Ante los «momentos complejos» que atraviesa Cataluña, el arzobispo de Cataluña pide «poner ternura» y «evitar la confrontación»
«Sé que estamos viviendo momentos complejos en nuestro país. No podemos ni debemos ser agoreros de calamidades. Debemos trabajar todos para poner ternura y misericordia a nuestro alrededor. Debemos evitar la confrontación, la violencia, el desprecio a los demás».
Son palabras de la carta semanal del arzobispo de Barcelona con motivo de la Virgen de la Merced, Patrona de Barcelona, a la que Juan José Omella pide «cordura para nosotros y nuestros dirigentes, para las familias y los pastores de la Iglesia».
Habla, una vez más, el arzobispo de Barcelona por elevación, sin descender a la situación concreta que atraviesa Cataluña, pero con claridad meridiana sobre cómo debe posicionarse la Iglesia en un momento en que «nuestro mundo está muy necesitado de misericordia, de comprensión y de ternura».
En términos similares se expresaba el cardenal Omella en vísperas del 11 de septiembre, en que se celebra la Diada de Cataluña. El purpurado animó a «todos» a «avanzar por el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de justicia, de libertad y de paz». Y, como plegaria para este año, pidió «que la sensatez y el deseo de ser justos y fraternos nos guíe a todos».
Términos, en muchos casos, idénticos a los que utiliza la nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense del pasado 20 de septiembre. Los obispos de Cataluña, ante el «momento delicado» actual, animan «a todos, especialmente a los laicos cristianos, a ser responsables y comprometidos en la vida pública, para avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz».
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