Carta a un católico novato: aguas bravas en la Iglesia
La primera novedad, a modo de aperitivo, se da estos días. La casa Christie's subasta (por unas 5.000 libras de precio de salida) una carta inédita que Tolkien escribió a mano a un lector inglés, Michael Bell, de Dorset, en 1969. Esta carta no forma parte de las 350 publicadas en 1981 en el recopilatorio de cartas que hizo su biógrafo, Humphrey Carpenter.
En la carta de 1969, Tolkien agradece un poema que recibió de la esposa del señor Bell, da permiso para usar sus topónimos en lengua de los Elfos y felicita a su interlocutor por hacerse católico. Tolkien menciona que él mismo es converso (se hizo católico una semana antes de cumplir 12 años). Aprovecha el tema para alabar a su madre: detalla de ella, con nostalgia, su juventud y belleza, y atribuye su muerte prematura, que sucedió un año después, a hacerse católica. Es algo que Tolkien mencionó otras veces en otras cartas.
A continuación, Tolkien avisa al nuevo católico que la Iglesia "estos días" está en un mar bravo o tempestuoso. El Concilio Vaticano II había terminado en diciembre de 1965, la Revolución sexual golpeó culturalmente en mayo de 1968 y en enero de 1969, tras 4 años de postconcilio había incertidumbres de muchos tipos. Por eso, Tolkien anima a "encontrar consuelo" en los momentos de calma.
A continuación, reafirma que la Iglesia Católica, la de Pedro, cuenta con una protección especial que otras instituciones no tienen, pero matiza que en lo que se refiere a los individuos concretos, la libre gracia de Dios no se les niega.
Pone el ejemplo de su "querido amigo" el escritor CS Lewis, autor de las Crónicas de Narnia, que era un anglicano muy cercano al catolicismo en muchas cosas. Tolkien cita su aceptación de la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Aunque se podría matizar: ¿creía Lewis que había presencia real en las consagraciones que realizaban sacerdotes anglicanos? Tolkien solo podría aceptarlo de aquellos con linajes válidos desde el punto de vista católico, cosa difícil de comprobar. Lewis también era muy cercano al catolicismo en su aceptación de la confesión, más o menos frecuente, con un sacerdote. En cambio, como señala Tolkien, estaba alejado de la devoción a la Virgen y, por su origen protestante irlandés, era bastante anti-papista.
Lewis llevaba ya 6 años muerto cuando Tolkien escribió esta carta, sin duda lo echaba mucho de menos y por eso escribe con humor y cariño, a la vez que regañándole: "él era Papa de su propia iglesia individual y estoy seguro que Dios le aceptó como tal". Al propio Tolkien le faltaban 4 años para morir.
Todo esto se obtiene de una carta manuscrita de 4 páginas. (Copiamos y traducimos sus párrafos sobre religión al final de este artículo).
Reeditan las Cartas de Tolkien, con 50 cartas inéditas
En 1981 el biógrafo oficial de Tolkien, Humphrey Carpenter, en colaboración con Christopher, el hijo del escritor, seleccionó unas 400 cartas que el autor escribió a todo tipo de personas (lectores, parientes, etc...). El hijo hizo una primera selección. No incluyó, por ejemplo, "un cuerpo muy grande de cartas" que Tolkien escribió entre 1913 y 1918 a su novia, y luego esposa, Edith. De esas 400 cartas, por razones de espacio, Carpenter dejó 50 fuera.
La novedad ahora es que en noviembre se publicarán las "Cartas" de Tolkien, con las 400 cartas. Muchas hablarán de su visión literaria; de su mundo de ficción, la Tierra Media, y sus razas; sus trabajos lingüísticos, sus aficiones y amistades y problemas familiares. ¿Cuántas hablarán de religión y espiritualidad? Hay indicios de que Carpenter ya en 1981 tenía un sesgo contra los temas religiosos (era el hijo de un obispo anglicano, y era hostil a la religión).
Así que es posible que cartas que Christopher propusiera y quedaron fuera en 1981 trataran temas religiosos. En sus últimos años (y las cartas de los últimos años, los 60, son las que mejor se conservan) Tolkien reflexionaba mucho para intentar encajar su mitología de fantasía con la teología católica. Por ejemplo, se preguntaba si los orcos tienen alma, libertad y son redimibles: distintas respuestas llevaban a distintos problemas.
Una biografía espiritual sobre Tolkien
Hasta ahora, cuando se ha hablado de la fe de Tolkien, se ha hecho a partir de sus Cartas publicadas, de simbologías y alusiones en sus obras, y algunas declaraciones de sus conocidos y parientes, como su hija Priscilla, que falleció en febrero de 2022.
Ahora, será distinto: la estudiosa Holly Ordway (ella misma conversa, titulada en literatura y fan apasionada del profesor) publica en otoño su libro Tolkien's Faith: A Spiritual Biography, financiado por Word on Fire, el apostolado cultural del obispo de Winona, Robert Barron, él mismo apasionado tolkiniano. La historia detallada y razonada de cómo Holly Ordway llegó al catolicismo desde el ateísmo se ha publicado en español con el título Dios no va conmigo.
Su libro Tolkien's Modern Reading ya mostró su capacidad de rastrear y documentar los hábitos de Tolkien (quien leía todo tipo de novelas, periódicos y otros géneros). Ahora escribe la biografía del escritor desde su vida y pensamiento religioso, a partir de conversaciones con su hija, con otros parientes, documentos inéditos, etc...
En el Catholic Herald inglés, alaba el libro de Ordway el especialista en Tolkien y Lewis Michael Ward, que es además sacerdote católico en el ordinariato para clérigos anglicanos que se hacen católicos (Ward fue capellán anglicano en Oxford muchos años y se hizo católico en 2012 (en San Gregorio de Oxford, donde Tolkien fue parroquiano 20 años) por 7 razones que explica aquí).
"Me hice católico en buena parte por JRR Tolkien", escribe Ward. "Educado como anglicano evangélico en los años 70 para ser extremadamente precavido respecto a los católicos, encontré el mundo imaginativo de Tolkien, la Tierra Media, cautivador", recuerda Ward. "Puesto que Tolkien jugó un papel clave en la conversión de Lewis al cristianismo, deduje que los papistas no podían ser tan malos como me habían hecho pensar".
"Más bien por azar, en el saludo de la paz, la primera mano femenina que pude estrechar como católico de nuevo cuño fue la de Priscilla Tolkien, hija del gran hombre y parroquiana de St Gregory's toda su vida", detalla Ward.
Como experto en literatura, Ward se dio cuenta poco después que en realidad se había escrito poco sobre la fe de Tolkien. Su biógrafo más famoso, Carpenter, por ejemplo, parecía pensar que la fe católica de Tolkien era un accidente emocional ligado al recuerdo de su madre conversa. La biografía de Raymond Edwards de 2014, avisa Ward, relega todo el catolicismo de Tolkien a un apéndice.
El gran libro de John Garth sobre Tolkien y la Primera Guerra Mundial trata muchos detalles pero casi no habla de su fe (Garth se declara ateo). La exposición de 2018 en la Bodleian Library sobre Tolkien apenas mencionaba su religión. En la película biopic de 2019 se trata bien al padre Francis Morgan, su tutor de juventud, pero apenas se muestra algo de la fe de Tolkien.
Un libro bien recomendado
Ward, después de leer el libro de Ordway, declara que es magnífico, "un tratamiento sobrio y basado en hechos de toda su vida desde un punto de vista religioso". Ward alaba el libro, pero se podría aducir que es cura. Pero también lo alaba Garth, que es un investigador concienzudo y, como decimos, ateo declarado: leyendo el libro de Ordway, "aprendí mucho más de lo que jamás pensé que necesitaba aprender".
Por las cartas de Tolkien, sabemos que el joven, al quedar huérfano, fue prácticamente un huésped de los oratorianos (y de su casa de campo). Era acólito en la misa matinal del Oratorio, y también de anciano fue acólito muchas veces.
De San Felipe Neri tomó varios rasgos, como el buen humor y el amor a una alegría risueña -que chocaba con su tendencia natural a la melancolía- y a una conciencia limpia a partir de la confesión frecuente. Sobre el retrato de San Felipe Neri en el Oratorio de Birmingham se lee (y se leía entonces): "Ensalzó a los humildes". Es una frase del Magníficat, y un tema tolkiniano clave: el poder de los pequeños.
En el libro de Ordway aprendemos, por ejemplo, que sentía cercanía por Santa Bernadette de Lourdes. También que en un par de años tras la Primera Guerra Mundial "casi cesó de practicar" su religión. El libro presenta a continuación sus años de "iglesia doméstica" como padre católico de familia numerosa (huérfano de padre desde pequeño, su modelo paterno fue el padre Morgan). En los años complicados del postconcilio, aunque expresaba quejas en privado, animaba a "ejercer la virtud de la lealtad, que de hecho se convierte en virtud solo cuando uno es presionado para desertar".
En total, el cincuentenario de la muerte de Tolkien llega acompañado de muchas novedades que nos hablan de su perspectiva religiosa. Entre ellas, mencionaremos también la creación -aún en su inicio- de una Asociación Tolkien Católica en España, que quiere celebrar misas en su memoria el 2 de septiembre y más actividades el resto del año. (Todos los interesados en la Asociación Tolkien Católica pueden escribir al e-mail tolkiencatolico@gmail.com ).
Me causa gran placer oír que usted se hace católico, aunque subir a bordo de la Barca de Pedro no es estos días, ¡ay!, un viaje a un refugio de paz. El Mar de Galilea está bravo.
Yo mismo, cuando era un muchacho pequeño, fui "sacado de la Tierra de Egipto" por una madre joven, hermosa y dotada. Ella murió a los pocos años, en gran parte debido a la pobreza y los pesares que siguieron a su conversión: el espíritu de Ian Paisley [famoso pastor y político protestante norirlandés especialmente anticatólico, que en 1969 tenía 43 años, nota de ReL] era entonces casi normal.
Uno debe encontrar consuelo en la calma en la tormenta (Mateo 8), pero parece claro que la promesa de que los poderes de la oscuridad (las Puertas del Infierno) no prevalecerán se da solo a esa institución reconocida y ordenada (ecclesia) leal a la Sede de Pedro. Por supuesto, eso no significa que la libre gracia de Dios se le niegue a ningún individuo como tal.
Un caso notable es mi querido amigo CS Lewis, que llegó por grados a una posición completamente 'católica' respecto a Nuestro Señor y especialmente al Santísimo Sacramento (sobre lo cual en cualquier caso decidió que nuestra iglesia tenía razón). Él era de hecho Papa en su propia Iglesia individual, y estoy seguro que Dios le aceptó como tal. Aunque se mantuvo hostil a la Iglesia C.R.
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