martes, 11 de noviembre de 2025

Martes de la XXXII Semana del Tiempo Ordinario

Primera Lectura

Lectura del libro de la Sabiduría (2,23–3,9):

Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo, y los de su partido pasarán por ella. En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios, y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción; pero ellos están en paz. La gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad; sufrieron pequeños castigos, recibirán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y los halló dignos de si; los probó como oro en crisol, los recibió como sacrificio de holocausto; a la hora de la cuenta resplandecerán como chispas que prenden por un cañaveral; gobernarán naciones, someterán pueblos, y el Señor reinará sobre ellos eternamente. Los que confían en él comprenderán la verdad, los fieles a su amor seguirán a su lado; porque quiere a sus devotos, se apiada de ellos y mira por sus elegidos.

Palabra de Dios


Salmo 33 R/. Bendigo al Señor en todo momento


Santo Evangelio según san Lucas (17,7-10):

En aquel tiempo, dijo el Señor: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «En seguida, ven y ponte a la mesa» ¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú» ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.»»

Palabra del Señor


Compartimos:

Y agradecidos. Porque el Señor de la vida nos ha venido a traer la vida y seguir sus caminos y obedecer sus mandatos es camino seguro de vida. Por esos somos cristianos, seguidores de Jesús, discípulos suyos. ¿O quizá es que no nos terminamos de creer que seguir el Evangelio es el único camino de vida?


Podemos empezar pensando un poco en lo que son sus mandatos. Jesús no nos puso por delante un montón de mandamientos. La verdad es que sus mandatos son simples, sencillos, fáciles de entender. Hay un mandamiento central: amaros unos a otros como yo os he amado. Toda su vida es explicación de la segunda parte de este mandamiento: el “como yo os he amado”. Vamos a los Evangelios y nos encontramos con un Jesús que se acerca a todos, habla con todos. Pero se acerca de una manera especial a los más pobres y marginados, a los que son el deshecho de la sociedad. Porque ellos son también hijos e hijas amados de Dios. El amor de Jesús se expresa curando, acompañando, escuchando, dando de comer. Y lo cuenta en muchas de sus parábolas. Conclusión: así es como tenemos que amarnos unos a otros. Porque solo ahí encontraremos la vida: en el amor mutuo, en el respeto, en la justicia. En definitiva, en el Reino. Lo que nos propone Jesús es el único camino posible a la vida, a la verdadera vida. Los otros caminos que ha recorrido el hombre a lo largo de la historia no nos han llevado en realidad más que a la muerte (guerra, violencia, odios, envidias).


Trabajar por el Reino en realidad es trabajar por nosotros mismos. Amarnos unos a otros, amar al prójimo como él nos amo, es cuidarnos y amarnos a nosotros mismos. ¿Dónde encontraremos la salvación más que en el amor, la misericordia, el perdón? Por eso, podemos decir con mucha paz lo que Jesús nos dice que digamos: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”: trabajar por el Reino porque es la única forma de encontrar la vida. El resto es perdernos en la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.