Santiago Cañizares ha sido uno de los porteros más emblemáticos del fútbol español en los últimas décadas. Jugador del Valencia y del Real Madrid, ganó Ligas, Copas del Rey, una UEFA, una Copa de Europa y hasta el oro en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, no pudo hacer nada para frenar la muerte de su hijo Santi, de tan sólo cinco años, que falleció el pasado mes de marzo debido a un cáncer.
El pequeño era uno de los trillizos que ha tenido con Mayte, con quien tiene además otro hija más. Pero lejos de haber caído en el resentimiento o el sinsentido, esta pareja asegura estar contenta porque su hijo está en “un lugar de privilegio”, el cielo.
Vivir la muerte de un hijo de cinco años desde la paz
En una entrevista en la revista Hola, Cañizares y Mayte cuentan cómo vivieron este año y medio de enfermedad y posterior fallecimiento de su hijo. Y para sobrellevar esta situación se refugiaron en la fe.
“El poso que te deja todo esto es entender fundamentalmente que no es un castigo de nadie, que esto tiene que tener algún sentido. Y a partir de ahí todo se lleva mucho mejor”, confiesa el exfutbolista 46 veces internacional con España.
Con la entrevista, aseguran, pretenden ayudar a personas que viven momentos difíciles o similares al suyo. Y por ello, Cañizares quiere que la gente sepa que “si tiene un hijo enfermo, y una situación delicada, o si lo ha perdido y no logrado recuperarse, es imposible que nadie castigue de esta forma”. En su opinión, estos pequeños están en un “sitio mucho mejor”.
Santi es un "hijo de Dios"
Esta familia afirma que se ha apoyado en dos patas: la fe y la familia. “Creemos en que esto no es un castigo de Dios, que los niños que pasan por esto son hijos de Dios, hijos de Dios de los más cercanos y más próximos, y seguro que tienen un lugar reservado cerca de Dios en un mundo muchísimo mejor que en el que están viviendo”, agrega el portero.
Esta fe ha hecho que lleven este sufrimiento muchísimo mejor. “Por suerte tenemos esta fe y esto nos deja mucho más tranquilos”, considera el padre.
La segunda pata en la que se han apoyado ha sido la familia. A juicio de Cañizares, es “importante, que haya amor, y si además tienes la suerte de que sea numerosa, muchísimo mejor”.
Durante el avance de la enfermedad del pequeño Santi, cuenta su padre, “el hecho de que haya muchos más niños en casa es una gasolina fundamental para que a pesar de la dificultad nunca te vengas abajo”.
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