lrededor de 70 niñas y adolescentes que estaban a punto de caer en las garras de proxenetas y organizaciones internacionales de traficantes de personas, hoy observan su futuro con optimismo gracias a un programa preventivo basado en principios cristianos, valores humanos, el respeto y la autoestima.
Se trata de Talitha Qum, un proyecto impulsado y dirigido por Blanca Nubia López Rendón, una monja de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor que prefirió hacer algo concreto al observar a niñas y adolescentes explotadas sexualmente, abusadas, embarazadas o en alto riesgo de ser ‘vendidas’ al exterior. En un principio trabajó con sus compañeras de comunidad, luego la ayudó el párroco de San Francisco de Asís ―un barrio marginado― y, por último, recibió el apoyo de la Arquidiócesis de Cartagena.
La situación en el barrio era tan alarmante que algunas familias, por carecer de recursos, echaban de sus casas a las hijas desde los doce años para que consiguieran quién las mantuviera con lo cual se abrían las puertas para su prostitución. Otro problema grave fue el alto número de niñas y adolescentes embarazadas que no tenían como sobrevivir ni ayudar a sus hijos. Adicionalmente ―enfatiza la monja― las que estaban en más alto riesgo de ser vulneradas «eran las niñas huérfanas de papás vivos», es decir, pequeñas a quienes sus padres no les prestan ninguna atención.
Talitha Qum ―expresión de origen arameo tomada de Marcos 5,41 que significa «Niña, a ti te lo digo, ¡levántate!»― adquirió un nuevo aire en 2016 cuando el arzobispo de Cartagena, Jorge Enrique Jiménez, dispuso el apoyo decidido del Secretariado de Pastoral Social y del párroco del barrio, Nelson Serrano. Este apoyo institucional sirvió para obtener más recursos económicos, hacer visible la iniciativa en la ciudad y en el mismo barrio.
La hermana Blanca Nubia dice que los logros de Talitha Qum son tan notables que las 70 niñas y adolescentes de los barrios San Francisco y La María son personas que han crecido intelectualmente porque están terminando la primaria y el bachillerato y algunas aspiran a ingresar a la universidad. También han recibido formación católica y se les ha capacitado en liderazgo para que sean ellas mismas en su comunidad las que promuevan el respeto a la mujer y se empoderen de las acciones para prevenir la explotación sexual y la trata de personas.
Después de cuatro años y medio de vida de la institución se han tenido otros logros muy significativos. Entre ellos se destacan la disminución de las arbitrariedades contra las niñas, la prevención de embarazos a temprana edad y una visión más clara sobre los riesgos de la explotación sexual por parte los menores de edad.
La visita del papa Francisco a este sector de Cartagena en septiembre de 2017 contribuyó de manera sustancial al fortalecimiento de Talitha Qum en Colombia y a su divulgación internacional. Este encuentro también motivó a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y al programa Adveniat, de la Iglesia alemana, a respaldar el proyecto en los últimos dos años.
Paradójicamente, la hermana Blanca Nubia señala que las entidades públicas y las empresas privadas locales no han sido solidarias con una estrategia que busca prevenir el «escandaloso y vergonzoso» turismo sexual de menores en una ciudad muy bella pero socialmente muy desigual.
El escándalo
La Fiscalía y la Policía colombiana lograron desbaratar una red de prostitución que explotaba sexualmente a niñas y adolescentes de esta ciudad. Algunas, manipuladas por proxenetas, vendían sus cuerpos a turistas colombianos y extranjeros que les pagaban en pesos, dólares o euros por un rato de placer en hoteles, islas o lujosas embarcaciones. Otras eran reclutadas o engañadas por traficantes de personas que las ‘vendían’ a redes de delincuentes internacionales que, a su vez, las ubicaban en otros países en donde eran secuestradas y obligadas a prostituirse.
Se estima que por los menos 250 niñas y adolescentes colombianas y venezolanas fueron utilizadas por unas 18 personas que fueron detenidas por las autoridades y que podrían pagar penas de entre 10 y 25 años de cárcel. Las menores abusadas quedaron bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, entidad estatal que se encargará de su recuperación psicosocial.
Curiosamente, al tiempo que se anunciaba este gigantesco operativo, en la misma Cartagena comenzó el rodaje de The Sound of Freedom (El Sonido de la Libertad), una película en la que Jim Caviezel (La pasión de Cristo) interpreta a un exagente de la CIA que viaja a Colombia para rescatar a 127 niños explotados sexualmente. La película, en la que también actúa Mira Sorvino (Poderosa Afrodita), es dirigida por Alejandro Monteverde y producida por el mexicano Eduardo Verástegui. Se estima que estará en cartelera en el primer semestre de 2019.
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