sábado, 9 de marzo de 2024

San John Henry Newman

Jesús mío: ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya;

inunda mi alma con tu espíritu y tu vida;

llena todo mi ser y toma de él posesión

de tal manera que mi vida no sea en adelante

sino una irradiación de la tuya.


Quédate en mi corazón en una unión tan íntima

que quienes tengan contacto conmigo

puedan sentir en mí tu presencia;

y que al mirarme olviden que yo existo

y no piensen sino en Ti.


Quédate conmigo.

Así podré convertirme en luz para los otros.

Esa luz, oh Jesús, vendrá toda de Ti;

ni uno solo de sus rayos será mío.


Te serviré apenas de instrumento

para que Tú ilumines a las almas a través de mí.


Déjame alabarte en la forma que te es más agradable:

llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras

en el camino de otras almas.


Déjame predicar tu nombre sin palabras…

Con mi ejemplo, con mi fuerza de atracción

con la sobrenatural influencia de mis obras,

con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti.


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