El día de ayer en Washington, fueron detenidos decenas de católicos frente al Capitolio de esta capital, muy cerca de donde hace mes y medio el presidente Trump se unió a la Marcha por la Vida, de las organizaciones católicas de Estados Unidos a favor de la vida y la familia.
Una solución humana
Tras el día nacional decretado por los obispos para apoyar a los “Dreamers” (el pasado 25 de febrero), fieles laicos, religiosos y religiosas realizaron un plantón pidiendo a los congresistas una solución permanente para los “Soñadores”.
Los policías que resguardan el Capitolio de Washington arrestaron a cuarenta personas por actos de desobediencia civil, entre ellas la hermana religiosa dominica Elise García, quien declaró: “Nunca he sido arrestada en mi vida, pero con la bendición de mi comunidad, me uno a otras dos docenas de hermanas católicas y aliadas para arriesgarme a ser detenida como un acto de solidaridad con los maravillosos y hermosos ‘soñadores’ de nuestra nación”.
“A nuestros líderes en el Congreso y en la Casa Blanca les digo ‘arresten a una monja, no a un soñador'”, sentenció García ayer martes, luego de que el lunes pasado, el Tribunal Supremo rechazara una petición del gobierno del presidente Donald Trump para acabar con el programa migratorio conocido como DACA, que protege a los jóvenes que arribaron a Estados Unidos cuando eran niños.
Los conocemos: son nuestros amigos
“Son nuestros estudiantes, sentados en nuestras aulas, son nuestros feligreses, arrodillados en nuestras iglesias”, dijo el padre jesuita Thomas Reese, que también asistió a la manifestación de ayer para presionar al Congreso y encuentre una solución para miles de jóvenes indocumentados.
Las detenciones se llevaron a cabo en la rotonda de un edificio del Senado en Washington mientras pedían a los legisladores que tomen la estafeta y apoyen, legislativamente, a jóvenes indocumentados conocidos como “Dreamers”, en su busca de un camino a la ciudadanía permanente del país del que son miembros desde hace mucho tiempo.
Unos 690.000 “Dreamers” podrían ser deportados, si el Senado no decide algo diferente antes del 5 de marzo, día en que el presidente Trump puso como fin del DACA; aunque se calcula que existen 1.8 millones de jóvenes en esas circunstancias en el país, mismo que se enfrentan a un futuro incierto y angustioso.
Una cuestión moral
El sacerdote jesuita Thomas Reese, expresó en la manifestación de protesta que representaba a los jesuitas de la costa oeste y a otros jesuitas, que saben exactamente quiénes son los “Dreamers”: “Son nuestros amigos, son nuestros colegas que nos han invitado a sus casas”, recordó el sacerdote.
Luego, señalando al edificio del Capitolio de Estados Unidos, donde se reúnen los legisladores., agregó: “es hora de que las personas que trabajan en ese edificio se den cuenta de que se trata de una cuestión moral. Es un asunto de justicia, y el juego político debe detenerse”.
En la rotonda frente al Senado, muchos de los que se arriesgaron a ser arrestados, comenzaron uniendo manos, cantando himnos y rezando. La policía del Capitolio comenzó a advertirles repetidamente que se detuvieran o serían arrestados De los cuarenta arrestos, ocho fueron monjas de las Hermanas de la Misericordia.
Los detenidos fueron esposados y liberados por la tarde de ayer. Se les acusó de conducta desordenada, hacinamiento, incomodidad y obstrucción. Pero no de que no tuvieran razones para protestar.
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