Señor Jesús, en este tiempo de Adviento te rogamos que nos concedas un corazón vigilante, lleno de esperanza y amor por tu venida. Inflama nuestros corazones Espíritu Santo, para que llenos de valentía, permanezcamos alertas y volcados en amor hacia nuestro prójimo, esperando tu llegada.
Desde el pesebre de Navidad nace una esperanza nueva. En la sonrisa de un Dios que es niño se asoma, frágil, la luz del Reino.
Un niño Dios que necesita cuidados, caricias, atención. Una esperanza nueva que crecerá con el esfuerzo de todos.
Una madre atenta, dispuesta para lo que Dios pide, que no vacila en decir sí y entregar la vida entera.La Madre, del Señor y Madre nuestra. María de Nazareth, camino que conduce al Padre.
Dios que nace en un pesebre, olvidado, a la intemperie.
Vamos a esperar con humildad y gratitud a Jesús de Nazaret porque vive y reina en nuestro mundo.
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