Llega la noche después de un duro día y tal parece que Dios nos dice: "Descansa, confía y no te preocupes, me estoy encargando de todo, mañana será un día mejor". Buenas noches, que nunca te falte la fe.
Gracias Señor, por el día que termina y por las metas que me ayudaste a alcanzar. Sin tu apoyo no hubiera sido posible. Gracias por el descanso que me permites, por la paz que me das y gracias por la certeza de que mañana tendré otra oportunidad más de estar cerca de ti buscándote con amor.
Gracias Dios por todo lo que me diste hoy. Gracias por la vida, por la salud, por mi hogar y por mi familia que adoro, por estos hijos que nos diste como el mejor regalo de la vida. ¿Qué más podría pedirte? Gracias Señor por tu bondad, por tu presencia en mi vida y por todas tus bendiciones. Amén.
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