Padre bueno,
que manifiestas tu ternura
a todos tus hijos/as.
Enséñanos a acoger a todos
los que están en las orillas de la vida,
y a dejarnos evangelizar por ellos.
Envíanos a anunciar la buena noticia del Reino.
Llévanos donde los hombres y mujeres
necesiten la esperanza, la alegría,
la ternura, el consuelo.
Despierta nuestra creatividad
para inventar gestos solidarios,
y sentarnos todos en la mesa de la fraternidad
que tú nos has preparado,
unidos en caridad y amor.
Amén
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