sábado, 12 de noviembre de 2022

Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Lectura de la profecía de Malaquias (3,19-20a):

He aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz. Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.

Palabra de Dios

Salmo 97,R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-12):

Hermanos:

Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros. No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar. Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo.A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.

Palabra de Dios

Santo Evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo:«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.

Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor

Compartimos:

  Esto último sí que nos tiene que preocupar, pues nos afecta directamente. Es señal de que estamos en el buen camino. Jesús no puso paños calientes a su mensaje, ni disimuló su radicalidad. Y por eso afirma: ser de los míos os tiene que suponer dificultades. Y en esos casos nos toca ser testigos, demostrar en dónde tenemos puesta nuestra confianza, por qué valores y estilo de vida hemos optado... Jesús, con su anuncio del Evangelio fue dando claves para poder alumbrar un nuevo mundo:

- Hacer que las personas sean más importantes que las cosas

- Cuidar de la naturaleza como un don de Dios, contando con las próximas generaciones, y no sólo con nuestras necesidades egoístas. No seamos depredadores ni destructores de la misma.

- Aprender a vivir con menos... para que al menos podamos (todos) vivir. ¡Cuánto derroche de recursos!

- Que no falte la solidaridad entre todos los hombres, no sólo con los cercanos o los nuestros

- Poner las bases de la justicia, la verdad y la paz en las relaciones personales y sociales

- No «divinizar» ni absolutizar nada ni a nadie y exigir siempre responsabilidades a nuestros líderes políticos, económicos y religiosos

- No dejarnos vencer por la desesperanza y el catastrofismo. Y ser «perseverantes» y testigos en lo importante, en lo necesario, en lo innegociable

- Buscar lo que nos acerca, lo que nos hermana, lo que nos une y no lo que nos enfrenta

  Y aquí llega San Pablo con la segunda lectura : “Me he enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo”. Es decir: cuando vemos a nuestro lado hambres y guerras, gente que vive sola, niños sin familias, jóvenes atrapados por las drogas, manipulaciones, bulos y vulgaridad, cuando percibimos que tantos hombres hoy no conocen ni experimentan a Dios, cuando el consumo/individualismo/comodidad se han convertido en los nuevos ejes de nuestras sociedades occidentales, cuando falta poner tanto corazón y comprensión a nuestro lado, ¿tú qué haces? ¿Te has visto ya en dificultades por ser de los de Jesús? ¿Te has tomado en serio las Bienaventuranzas y el resto del Evangelio? ¿Te has encontrado problemas con los de tu propia familia por ir contracorriente? ¿Se te han presentado dificultades en tu trabajo por hacer las cosas “como Dios manda”? ¿O tal vez eres de los que andan “muy ocupados” en no hacer nada? ¿Nada? Nada que merezca la pena, nada que cuente en el Banco Interplanetario Celestial donde estamos llamados a tener «un tesoro» en palabras del mismo Jesús? Así salvaremos nuestras almas/vidas.

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