martes, 29 de diciembre de 2020

“¡Dios mío, cómo me quieres Tú!”

 Él, hecho infante,

para que tú seas

hombre perfecto;


Él, atado en pañales,

para que tú quedes libre

de las ataduras de la muerte;

Él, en el pesebre, para que te sientes a su mesa.


¡Qué increíble valor debe tener nuestra vida

para que Dios venga

a vivirla de tal manera!


Pero ¡qué increíble amor

para quererlo realizar! 


Hoy, cerca de la cueva de Belén,

no es día de decir:

“Dios mío, te quiero“.

Es el día de asombrarse diciendo:

“¡Dios mío, cómo me quieres Tú!”


San Ambrosio de Milán (339-397)

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