Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia
Primera Lectura
Lectura del libro de Nehemías (2,1-8):
Era el mes de Nisán del año veinte del rey Artajerjes. Tenía el vino delante, y yo tomé la copa y se la serví. En su presencia no debía tener cara triste.
El rey me preguntó: «¿Qué te pasa, que tienes mala cara? Tú no estás enfermo, sino triste.»
Me llevé un susto, pero contesté al rey: «Viva su majestad eternamente. ¿Cómo no he de estar triste cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas, y sus puertas consumidas por el fuego?»
El rey me dijo: «¿Qué es lo que pretendes?»
Me encomendé al Dios del cielo y respondí: «Si a su majestad le parece bien, y si está satisfecho de su siervo, déjeme ir a Judá a reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres.»
El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron: «¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás?»
Al rey le pareció bien la fecha que le indiqué y me dejó ir.
Pero añadí: «Si a su majestad le parece bien, que me den cartas para los gobernadores de Transeufratina, a fin de que me faciliten el viaje hasta Judá. Y una carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales para que me suministren tablones para las puertas de la ciudadela de templo, para el muro de la ciudad y para la casa donde me instalaré.»
Gracias a Dios, el rey me lo concedió todo.
Palabra de Dios
Salmo 136,R/. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti
Santo Evangelio según san Lucas (9,57-62):
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»
Palabra del Señor
Compartimos:
Hay refranes españoles que nos advierten contra la procrastinación: “No dejes para mañana…”, “lo que has de hacer, hazlo pronto…”
Jesús también insiste hoy, pero no es tanto contra una procrastinación que en ocasiones puede ser inofensiva, como contra las excusas que nos damos para no seguirle pronta y radicalmente. O contra las condiciones que se pueden poner… “Señor, si me concedes esto, yo haré…”
También advierte contra dar marcha atrás una vez que habíamos comenzado el camino. Mirar hacia atrás y decirnos calladamente “si no me hubiera comprometido, ahora podría hacer algo más cómodo, más rentable, más egoísta, quizá”. Mirar hacia atrás y añorar los bienes (como las cebollas de Egipto) que se tenían y a lo que hay que renunciar para seguir a Cristo. Prometer una acción de caridad, de justicia, de sacrificio por los demás, de oración y luego no cumplir porque resulta incómodo, o porque “ahora no tengo tiempo”.
Jesús dice que, una vez que se pone la mano en el arado –es decir, una vez que se ha decidido hacer un bien en seguimiento de Cristo—conviene arar. ES decir, hacerlo, por muy complicado y difícil que parezca.
Hoy celebramos la santidad de una joven que tuvo mucha prisa por entregarse a Cristo. Tanta, que tuvo que pedir permiso especial al Vaticano para entrar en el Carmelo antes de tiempo. Luego, no sabemos de actos “heroicos” que hiciera antes de su muerte a los veintipocos años. Y sin embargo, es la patrona de las misiones. Su “pequeño camino” fue camino decidido y siempre hacia adelante.
¿Quiénes son esos muertos que hay que dejar para seguir a Cristo? Posiblemente no personas; no creo que Jesús le pida a nadie que no entierre a su padre. Lo que sí pide es dejar esos otros muertos: la comodidad, el centrarse en uno mismo, las demasiadas ocupaciones que impiden orar o que impiden trabajar por los demás, el dinero, el prestigio… todo eso son muertos. Que otros muertos los entierren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.