Por otro lado, «al recibir el perdón, en el sacramento que está en el corazón de nuestro proceso de conversión, también nosotros nos convertimos en difusores del perdón: al haberlo acogido nosotros, podemos ofrecerlo, siendo capaces de vivir un diálogo atento y adoptando un comportamiento que conforte a quien se encuentra herido». Esperar la luz de la Pascua en Cristo es «creer que la historia no termina» con «los errores», «las violencias e injusticias», «ni con el pecado que crucifica al Amor».
Ayuno vivido desde la fe
El mensaje de este año lleva por título «He aquí que subimos a Jerusalén». Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad. En la presentación, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha explicado que el Papa lo desarrolla en torno a dos triadas: las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad, emparejadas con las prácticas cuaresmales de «empobrecimiento personal (con el ayuno y la abstinencia), la oración y la limosna».
En el primer apartado, el Santo Padre recuerda que la privación del ayuno, «para quienes lo viven con sencillez de corazón, lleva a descubrir de nuevo el don de Dios». Además de lo prescrito por la Iglesia, «ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones –verdaderas o falsas– y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero lleno de gracia y de verdad».
Aun en relación con la fe, el Papa explica que la verdad de Cristo «no es una construcción del intelecto, destinada a pocas mentes elegidas, superiores o ilustres» sino que es un mensaje que se puede comprender «gracias a la inteligencia del corazón, abierto a la grandeza de Dios» que ama a los hombres incluso antes de que sean «conscientes de ello».
Caridad frente a la pandemia
En el contexto actual, por último, el Pontífice anima a vivir la caridad cuidando «a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia». Esta caridad «es don que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo, hermano. Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad».
El 17 de febrero, informa Europa Press, el Papa dará comienzo a la Cuaresma con la celebración del Miércoles de Ceniza en la basílica de San Pedro en una Misa con limitaciones por la pandemia. En años anteriores, solía acudir a la basílica de Santa Sabina en Roma pero la situación sanitaria lo ha impedido este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.