martes, 11 de julio de 2023

SAN BENITO, Abad

Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios 2,1-9:

Hijo mío, si aceptas mis palabras y conservas mis consejos, prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia. Él atesora acierto para los hombres rectos, es escudo para el de conducta intachable, custodia la senda del deber, la rectitud y los buenos senderos. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la rectitud y toda obra buena.

Salmo 33,R/. Bendigo al Señor en todo momento

Santo Evangelio según san Mateo 19,27-29:

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús: «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»

Jesús les dijo: «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.»

Palabra de Dios

Compartimos:

en el evangelio de hoy se dice expresamente que Jesús se “compadecía” de ver a la gente “extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor”. Jesús, nuestro modelo, el que nos revela a Dios, la forma de ser de Dios, siente compasión ante los que sufren. De esa manera, nos dice, nos revela, que la principal y primera virtud del cristiano es la compasión. Dice el Diccionario de la Real Academia Española que la compasión es el  “sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien”. Hay que subrayar los tres sustantivos que identifican ese sentimiento: pena, ternura e identificación.


El mismo Diccionario citado entiende que tener pena es tener un “sentimiento grande de tristeza”. Es decir, entristecerse, dolerse. En este caso la tristeza viene de ver, descubrir, el mal del otro. La ternura, en el mismo Diccionario, es el “sentimiento de cariño entrañable”. Aquí nos acercamos a las entrañas, allá de donde salen los sentimientos mejores y peores de las personas. El cariño que sale de ahí es grande, imparable, cambia la forma de ver a la persona a la que se dirige. Se vuelve amor incondicional, sin límite ni medida. Y la identificación es, en el mismo Diccionario, la “acción y efecto de identificar o identificarse”, la capacidad de hacerse uno con el otro, de sentir lo que él siente. Todo eso es tener compasión. Todo eso el significada de esta virtud que caracterizó a Jesús y que debería caracterizarnos a nosotros, los que queremos ser sus discípulos.

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