Y también fue el primero en rezar a Dios, preocupado, porque no conseguía volver a su cápsula espacial, la Vosjod 2, flotando a 5 metros de su nave, atado por una correa, durante 12 minutos. En ese momento no podía contar su vida de oración en la antirreligiosa sociedad soviética. Él era cosmonauta, ingeniero, militar en la Unión Soviética, y miembro del Partido Comunista. (como todos los cosmonautas).
Pero también era creyente, cristiano ortodoxo, con poca formación religiosa, pero con la fe sencilla de su familia numerosa y pobre.
Y también fue el primero en rezar a Dios, preocupado, porque no conseguía volver a su cápsula espacial, la Vosjod 2, flotando a 5 metros de su nave, atado por una correa, durante 12 minutos.
En ese momento no podía contar su vida de oración en la antirreligiosa sociedad soviética. Él era cosmonauta, ingeniero, militar en la Unión Soviética, y miembro del Partido Comunista. (como todos los cosmonautas).
Pero también era creyente, cristiano ortodoxo, con poca formación religiosa, pero con la fe sencilla de su familia numerosa y pobre.
Tenía 7 hermanos. Su madre era maestra, y creyente: una vez regañó al pequeño Aleksei cuando lo encontró con un icono de la familia. Rezar era peligroso. Su padre había sido represaliado en 1936, aunque rehabilitado en 1939.
El segundo viaje al espacio de Leónov también fue histórico. Fue el comandante de la mitad soviética de la misión Apolo-Soyuz, con la Soyuz 19, en 1975 la primera misión espacial conjunta entre la URSS y EEUU. Después, fue entrenador de cosmonautas. Anciano, en 2016, inauguró en La Palma (Canarias) el paseo de las Estrellas de la Ciencia (con Stephen Hawking y Brian May, guitarrista de Queen que es además profesor de astrofísica).
Sin formación formal como artista, Leónov era un gran dibujante y pintor. Ya de niño pintaba murales. Había estado en Riga intentando formarse en arte, pero la ciudad era cara para él. Se pasó a la escuela de aviación. Ya astronauta, se llevó lápices y colores al espacio, donde dibujó la Tierra, los astronautas...
Siendo cosmonauta famoso, conoció en 1965 al artista de ciencia ficción Andrei Sokolov: juntos lanzaron 7 álbumes de ilustraciones; uno hacía bocetos, el otro le daba color. Crearon juntos sellos para el Día de la Cosmonáutica en 1967 y para el 15 aniversario de la era espacial en 1972, que fueron premiados ese año en la revista "Ciencia y Tecnología Soviéticas". Es difícil para un artista tener un título más cientifista que ese. En 2004 fue nombrado miembro honorario de la Academia Rusa de las Artes.
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