viernes, 4 de agosto de 2023

Viernes de la 17ª semana del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura del libro del Levítico (23,1.4-11.15-16.27.34b-37):

El Señor dijo a Moisés: «Estas son las festividades del Señor, en las que convocarán a asambleas litúrgicas. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la fiesta de la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes sin levadura, dedicada al Señor. Comerán panes sin levadura durante siete días. El primer día de éstos se reunirán en asamblea litúrgica y no harán ningún trabajo. Los siete días harán ofrendas al Señor. El día séptimo se volverán a reunir en asamblea litúrgica y no harán ningún trabajo de siervos».

El Señor volvió a hablar a Moisés y le dijo: «Di a los israelitas: Cuando entren en la tierra que yo les voy a dar y recojan la cosecha, le llevarán la primera gavilla al sacerdote, quien la agitará ritualmente en presencia del Señor, el día siguiente al sábado para que sea aceptada. Pasadas siete semanas completas, contando desde el día siguiente al sábado en que lleven la gavilla para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días, harán una nueva ofrenda al Señor. El día diez del séptimo mes es el día de la expiación. Se reunirán en asamblea litúrgica, harán penitencia y presentarán una ofrenda al Señor. El día quince de este séptimo mes comienza la fiesta de los Campamentos, dedicada al Señor, y dura siete días. El primer día se reunirán en asamblea litúrgica. No harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas al Señor. El octavo día volverán a reunirse en asamblea litúrgica y a hacer una ofrenda al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No harán trabajos serviles.

Estas son las festividades del Señor, en las que se reunirán en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día».

Palabra de Dios

Salmo 80 R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios

 Santo Evangelio según san Mateo (13,54-58):

En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: «¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es María su madre, y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?» Y se negaban a creer en él. Entonces Jesús les dijo: «Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa». Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos.

Palabra del Señor

Compartimos:

Hay admiración y ponderación. Hay también sorpresa, sospechas, incredulidad.

Quizá sea bueno que te preguntes por lo que está debajo de esas expresiones. Normalmente los ojos que miran a una persona, los ojos que son testigos de sus acciones, de sus modos de tratar a los demás, de relacionarse, de posicionarse en la vida no están exentos de filtros, de pre-jucios, de supuestos…

¿Cuál ha de ser el perfil del Mesías? ¿Qué rasgos ha de tener para que yo le acepte, le otorgue mi confianza, le dé crédito y le siga?

-¿Hijo de reyes nacido en palacio o Criatura indefensa dada a luz en un establo?

-¿Jinete al frente de poderoso ejército o Predicador itinerante montado en borrico?

-¿Señor con bastón de mando o Servidor con la tolla de lavar los pies?

Permite que la Palabra te ayude a desmontar tus pre-jucios e ideas preconcebidas sobre Dios, su Mesías, su Evangelio, su Modo de salvar…

Que tu “normalidad” no me asuste.

Que tu “pequeñez” no me espante.

Que tu “encarnación” no me escandalice nunca.

Cambia, Señor, el enfoque de mi corazón, para que mis ojos se abran a tu verdad y reciba el regalo de tu Humanidad Santísima. Amén.

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