viernes, 13 de mayo de 2022

Viernes de la 4ª semana de Pascua

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,26-33):

En aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: «Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: “Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”».

Palabra de Dios

Salmo 2,R/. Tu eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy

 Santo Evangelio según san Juan (14,1-6):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

Palabra del Señor

Compartimos:

“Que no se turbe vuestro corazón”, comienza el Evangelio que meditamos hoy. Y sigue: “Creed en Dios y creed también en mi” […] “porque me voy a prepararos un lugar”. Esta lectura es muy utilizada en los funerales cuando despedimos a un ser querido, ya que Jesús nos asegura la continuidad de nuestra vida tras la muerte, concebida por nosotros como un tránsito, una puerta hacia la otra vida. Sin embargo, hoy queremos meditarla como un mensaje de Jesús para nuestro aquí y ahora, pues con frecuencia, los avatares de la vida nos roban la paz del corazón y la confianza en los valores que profesamos gracias a nuestra fe.

Perder la paz interior nos lleva a vivir los acontecimientos con violencia y de forma esquizofrénica, y se nota cuando entramos en esta espiral pagana, porque vivimos como si no tuviéramos fe. Los cristianos estamos llamados a resolver las situaciones de conflicto de otro modo: los problemas en la familia donde en ocasiones nos vemos desbordados en la relación con la pareja, los hijos, nuestros padres o hermanos; las tensiones en el trabajo con nuestros superiores, compañeros o subordinados; las toxicidades que a veces se producen entre nuestras amistades; el ambiente de desesperación ante situaciones de injusticia, guerra o corrupción social… No nos faltan problemas en nuestra vida, por eso Jesús nos dice hoy “que no se turbe vuestro corazón”.

Te propongo que pongas hoy en oración a todas las personas y situaciones que en la actualidad te turban, te quitan la paz. Ora con ellas y por ellas. Pídele a Jesús Resucitado que te de su paz para que puedas abordarlas de otro modo, con paciencia, con una mirada más calmada, con distancia, de modo que no causen negatividad en ti.

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