Oh Señor
¿Cómo pueden los hombres verte en la Cruz clavado
y dejarte allí abandonado?
¿Cómo pueden mirarte y no amarte
ni prestar oídos a tus latidos
que llaman con purísimo amor no correspondido
a los hombres qué ingratos, despiadados y llenos de pecados
te hemos, por completo, olvidado o negado?
De Vos, Nuestro Dios, nos avergonzamos
y juntos en la Cruz te hemos colgado.
Tus Santas Llagas nos muestras
como mudo Amor por respuesta
que das Tu Vida por la nuestra.
Tu Precioso Rostro, Señor, ya no reconozco
todo bañado de Sangre y polvo
por Tus Ojos se escapa la vida
pero todavía me miras con ternura infinita
para en plegaria de amor decirme
“No voy a irme, si en Mí tu vives”
Y yo Señor quiero abrazarte
para ocupar el lugar que por mi ocupaste
pues a pesar de ser tan miserable
no quiero ya más permitir este ultraje
A mi Rey vestido de Sangre
¡cómo puedo no amarle!
si frente a Ti vengo a postrarme
para traspasar con mi pobre amor Tu Santa Carne
y así consolarte deshaciendo mi existencia en Ti
para solo en Ti vivir y decirte así, siempre si
Amén.
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