Señor, sí quiero.
Quiero abandonar la rutina y ponerme en camino hacia Ti.
Tú, Señor, nos has dicho que te escuchemos;
porque tú eres el camino, el centro de nuestros destinos,
el Maestro, el Salvador.
Tú eres el que delante de nosotros,
vas dejando tus huellas
para que te sigamos y te encontremos.
Gracias, Señor, porque sabemos por donde ir.
Gracias, Señor, porque no estamos solos.
Tú nos acompañas; es más, vas delante de nosotros.
Gracias, Señor,
porque nos das a conocer la meta: tu vida.
Esa vida que nos da alegría y esperanza,
porque el corazón humano se llena
de tu gran misericordia.
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