han conducido a un presente de concordia y colaboración. La Declaración Conjunta es un buen ejemplo de a dónde pueden conducir esos caminos de estudio crítico del pasado, de comprensión y de colaboración. El Papa Francisco ha reconocido que “hoy luteranos y católicos estamos de acuerdo sobre la Doctrina de la justificación”. Más aún, que “sobre este punto tan importante Lutero no estaba equivocado”.

Lo que nos une es más que lo que nos separa. Si seguimos acentuando lo que nos separa no podremos avanzar. Lo que nos separa, nos aleja cada vez más. Ahora bien, poner el acento en lo esencial, compartido por unos y por otros, que es confesar a Cristo, a través de quien Dios se da a sí mismo en el Espíritu Santo y prodiga sus dones renovadores, puede ser compatible con distintas teologías y espiritualidades. De ahí la importancia que, en el diálogo ecuménico, cobra el principio de la “jerarquía de verdades”, que no solo se aplica a las “verdades de la fe”, sino también a las explicaciones doctrinales.

                                        Martín Gelabert Ballester, OP

sábado, 26 de agosto de 2017

Abrazos entre cristianos y musulmanes, un camino de esperanza

"¡Ah! ¿Pero tú no eras musulmán?" Confieso que durante el último año de mi vida he oído esta pregunta, dirigida a mi, bastantes veces. Compañeros de trabajo en Bangui, vecinos del barrio donde vivo o personas con las que realizamos distintas actividades un buen día, a menudo cuando les digo que nos vemos el domingo "a la salida de misa", se sorprenden al descubrir que soy católico. La verdad es que me extraña poco, y tengo que decir que hasta me agrada.

Debe de ser porque casi todos los días paso un buena parte de mi tiempo en el barrio de mayoría musulmana conocido como el Kilómetro Cinco. Allí acudo a reuniones con el comité local de paz, encuentro a representantes de milicias para animarles a que se integren en programas de desarme o para intentar serenar los ánimos cuando hay tensiones. Me ocupo tmbién de seguir proyectos de cohesión social y facilito sesiones de diálogo para que los musulmanes desplazados puedan regresar a sus antiguos hogares en otros barrios donde durante los últimos años se realizó una verdadera limpieza étnico-religiosa. Y para no aburrirme, muchos sábados por la mañana participo en actividades de limpieza comunitaria organizada por los jefes de barrio.

Uno de los logros que me ha emocionado más durante los últimos meses fue la reapertura de la mezquita del barrio de Mali Maka, en el vecino distrito quinto, donde durante años ningún musulmán podía poner el pie sin sufrir un serio riesgo de ser agredido. Desde aquella fecha, el día de la fiesta del fin del Ramadán, un grupito de musulmanes reza regularmente todos los viernes en el terreno donde un día se erigió su lugar de culto, destruido en enero de 2014. Y lo más llamativo del caso es que son los antiguos milicianos anti-balaka que viven en el barrio los que vigilan para que nadie dañe la estructura provisional levantada con tablones y lonas que ahora hace las veces de mezquita. El año pasado, también tras muchos meses de negociaciones y de diálogo, conseguimos también que los musulmanes del Kilómetro Cinco pudieran utilizar de nuevo su cementerio, situado a la salida del barrio cristiano de Boeing, donde durante más de dos años no pudieron acceder por miedo a represalias.

Uno de los signos de normalización en un lugar en conflicto, como es el caso de la República Centroafricana, es la libre circulación de personas que durante mucho tiempo no han podido pasar por ciertos barrios considerados como "zonas rojas" por el peligro que acechaba a las personas consideradas como enemigos. En Centroáfrica, por mucho que se quiera negar la realidad, el conflicto que se desarrolla desde finales de 2012 tiene tintes inter-confesionales, entre musulmanes y cristianos, y todo lo que sea facilitar la convivencia, el diálogo y el trabajo juntos entre miembros de ambas religiones es avanzar en dirección a la paz. En Bangui, desde hace cerca de un año, a pesar de altibajos las cosas van en la buena dirección, pero en la mayor parte del territorio centroafricana las milicias -de la Seleka de mayoría musulmana o de la nebulosa anti-balaka- imponen su ley y las comunidades se matan, se miran con gran desconfianza y siguen la lógica del odio que amenaza incluso con precipitarse por la pendiente del genocidio.

Centroáfrica es uno de los muchos lugares del mundo donde cristianos y musulmanes tienen ante si el desafío de vivir juntos en paz superando prejuicios. Llegar a esta meta supone dar pasos por parte de ambos bandos, encontrarse, aceptarse, reconocer lo que "los otros" tienen de valioso, perdonarse cuando nos hemos hecho daño y empeñarse en realizar acciones para aceptarse mutuamente. Lo dijo el Papa Francisco durante su visita a la Mezquita Central de Bangui en noviembre de 2015, cuando aún humeaban miles de casas de barrios vecinos destruidas por la violencia ciega y los deseos de venganza de las milicias muy pocos días antes: "cristianos y musulmanes somos hermanos y debemos tratarnos como tales".

Durante los últimos días, en los que tras los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils se ha desatado en España un alud de mensajes -algunos incluso de muy mal gusto- que alimentan el odio y los prejuicios y que circulan por redes sociales, en algunos medios de comunicación y ¡ay! hasta en algún que otro púlpito, me encuentro hoy con la foto del abrazo de los padres del pequeño de Rubí fallecido en el atentado de Barcelona con el Imán de su localidad y me rindo ante la capacidad que siempre tienen tantos seres humanos extraordinarios de responder con el amor y la cordura al odio irracional. Me he entretenido en repasar mi archivo fotográfico de fotos tomadas en barrios de Bangui durante los dos últimos años y he encontrado decenas de imágenes similares que demuestran que ante la barbarie, siempre hay personas dispuestas a demostrar que es posible vivir juntos en paz y conocernos mejor.

He encontrado fotos de cristianos y musulmanes que acababan de volver de campos de desplazados y trabajan juntos para reconstruir sus precarias viviendas, estampas de líderes religiosos de ambas confesiones que dan ejemplo de trabajar al unísono, milicianos que han combatido en bandos distintos y que durante años se han enfrentado para matarse, que participan en un acto por la paz y se abrazan, mujeres cristianas y musulmanes que -tras varios años sin verse- regresan al mismo mercado y lloran juntas al encontrarse...

Cristianos y musulmanes que se reconocen somos hermanos y se tratan como tales. En Centroáfrica, en el resto del continente en Oriente Medio, en España y en todo el mundo. No hay otro camino hacia la paz.

Domingo XXI (Ciclo A) del tiempo ordinario

Evangelio (Mt 16,13-20): En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo.

Compartimos:
Hoy, la profesión de fe de Pedro en Cesarea de Filipo abre la última etapa del ministerio público de Jesús preparándonos al acontecimiento supremo de su muerte y resurrección. Después de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús decide retirarse por un tiempo con sus apóstoles para intensificar su formación. En ellos empieza hacerse visible la Iglesia, semilla del Reino de Dios en el mundo.

Hace dos domingos, al contemplar como Pedro andaba sobre las aguas y se hundía en ellas, escuchábamos la reprensión de Jesús: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» (Mt 14,31). Hoy, la reconvención se troca en elogio: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás» (Mt 16,17). Pedro es dichoso porque ha abierto su corazón a la revelación divina y ha reconocido en Jesucristo al Hijo de Dios Salvador. A lo largo de la historia se nos plantean las mismas preguntas: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? (…). Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mt 16,13.15). También nosotros, en un momento u otro, hemos tenido que responder quién es Jesús para mí y qué reconozco en Él; de una fe recibida y transmitida por unos testigos (padres, catequistas, sacerdotes, maestros, amigos…) hemos pasado a una fe personalizada en Jesucristo, de la que también nos hemos convertido en testigos, ya que en eso consiste el núcleo esencial de la fe cristiana. 

Solamente desde la fe y la comunión con Jesucristo venceremos el poder del mal. El Reino de la muerte se manifiesta entre nosotros, nos causa sufrimiento y nos plantea muchos interrogantes; sin embargo, también el Reino de Dios se hace presente en medio de nosotros y desvela la esperanza; y la Iglesia, sacramento del Reino de Dios en el mundo, cimentada en la roca de la fe confesada por Pedro, nos hace nacer a la esperanza y a la alegría de la vida eterna. Mientras haya humanidad en el mundo, será preciso dar esperanza, y mientras sea preciso dar esperanza, será necesaria la misión de la Iglesia; por eso, el poder del infierno no la derrotará, ya que Cristo, presente en su pueblo, así nos lo garantiza.

viernes, 25 de agosto de 2017

EN LINEA DE FUEGO

La República Democrática del Congo es un país que produce vértigo, incluso si se mira de lejos. Inmenso, vibrante, con un paisaje arrebatador, riquezas minerales que provocan los peores instintos y una convivencia siempre al borde del estallido. Los numerosos misioneros con los que he hablado en los últimos años siempre reflejan la paradoja que produce contemplar la aventura de un pueblo lleno de vitalidad y de empuje, y un contorno institucional pésimo que arrastra una corrupción endémica inimaginable y toda clase de abusos de poder. El tablero se complica aún más debido a las tensiones étnicas, a las guerrillas de difícil clasificación (especialmente en la zona lindante con los Grandes Lagos) y la influencia de agentes extranjeros de todo tipo, los chinos han sido los últimos en llegar y son ahora los más activos.

No hace falta decir que la violencia ha acompañado el camino de este gran país africano desde antes incluso de su independencia. El momento actual está marcado por la resistencia del presidente Joseph Kabila a abandonar el poder, tal como establecen la Constitución y los llamados Acuerdos de San Silvestre, firmados «in extremis» con la oposición la noche del pasado 31 de diciembre. Estos acuerdos, alcanzados gracias a la mediación tenaz de los obispos congoleños, establecían la formación de un gobierno de transición que nunca ha visto la luz, entre otras cosas porque el líder de la oposición, Etienne Tshisekedi, falleció inesperadamente en Bruselas mientras se sometía a un chequeo. Lo cierto es que Kabila y la red de intereses que se mueve a su alrededor no desean que se produzca un cambio, mientras aumenta el malestar de la gente y se extiende una sensación de descontrol que el propio presidente usa para justificar su inmovilismo. A inicios de julio el presidente se entrevistó con Marcel Utembi, arzobispo de Kisangani y presidente de la Conferencia Episcopal (CENCO), y de nuevo reiteró su intención de convocar elecciones cuando sea posible. Los obispos católicos, convertidos en actores principales de este drama, ya que son la única fuerza con capacidad para dialogar con todos, conocen de sobra las malas artes de Kabila, pero insisten en que no hay alternativa a los Acuerdos de San Silvestre.

El bloqueo de la situación política tiene numerosos efectos perniciosos para la vida diaria que los obispos no dejan de denunciar. Por ejemplo surgen por todas partes bandas armadas para oponerse a un orden injusto, pero de las que no puede esperarse ninguna solución estable sino que terminan generando un calvario que sufre la gente sencilla. Esta inestabilidad endémica y llena de peligros ha creado una fuerte crisis económica que está llevando la tensión social al límite.

Un hecho destacable es que esa mediación, que cuenta con el apoyo de la inmensa mayoría de la población, no le está saliendo gratis a la Iglesia. De hecho se detecta un crescendo de la violencia contra instituciones católicas en el último año: han sido asaltados e incendiados parroquias y seminarios, especialmente en las regiones de Kivu y Kasai, y también los sacerdotes están en el punto de mira. El pasado día 16 el párroco y el coadjutor de Notre-Dame des Anges, en la región de Kivu-Norte, fueron secuestrados tras un ataque de un grupo de milicianos que destrozaron varios locales y aterrorizaron a la población.

La CENCO ha publicado un duro comunicado en el que pide al gobierno que garantice la seguridad de las personas y de sus bienes, y a las fuerzas del orden que hagan todo lo posible para liberar a los dos sacerdotes de las manos de los secuestradores y para desmantelar la red criminal que desestabiliza toda la zona. Además subraya que estos sacerdotes «son hombres de Dios que dedican su vida al bien de la población, sin tener una agenda política; hacerles daño significa dañar a toda la comunidad a la que sirven». No se conoce la identidad de estos milicianos, pero el portavoz de la CENCO no duda en avanzar una hipótesis: la Iglesia no es bien vista por el grupo que está en el poder, porque se ha convertido en garante del acuerdo de San Silvestre, y por eso «representa seguramente una piedra en el zapato del gobierno».

A estas alturas nadie duda que este secuestro sea un serio aviso para una Iglesia que no se somete, que es la única institución con una presencia activa y capilar en todas las regiones, y que ha pagado ya un generoso tributo de sangre a lo largo de la trayectoria histórica del país. Los obispos son conscientes de que el momento es dramático y de que ellos mismos, así como sacerdotes y religiosas, están en la línea de fuego. Como pastores de la Iglesia no proponen una agenda política, pero ante el «fracaso de la clase política» piden a los congoleños «que tomen el control de su destino de forma pacífica y democrática, con la no violencia activa y evangélica».

Le apasiona el katesurfing, fue a Cabo Verde a practicarlo y allí le esperaba la vocación sacerdotal

Son varios los sacerdotes franceses que practican el surf y lo utilizan como ocasión de evangelización, desde el padre René-Sebastien Fournié en el Cantábrico (Biarritz) al padre René-Luc Giran en el Mediterráneo (Montpellier). Cuando este último se fue a Cabo Verde a practicar, no sabía que allí le esperaba el que puede ser un futuro sacerdote para su diócesis, como cuenta Benjamin Coste en Famille Chrétienne:

Con su mirada oscura y profunda, su barba incipiente y el cabello negro azabache ondulado como por la brisa marina, Daniel Esquivel Elizondo (Elizondo en francés significa “quien está cerca de Dios”) tiene el físico de un surfista normal y corriente. Equipado con su tabla y su vela de kitesurf, no llama la atención en esta playa de Montpellier. Solo un detalle atrae nuestra atención: la pequeña Cruz que cuelga de su traje. En septiembre próximo, este mexicano de 37 años entrará en el seminario de Toulouse para la diócesis de Montpellier.
Para llegar a Hérault [departamento al que pertenece Montpellier] desde su México natal, el futuro aprendiz de sacerdote ha tenido que surfear numerosas olas. Algunas llevaron y le hicieron avanzar más deprisa. Con otras... se quedó atascado. Con el mar ha mantenido siempre una relación especial. Daniel nació en León, a medio camino entre el océano Pacífico y el océano Atlántico. Guarda un recuerdo “impresionante” de su primer contacto con el elemento marino. “Recuerdo haber adquirido conciencia por primera vez de la profundidad del océano”, explica en un francés perfecto, discretamente modulado por sus orígenes mexicanos. Una experiencia iniciática durante la cual el niño sintió el miedo a lo desconocido y, al mismo tiempo, la llamada a superarlo. “Gracias al mar, viví una auténtica experiencia de superación de mí mismo”.

El océano es el destino veraniego de las vacaciones familiares. Al ganar en confianza, Daniel se encamina hacia una perspectiva lúdica del mar. “Pasaba días eneros escrutando a lo lejos, esperando a ola que podría surfear con mi tabla. Me fascinaba”, evoca, ya consciente del poderío de este elemento ambivalente, “tan atrayente como intimidante, tanto una fuerza para la vida como una fuerza para la muerte”.

Los estudios de Daniel le conducirán lejos del océano y de México. En septiembre de 2000 planta su equipaje en Grenoble (Francia). Ante las montañas siente el mismo respeto que ante el océano. Por la altura, claro, pero también porque “la Creación está llena de la presencia de Dios”, explica un hombre que ha sido católico desde su infancia, pero al mismo tiempo poco arraigado hasta que leyó el libro de Santa Faustina La divina misericordia, que le permitió “comprender con qué amor era amado”.

Del kitesurf al seminario 
“Es el kitesurf el que me condujo a prepararme para el sacerdocio para la diócesis de Montpellier”, bromea Daniel con una gran carcajada, “lo descubrí durante un curso en Bélgica”. Junto con un amigo, se inicia con entusiasmo en esta disciplina “que permite surfear todo el tiempo, sin tener que esperar a una buena ola”.

En 2015, Daniel decide pasar unas vacaciones deportivas en Cabo Verde, uno de los destinos más célebres para esta disciplina, entre los mejores por el viento y los spots para surfear.

En la isla conoce a otros kitesurfers. Entre ellos, un sacerdote: el padre René-Luc, autor de Dieu en plein coeur, fundador de la escuela de misión Cap Missio… ¡y acreditado kitesurfer! En tono de broma, el sacerdote le lanza con franqueza: “¡Si quieres servir en una diócesis donde se puede practicar el kite, la mía está reclutando!”. Tras pensarlo, Daniel le toma la palabra y traslada sus maletas a Montpellier.

Una vez sea ordenado sacerdote diocesano, Daniel quiere sobre todo unirse a hombres y mujeres en su vida cotidiana, y le gustaría hacer del kitesurf “un componente de su futuro ministerio”. Para él es una forma de desmitificar la vida del sacerdote: “Entregar tu vida a Dios no quiere decir renunciar a todo. Ser sacerdote también es poner tus pasiones al servicio del Evangelio”.

Gracias al kitesurf, Daniel dice haber progresado en el plano humano: “He aprendido a conocerme mejor, a saber dónde están mis límites. El kite y el mar me han permitido igualmente ganar en coraje, y también en prudencia. A veces, cuando las condiciones del viento son demasiado peligrosas, hay que saber renunciar a meterse en el agua”. Y, simplemente, contemplar la belleza de la Creación: “Dios es tan humilde que se esconde detrás de todo aquello que nos da”.

El kite y las virtudes teologales 
Este kitesurfer ya ha imaginado una catequesis impartida en torno a esta práctica deportiva: “La vela del kite es nuestra fe. Permite capturar el viento del Espíritu, que nos hace avanzar. Esta vela está unida con cuerdas a una barra que se sujeta a un arnés, que es nuestra esperanza. La barra que sujetamos con las manos es nuestra voluntad: nos permite elegir las grandes orientaciones de nuestra vida. En cuanto a la tabla, es la caridad. Sin ella, nos hundimos en los abismos del egoísmo”.

Y, añade, siempre con humor y sentido de la metáfora: “Sin la fe, no se puede practicar kitesurf, sino canoa-kayak. ¿Por qué? ¡Porque uno se pasa el día remando!”.

jueves, 24 de agosto de 2017

Cristina Antolín Tomás, elegida nueva Priora General de la Congregación Sto. Domingo

El día 7 de Agosto el capítulo General de la Congregación Santo Domingo reunido en Granada (Casa-Madre), bajo el lema “Comunidad en misión para la misión: Id y Predicad” ha elegido a Sor Cristina Antolín Tomás como nueva Priora General para el próximo sexenio. El XX Capítulo General y XIX electivo de la Congregación Santo Domingo que comenzó el día 1 de agosto, tiene entre sus trabajos la elaboración de una nueva estructura congregacional, y la revitalización de la vida y la misión.

Nacida en Orihuela (Alicante), hace 58 años es una mujer inquieta y vital. En ella se aúnan desde su juventud  la vocación de médico, la vocación religiosa, y la misión en África.  Cristina Antolín  lleva 32 años en el continente  Africano, durante 14 años ha estado en la misión de Isiro, en el noreste de la República Democrática del Congo. Allí aprendió de la mano de un cirujano congoleño, una gran parte de su práctica médica y allí sufrió también los horrores de la guerra. Hasta el momento de ser elegida Priora General estaba destinada en Yaundé, capital de Camerún, donde dirigía y aún dirige el  Hospital San Martín de Porres, uno de los mejores centros sanitarios del País. Misión llevada a cabo con otras congregaciones dominicas. 

Ahora a la nueva Priora General le toca a sumir en este servicio los retos que la Vida Religiosa y la Congregación Sto. Domingo tienen en el hoy de la historia. Una mujer, religiosa, cirujana y pionera en África, que ha salvado tantas vidas se pone en manos de Dios, para continuar sanando y dando vida en otros lugares y presencias de la Congregación.

El presidente ruso recibió al secretario de Estado vaticano

El presidente ruso, Vladimir Putin, avaló el "diálogo constructivo" entre la Santa Sede y Rusia, durante un encuentro con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, con motivo de la visita del cardenal al país.

La reunión, celebrada en el balneario de Sochi, sirvió para estrechar los lazos entre Moscú y Roma, en un momento "basado en la confianza entre la Santa Sede y Rusia", dijo el jefe del Kremlin. Parolin se había encontrado ayer con el patriarca de la Iglesia Ortodoxa, Kirill.

"Los acuerdos alcanzados durante mis contactos con el Papa Francisco están siendo implementados de manera consistente, y estamos muy contentos de que el diálogo entre iglesias continúe", afirmó Putin.

Durante su reunión de ayer, el patriarca ortodoxo reveló la posibilidad de que su Iglesia y la Iglesia de Roma desarrollen proyectos conjuntos para aliviar la situación de las personas que sufren las consecuencias de los conflictos armados en Oriente Medio.

Putin cerró su declaración señalando que su gobierno "recibe con beneplácito el diálogo directo que se inició entre la Santa Sede y la Iglesia ortodoxa", y observó que "los valores universales y humanitarios protegidos por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa son la base de las relaciones entre ambas iglesias y los dos estados".

miércoles, 23 de agosto de 2017

AUDIENCIA GENERAL DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos: Saludos

En la catequesis de hoy hemos considerado cómo la esperanza cristiana está abierta a la novedad más grande, porque está abierta a Dios que sabe crear siempre cosas nuevas y sorprendentes en nuestra vida y en la historia.

La Biblia nos muestra que el camino del creyente tiene una meta y un sentido. Es la Jerusalén del Cielo, donde nos espera lleno de ternura para enjugar nuestras lágrimas y darnos descanso en nuestras luchas y fatigas. Frente a tanto sufrimiento en el mundo, a tantos niños que sufren por la guerra, al llanto de las madres, a los sueños rotos de tantos jóvenes, a las penurias de tantos refugiados, la esperanza cristiana nos asegura que tenemos un Padre; tenemos un Padre que llora y se apiada de sus hijos, que nos espera para consolarnos, porque conoce nuestros sufrimientos y ha preparado para nosotros un futuro distinto.

La esperanza nos lleva a creer con firmeza que la muerte y el odio no tienen la última palabra. Que el mal al final será eliminado como la cizaña del campo. Y, sobre todo, nos da a Jesucristo que nos acompaña y consuela en nuestro camino.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Por intercesión de santa Rosa de Lima, cuya fiesta celebramos hoy, pidamos a la Virgen María que aun en medio de las dificultades y oscuridades de la vida mantengamos encendida la luz de la esperanza, la certeza de que Dios es nuestro Padre y nunca nos abandona. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

Santo Padre:

Pensavo che all’università di Salamanca insegnassero a studiare solamente sui libri; ma vedo che cantano bene: complimenti!

SANTA ROSA DE LIMA,O.P

El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones".

Nació en Lima, Perú, en 1586 (año de la aparición de la Virgen en Chinquinquirá) fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.

Cambio de Nombre.
En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

Evitando Peligros.
Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

Renunciando a un Amor.
Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera.

Vocación Detenida.
Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.

Una Mariposa Señala el Color.
Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.

Su Patrona y su Modelo.
Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.

Encierro Total.
Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.

Ganando el Pan con el Sudor.
Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.

Ataques Varios.
El demonio la atacaba de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: "Señor, ¿y a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?". Y oyó que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad".

Sus Penitencias.
Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

Sus Dolores.
Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: "Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios". Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo."Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.

Anuncio de la Fecha de su Muerte.
Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.

Funeral de Primera.
Y a esta muchacha pobre y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo.

Honores Finales.
Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.

martes, 22 de agosto de 2017

Sor Teresa, monja contemplativa del Real Monasterio de Santo Domingo en Caleruega, ha dado testimonio de su vocación

En febrero de 1999, el Maestro de la Orden Timothy Radcliffe escribió una carta a los frailes y hermanas en formación inicial. Aunque yo entonces sólo tenía 5 años y ni pensaba en ser monja ni tenía ni idea quién era Domingo de Guzmán, se me ha ocurrido usar dicho texto para este pequeño escrito en el que os comparto un poco mi experiencia, mi corta experiencia en la Orden.

Mi nombre es Teresa, tengo 23 años y soy profesa temporal en el Monasterio de Santo Domingo de Caleruega. Si ya es raro que alguien se decida por la vida del claustro en este momento de la historia, supongo que debe resultar aún más sorprendente que lo haga en una Comunidad que supera los 70 años de edad media de sus miembros. ¿Estás loca?

Bueno, yo también me hago esa pregunta de vez en cuando y, no sé muy bien qué responder. Puede que haya perdido un poco la cabeza pero es precisamente en esta vida donde he podido encontrar la paz y la alegría que en mis 18 años anteriores, sensatos y prudentes, no conseguí hallar.

Cuando, en el año 2012, me despedí en mi perfil de Facebook, escribí: Me voy por alguien que hará todo por mí cuando yo no me sienta con fuerzas, me voy por alguien que me consolará en el sufrimiento, me voy a la vida fácil, al no hacer nada para que Él lo haga todo en mí. Y ahora que pretendo compartiros un poco mi día a día he querido empezar con esa misma verdad, no ya en esperanza, sino habiéndolo comprobado un poco: que es Dios quien hace la obra y precisamente por eso, porque la lleva Él, es posible, si no….

Decía Timothy: Las razones que nos han traído a la Orden quizá no sean las que nos llevan a permanecer en ella. Como católica y practicante, la vida de las monjas me pareció siempre muy respetable y valiosa para la Iglesia, pero jamás pensé que podía incluirme en su número, valiosa y respetable sí, pero no para mí. Esa “leyenda negra” que sitúa a las monjas aún en la edad media, entre rejas y monasterios oscuros, con penitencias continuas, con poca cultura, sin conocimientos de nada tecnológico, con caras serias y estricto silencio, supuso un verdadero obstáculo que me echaba para atrás. Por eso, ante la posibilidad de que Dios podía estar llamándome a esta vida, me decidí a probar: así me quitaba pronto la duda de encima, que no me dejaba tranquila, y podía seguir con mis planes…. Sobre todo pensaba que no era compatible con mi forma de ser, con mi manera de afrontar la vida, de verla, con mi ser hija del siglo XXI etc. Al principio sentía un gran peso y le preguntaba con frecuencia a Dios: ¿por qué me metes a mí en esto? Hasta que un día me di cuenta que había dejado de decir “el convento” para decir “mi casa”; había dejado de hablar de “las monjas” para decir “nosotras”… ¡pero si yo no quería! Desde luego que no fue de la noche a la mañana y conté con la ayuda de mis hermanas que creyeron en mí y en mi vocación cuando yo dudaba más que nadie de ella, pero así, poco a poco en palabras del mismo Radcliffe: me quedé porque este deseo se apoderó por completo de mí. Y tal cambio me parecía la mayor prueba de que esto no podía ser sólo algo mío.

Es verdad que no tenemos que reinventar la Orden en cada generación, pero fue parte del genio de Santo Domingo fundar una Orden con flexibilidad y adaptación como parte de su ser. Y es que no os voy a negar que vivir en una Comunidad de hermanas mayores tiene sus desafíos y sus luchas de cada día, pero aprendes y descubres cosas de enorme valor. Al principio, ante los malentendidos, una puede caer en el error de pensar con cierto victimismo ¡es que no me comprenden! O, incluso, sentirse juzgada, pero la vida de Comunidad es un continuo aprendizaje y si estás dispuesta a que Dios te cambie los esquemas, comprendes que las cosas quizá no sean exactamente como pensabas y que, por encima de las diferencias, (grandes, no lo voy a negar), nos une una misma llamada, algo a lo que apelar al final de cada discusión, algo que está por encima del ¿quién tendrá razón?: ¿qué es lo que Dios quiere de nosotras?

Así, yo descubrí que la convivencia con mis hermanas, no era algo que debía “tolerar porque no me quedara más remedio”, sino el lugar de mi Predicación, la materia de mi Predicación, la homilía de mi vida que quiere entregarse en la Orden de Predicadores. ¿Si no fuera por Dios, qué sentido tendría esto? ¿No es Él quien nos ha convocado y nos sostiene? ¿Quién nos une, sino Dios? Aún con nuestras diferencias ¿no compartimos los mismos motivos, el mismo Motivo que nos tiene aquí?

Aun así, soy consciente de que yo pertenezco a otra época; No se trata sólo de un salto generacional, pienso que es algo mucho más novedoso. No tengo ni idea de cómo se conjuga, pero cada vez sospecho más que no se trata de un “cambio de costumbres” sino de una manera nueva –aunque siempre antigua- de ser monjas dominicas.

No es reinventar la Orden, sino discernir lo que el Espíritu está queriendo con todo esto que, humanamente hablando, no deja de ser una locura. Por eso estoy convencida que todo tiene una razón de ser mucho más profunda. Un desafío, una tensión, un ser fiel a Dios y la humanidad de la que formamos parte y a la que somos enviadas, juntas, como Comunidad.

En un mundo dividido y aislado, que descarta a los ancianos en las residencias y a los jóvenes les niega la oportunidad de un trabajo, de un futuro, ¿no es ahora más necesario que nunca un grito que despierte al mundo, un ¡es posible!? Pero no por nuestras fuerzas, sino porque es Dios el dueño de la empresa y por tanto: ¡peor para él si no nos echa una mano!

No os voy a negar que a veces me preocupe el futuro. Bueno, a veces no, siempre. Pero es una preocupación que al mismo tiempo me hace experimentar la libertad. Os pondré un ejemplo:
En el Parque de Atracciones de Madrid hay una montaña rusa llamada el Abismo. Al subirte y comenzar el viaje, el vagón lleva una lenta velocidad que te hace arrepentirte de haber montado mientras sube despacito una estructura completamente vertical que, en un ángulo de 180º acaba dejándote boca abajo. Mientras subes a velocidad lenta, crees ingenuamente que sujetándote bien, podrás agarrarte en caso de que los cinturones fallen y por eso te mantienes rígida, tensa y con dolor de espalda y de cuello. Cuando llega el momento y durante unos 3 segundos permaneces de cara al suelo, cuando escuchas el clic de los cinturones de seguridad y notas toda tu sangre en la cabeza, cuando reconoces que da igual lo mucho o poco que te sujetes pues aquello escapa a tus capacidades, entonces es cuando empiezas a disfrutar: te relajas, te dejas llevar, nada depende de ti, ¡tú sólo vive intensamente!

Así me ha sucedido en el convento. Cuando al principio creía que podía controlar algo, que (aunque fuera una parte muy pequeña de esta historia) había algo que estaba en mi mano, me mantuve tensa, rígida, preocupada, queriendo evitar la próxima curva del trayecto. Entonces vinieron las crisis y nada pudo evitar que me encontrara de cara al suelo. Daba igual que me sujetara, aquello escapaba a mi capacidad. Y sin embargo, no caí, me sujetó no ya el cinturón, sino las manos de Dios en las que puse mi vida y a las que dejé que guiaran mi trayectoria. A veces parece que tocas el cielo, que casi podrías volar, cuando el aire te roza las mejillas y desde allá arriba las vistas te resultan preciosas, otras, en cambio, estás por los suelos, notando el roce del coche en el carril de la atracción, la cabeza se te inclina y no ves apenas nada. No importa. Lo esencial es que te sabes en buenas manos, y eso te hace sentir libre. Disfrutando del hoy como lo único que te pertenece, y al mismo tiempo lo único que tienes para dar; sin buscar garantías de nada, ni calcular presupuestos.

En 1217, Santo Domingo dispersó a los frailes, porque “el grano almacenado se pudre”. Los envió por los caminos sin dinero, como a los apóstoles. Pero uno de los frailes, Juan de Navarra, rehusó viajar a París sin tener dinero en su bolsillo. Domingo invita a Juan a confiar, no con arrogante confianza en sí mismo, sino en el Señor, que cuidará de él durante el viaje, y en su hermano que lo envía. Cuando Domingo ve que todavía está lejos de conseguirlo, tiene misericordia de él.

-¿Qué pides?- Se nos pregunta en la toma de hábito y la profesión.

-La misericordia de Dios y la vuestra- respondemos cada día con el deseo de permanecer.