Los monjes mozárabes que excavaron en la roca arenisca este inusual eremitorio en medio de la Castilla palentina «buscaban la simbiosis entre Dios, el hombre y la creación», asegura José Luis Calvo, delegado de Patrimonio de la diócesis de Palencia. «Además, era muy común en el siglo VIII –fecha de la que data la construcción inicial– utilizar las rocas como refugios naturales», añade.
Aunque desconocidos, hay otros ejemplos en la península ibérica de oratorios y ermitas acondicionados en cueva. «Pero esta iglesia en Olleros de Pisuerga, dedicada a los Santos Justo y Pastor, dos niños mártires hispano-romanos que fueron gran testimonio para los cristianos mozárabes –y que ha conservado el culto ininterrumpidamente– es el mejor conjunto eremítico rupestre de España» y la joya más peculiar del románico de Palencia.
Hasta este rincón, a la margen derecha del río Pisuerga y cerca de la conocida Aguilar de Campoo, llegaron en el siglo X desde el sur de la península unos cuantos monjes mozárabes que, «ante la conflictividad religiosa, política y social de la zona, huyeron de la persecución musulmana y se refugiaron en el norte, aportando estilos arquitectónicos, modas, liturgia y gastronomía a los territorios de la vieja sociedad hispano visigoda», afirma el delegado de Patrimonio. Una de estas aportaciones fue al templo visigótico que se encontraron ya excavado y que adaptaron según sus necesidades, formando celdas, un centro de culto e incluso un cementerio interior.
Ampliaciones durante siglos
La construcción presenta en su interior una planta de tipología habitual, con dos naves rectangulares y una cabecera con dos ábsides semicirculares, «referencia a la doble naturaleza divina y humana de Cristo», explica Calvo. Las naves se separan a través de un pilar cruciforme, que refiere a Cristo, y tres columnas, en alusión a la Santísima Trinidad, «dos de ellas colocadas en época posmedieval». La cabecera del templo está orientada al sur, «nada común en el arte cristiano, y forzada por las exigencias del terreno». La iglesia de los Santos Justo y Pastor de Olleros de Pisuerga tuvo a lo largo de los siglos sucesivas ampliaciones, hasta convertirse en templo parroquial. Las más importantes se realizaron en el siglo XII, época románica, y en el Renacimiento, en el siglo XVI.
Como dato curioso, en la zona en la que se encuentra la iglesia hay una torre-campanario del siglo XVII, construida encima de una roca y que en su base tiene una cueva. Aquí se cree que se encontraba el antiguo baptisterio. La cueva se utilizó para cocer las ollas de las que el pueblo toma nombre.
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