Hoy será conferido el Premio Nobel de la Paz a la Campaña Internacional para abolir las armas nucleares. Tal reconocimiento tiene lugar en coincidencia con el Día de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos y esto subraya el fuerte vínculo entre los derechos humanos y el desarme nuclear. De hecho, empeñarse por la tutela de la dignidad de todas las personas, en modo particular de aquellas más débiles y desfavorecidas, significa también trabajar con determinación para construir un mundo sin armas nucleares. Dios nos dona la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común: tenemos la libertad, la inteligencia y la capacidad de guiar la tecnología, de limitar nuestro poder, al servicio de la paz y del verdadero progreso (cfr. Carta Encíclica Laudato si, 78, 112, 202).
Pasado mañana se desarrollará en París la Cumbre “Our Planet Summit”. A dos años de la adopción del Acuerdo de París sobre el clima, esta tiene la intención de renovar el compromiso para su realización y consolidar una estrategia compartida para contrastar el preocupante fenómeno del cambio climático. Deseo vivamente que esta Cumbre, así como las otras iniciativas que van en la misma dirección, favorezcan una clara toma de conciencia sobre la necesidad de adoptar decisiones realmente eficaces para contrastar los cambios climáticos y, al mismo tiempo, combatir la pobreza y promover el desarrollo humano integral.
En este contexto quisiera expresar mi cercanía a las poblaciones indias golpeadas por el ciclón Okhi, especialmente a las familias de los muchísimos pescadores dispersos; y también a las poblaciones de Albania, duramente extenuada por graves inundaciones
Dirijo mi saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos. En particular a los fieles llegados de Valladolid y Huelva, en España. Saludo a los numerosos grupos de jóvenes y chicos italianos procedentes de Florencia, Carugate, Brembate, Almè, Petosino y Pian Camuno: los aliento a todos a ser alegres testigos del Evangelio.
Les deseo a todos un feliz domingo y buen camino de Adviento, preparando el camino al Señor que viene. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
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