sábado, 20 de enero de 2024

El Papa Francisco concede tres años de celebraciones en honor de Tomás de Aquino






Desde el 14 de julio de 2023 y durante tres años, la figura del Doctor Angélico, tendrá una serie de citas clave con el objetivo de renovar y ampliar el conocimiento de uno de los grandes Doctores de la Iglesia.

La cita que salta a la vista de todos es la del 18 de julio, cuando en la abadía de Fossanova el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicastero delle Cause dei Santi, estará presenció, como enviado por el Papa en el lugar donde murió santo Tomás de Aquino para conmemorar el 700 aniversario de su canonización.


Las celebraciones comenzaron el 14 de julio, en la iglesia medieval de Santo Tomás de Roccasecca, la primera dedicada al santo de Aquino, donde el obispo de Sora – Cassino – Aquino – Pontecorvo Gerardo Antonazzo inauguró el Jubileo de Santo Tomás.


Indulgencia jubilar

La Basílica Concatedral de Aquino, donde se custodian las reliquias del Doctor Angelicus, ha sido definida “templo jubilar” y, por decreto del Papa Francisco, allí desde el 14 de julio de 2023 hasta el 18 de julio de 2024 se podrá disfrutar de indulgencia plenaria.


Pero es un jubileo, este, que se prolongará. Si en 2023 se celebra el 700 aniversario de la canonización de Santo Tomás de Aquino, en 2024 se conmemorará el 750 aniversario de su muerte, y en 2025 el 800 aniversario de su nacimiento.


Se trata de una ocasión más única que rara para las tres diócesis vinculadas a Tomás: la diócesis de Sora-Cassino-Aquino-Pontecorvo, donde nació Tomás y donde dio sus primeros pasos; la diócesis de Latina, donde se encuentra la abadía de Fossanova, que fue el lugar de su muerte; y la diócesis de Frosinone, donde Tomás pasó un tiempo en el castillo de su familia en Monte San Giovanni Campano.


El Papa Francisco ha enviado una carta a los tres obispos de las diócesis Gerardo Antonazzo, de Sora-Cassino-Aquino-Pontecorvo; Mariano Crociata, de Latina-Terracina-Sezze-Priverno; y Ambrogio Spreafico, de Frosinone-Veroli-Ferentino y Anagni-Alatri, con la que se inician las celebraciones del trienio. A ellos el Papa Francisco confía dos tareas: la “construcción paciente y sinodal de la comunidad” y la “apertura a toda la verdad”.


El Papa Francisco escribe que el Doctor Communis (otro de los apelativos de Tomás) es “un recurso” para la Iglesia de hoy y de mañana, haciéndose eco básicamente de su llamamiento en el Congreso Tomista Internacional del año pasado a ir a redescubrir las raíces de Tomás de Aquino.


“Acompañado”, añadió el Papa, “por la conciencia constante de que las verdades de la fe, partiendo de la Uni-Trinidad de Dios y de la divinidad y humanidad de Cristo, no ‘descansan’ sólo en el intelecto, sino que fundamentan la existencia cotidiana y el compromiso concreto de cada creyente en la Iglesia y en la sociedad”.


Como buen dominico, Tomás se dedicó generosamente a la evangelización, empleándose sin reservas en la oración, en el estudio serio y apasionado, en la impresionante producción teológica y cultural, en la predicación, y respondiendo a las peticiones que le hacían su Orden, las Autoridades eclesiásticas y el mundo civil, y sus propios conocidos y amigos”.


El legado de santo Tomás de Aquino

El Papa Francisco recuerda también que Pablo VI llamó a Tomás “lumbrera de la Iglesia y del mundo entero”, y subraya que honrar a Tomás en profundidad como “fuente siempre viva” significa “concentrarse en el estudio de la Obra de Santo Tomás en su contexto histórico y cultural, y al mismo tiempo atesorarla para responder a los desafíos culturales de hoy”.


En cuanto a la construcción paciente y sinodal de la comunidad, el Papa explica que “la verdadera sinodalidad es crecer juntos en Cristo como miembros vivos y activos del Cuerpo eclesial, estrechamente unidos y conectados entre sí. Una Iglesia cuya dimensión comunitaria se nutre y se manifiesta en la vida sacramental y en la liturgia, en la espiritualidad, en la diaconía cultural e intelectual, en el testimonio creíble, en la caridad y en la preocupación por los más pobres y vulnerables”.


Por lo que respecta, en cambio, a la apertura a la verdad, el Papa Francisco nos pide que la vivamos siguiendo la estela de Santo Tomás, quien -como escribió Juan Pablo II- “amó la verdad de manera desinteresada”.


Sin embargo, para el Papa Francisco, hay que subrayar que el “formidable legado” de Santo Tomás es “sobre todo la santidad, caracterizada por una especulación particular que, sin embargo, no ha renunciado al desafío de dejarse provocar y medir por la experiencia, incluso por los problemas inéditos y por las paradojas de la Historia, lugar dramático y al mismo tiempo magnífico, para discernir en ella las huellas y la dirección hacia el Reino que viene. Pongámonos, pues, en su escuela”.

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