Siempre con Dios en el horizonte. Porque él no defrauda las esperanzas humanas. Este es nuestro paradigma, aunque sea puesto entredicho por las nuevas corrientes posmodernas, en las que Dios no tiene sitio, en las que el hombre se coloca por encima de Dios. "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y para siempre. No os dejéis extraviar por doctrinas llamativas y extrañas" (Hb 13,8)
Este blog quiere transmitir el don de la gracia, el regalo que Dios me ha concedido en mi vocación de Orante-contemplativa en la Iglesia y en el mundo, de manera que puedo decir con San Pablo: Sierva de Cristo Jesús, enviada por vocación, escogida para el Evangelio de Dios (…) por quien recibimos la gracia (cf. Rm 1,1.5). La vida contemplativa nos capacita para estar en el corazón de las cosas, en las raíces profundas del ser humano.
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