Señor, has abierto los ojos de nuestro corazón
para conocerte a ti, Altísimo.
Te rogamos que seas tú nuestra ayuda y
nuestra salvación. Purifícamos con la verdad,
endereza nuestros pasos, que nuestra vida
te sea agradable. Danos vivir en concordia y
paz como se lo concediste a nuestros padres,
que te invocaron con rectitud de corazón.
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