Señor mío y Dios mio,
mientras caigo de rodillas,
en oración, ayuno,
sacrificio y penitencia,
alcánzame y levántame suavemente
para renovarme.
Afirmarme como nada de este
mundo puede afirmarme.
Señor, que mi sacrificio de Cuaresma
me recuerde mi deseo por mi hogar
celestial.
Y que mi exilio me ayude a crecer
en solidaridad con los refugiados,
con todos los pobres de verdad.
Hasta que juntos encontremos el
camino a casa y lleguemos a ti.
Amen
Sor María Pilar.
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