Fr. Manuel, con sus casi 87 años y 63 de sacerdote dominico, expresó sus sentimientos de gratitud ante un nutrido auditorio. Es el reconocimiento de un pueblo que encuentra un momento propicio para expresarlo y hacerlo público
En un momento histórico donde las noticias estremecen y los rostros sufridos de nuestros vecinos nos encogen el corazón, necesitamos estas otras buenas nuevas, que entren como aire fresco en el alma y pongan en pie la esperanza
Yarelis Rico, editora de la Revista Palabra Nueva y conductora de la actividad, definió al autor del libro como "sembrador fiel y discreto que ha sembrado en todas las orillas"
Con las palabras de Fr. Manuel les dejamos, ellas transmiten el contenido del encuentro y su espíritu.Se trata de una obra sencilla, publicada con mucho cariño por la Editorial Doce Calles en diciembre del año pasado. Acercándonos a ella tenemos aquella sensación descrita por Irene Vallejo cuando nos dice: “El tiempo de cada lector se alarga por la confluencia entre la realidad tangible y el pasado reconstruido. La máquina del tiempo existe: son los libros”. Al hojear estas páginas podemos ir a varios lugares distantes y existir en tiempos diversos, porque las une una constante: la consciencia del don recibido y el intento de responder a cada llamada, de lo Alto y de la vida, con cierto atrevimiento confiado.
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