jueves, 3 de noviembre de 2022

Jueves de la 31ª semana del Tiempo Ordinario, San Martin de Porres

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Fílipenses (3,3-8a):

Los circuncisos somos nosotros, que damos culto con el Espíritu de Dios, y que ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en la carne. Aunque, lo que es yo, ciertamente tendría motivos para confiar en la carne, y si algún otro piensa que puede hacerlo, yo mucho más, circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo por los cuatro costados y, por lo que toca a la ley, fariseo; si se trata de intransigencia, fui perseguidor de la Iglesia, si de ser justo por la ley, era irreprochable. Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.

Palabra de Dios

Salmo104,R/. Que se alegren los que buscan al Señor

 Santo Evangelio según san Lucas (15,1-10):

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.» Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»

Palabra del Señor

Compartimos:

Para mucha gente, el cristianismo es una auténtica locura. No tiene sentido ver a hombres y mujeres jóvenes que renuncian a su vida para vivir por Cristo e incluso para morir por él. Y tienen razón: El cristianismo es una auténtica locura; una locura que resulta de la superabundancia de amor que Dios muestra por la humanidad. Es una locura que es una imitación de la propia locura de Dios. En general, ¿qué pastor en su buen sentido arriesgaría a los noventa y nueve para ir en busca del único perdido? En la economía humana, no cuadra. O, ¿qué mujer puede acabar gastando más de lo que cuesta una moneda de plata, para celebrar el hallazgo de una moneda? Mientras que aquí en la tierra no podemos esperar a colgar a un criminal, la alegría del cielo no tiene límites cuando un pecador se arrepiente. Es este conocimiento el que hace que Pablo considere todo basura por la alegría de encontrar a Cristo, la locura de seguirlo.

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