¡Virgen Santa, noble reina de los ángeles, esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres nuestra Madre!, Tú que nos pones en comunicación con tu Hijo, que nos das los medios para llegar al Altísimo, te imploramos presentes nuestras peticiones, conformándonos si es la voluntad del Padre.
Dulce María, madre amada nuestra, líbranos de los enemigos de nuestras almas y de los males temporales que nos pueden acechan en la vida, a ti sean nuestros afectos de gratitud y devoción. María, Santa señora, ruega por todos nosotros a tu Santísimo Hijo, nuestro señor y Maestro.
Madre admirable, madre de la divina gracia, verdadero consuelo del que llora, abogada dulcísima de los pecadores, presencia de Dios constante. Ten piedad de todos aquellos a quienes amamos; y por tu inmaculado corazón, Sagrario y Templo de la Santísima Trinidad, ayúdanos a ser mejores creyentes.Amén
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