El día entero ha estado dedicado a trabajar un importante documento “sobre desafíos y renovación de la vida fraterna”. El texto presentado no es muy largo (42 números en seis folios). Aún así, no hemos acabado de aprobarlo, debido a la gran cantidad de intervenciones, bien para enmendarlo, bien para comentarlo, que ha provocado el texto. Prueba de la seriedad con que el Capítulo se ha tomado este tema.
"Nuestro primer testimonio es nuestra alegría en Dios, en el Evangelio y entre nosotros"
El documento consta de varias secciones. La primera se titula “alegría y testimonio”, y comienza con estas palabras programáticas: “nuestro primer testimonio es nuestra alegría en Dios, en el Evangelio y entre nosotros. Domingo era nuestro hermano alegre, a quien rogamos que nos una a los santos”. Conclusión: nuestra predicación será creíble en la medida en que seamos felices. Tras esta declaración, se enumeran las tensiones que pueden socavar la vida fraterna y se proponen caminos para superarlas. Otra sección aborda la cuestión de la itinerancia y la obediencia, animando a una cultura de la movilidad.
Con todo, la sección que ha ocupado más tiempo, y que habrá que continuar trabajando mañana, es la dedicada ala vulnerabilidad y a los abusos de tipo sexual. El Capitulo, además de condenar todo tipo de abusos, va a ofrecer pautas muy precisas para garantizar entornos seguros, y respuestas a los problemas y acusaciones de abuso.
Durante una hora, de 15 a 16, hemos dialogado acerca del prólogo a todas las actas, cuyo primer borrador (redactado por una comisión presidida por fray Felicísimo Martínez) ha sido entregado a los capitulares. Su título, “sinergia vida y misión”, es el eje transversal de todas las decisiones y declaraciones del Capítulo. No se trataba de votar el texto, sino de intercambiar ideas, de manera que quienes han redactado este prólogo puedan incorporar sugerencias y opiniones, y así presentar el sábado por la mañana un texto enriquecido con la aportación de todos.
Capitulares en una sesión de trabajoCapitulares en la presentación del documento
Todos los intervinientes han coincidido en alabar el borrador presentado. Una de las cosas más apreciadas ha sido su realismo. Un capitular ha ofrecido la siguiente idea, tomada literalmente del final de la constitución suiza: “la fuerza de la comunidad se manifiesta en el bienestar del más débil”. Varios se han referido a la profesión religiosa, que está en la base de nuestra identidad de predicadores, y su relación con la ordenación presbiteral.
Fray Guido Vergauwen, Provincial de Suiza, ha ofrecido una documentada homilía sobre las relaciones de nuestra Orden con San Ignacio, e incluso de las posibles influencias de la teología de Santo Tomás en el fundador de la Compañía de Jesús. Ha comenzado comentando un cuadro, que se encuentra en la capilla de San Ignacio del Colegio Saint Michel, de Friburgo, en el que se ve a un san Ignacio, vestido de peregrino, escuchando atentamente el sermón de un dominico. La asistencia a este sermón probablemente le salvo la vida, pues una piadosa e inspirada mujer, que allí estaba, tanto le insistió en que fuera a su casa, que perdió el barco que debía llevarle a Tierra Santa, que terminó hundiéndose.
Como todos los miércoles, después de cenar, hemos tenido un espectáculo musical. Esta vez con la intervención de jóvenes con necesidades especiales (una chica ciega, otros en silla de ruedas). Han interpretado canciones rítmicas modernas en vietnamita, sospecho que, de temática religiosa alusiva a su situación, a juzgar por el título en inglés de la canción interpretada por un muchacho en silla de ruedas: “Dios no cometió ningún error”.
Fr. Martín Gelabert
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.