Queridos hermanos y hermanas:
Seguimos con la catequesis sobre el Padrenuestro para aprender a rezar cada vez mejor. La verdadera oración es la que se realiza en el secreto del corazón; es un diálogo silencioso, como un cruce de miradas entre dos personas que se aman: Dios y el hombre.
Jesús nos enseña a rezar con el “tú”, y no con el “yo”; porque la oración cristiana es confidencial pero también es diálogo. En la oración del Padrenuestro decimos: «Sea santificado tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad». Y en la segunda parte pasa al “nosotros”: «danos el pan de cada día, perdona nuestras deudas, no nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal». La oración cristiana no es individualista, sino que es un diálogo con Dios, desde y con la comunidad de hermanos y hermanas.
El cristiano cuando reza lleva consigo a las personas y las situaciones que vive, y hace propios los sentimientos de Jesús, que siente compasión de cuantos encuentra en su camino. También nosotros cuando rezamos tenemos presentes a aquellas personas que no buscan a Dios, porque Jesús no ha venido a salvar solo a los justos, o a los que se creen justos, sino a los pecadores.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Hay banderas panameñas ahí. Saludo al grupo Valdocco, que está presente y trabaja en zonas marginales por la cultura, por el bienestar de los pueblos. Los animo a pensar cómo es el diálogo que tienen con el Señor y a seguir el ejemplo de Jesús para rezar de forma concreta, recordando a aquellos que tienen a su lado y aman, como también a aquellos que no quieren tanto. Necesitamos aprender de Dios que es bueno con todos.
Que Dios los bendiga. Muchas gracias.
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