Madre de Dios, vengo a ti en esta noche como acude un hijo a su madre después de un largo día, para hablarte y sentir tu amor y tu consuelo.
Virgen María, te doy gracias por tu infinito amor hacia todos los hombres. Por estar siempre a nuestro lado, escuchando y llevando a tu hijo nuestras súplicas.
Intercediendo eternamente por el perdón de nuestros pecados y por nuestras necesidades.
Madre bendita, te veneramos; y ruego en esta noche que protejas a nuestras familias, especialmente-
Que los cubras con tu manto de amor y tu dulzura de madre, para que duerman profundamente, dejando a un lado sus preocupaciones y confiando en que mañana será un nuevo día, y nuevas oportunidades y soluciones se presentarán.
Con la certeza de que el Señor Jesús, y gracias a tu intercesión, está actuando en sus vidas y está trayendo todas las bendiciones que están esperando.
Dulce Virgen María, ruega a tu hijo por nosotros. Para que nos perdone por todas las veces que le hemos fallado en pensamiento, palabra y acción y no hemos dado ejemplo como creyentes. Amén
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