Lectura del libro de las Lamentaciones (3,17-26):
Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión: antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Palabra de Dios
Salmo 129,R/. Desde lo hondo a ti grito, Señor
Santo Evangelio según san Juan (14,1-6):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: «Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.»
Palabra del Señor
Compartimos:
La respuesta de las almas de la derecha al Rey es sorprendente: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber...?". ¡Qué ignorancia e inocencia tan desarmante! Y cuando el Rey les explicó a quién habían estado ayudando en realidad, su única respuesta podría haber sido de sorpresa y deleite: ¡una experiencia "aha"! ¿Qué nos dice esto? Que estos justos no tenían ni idea de que era el Señor a quien habían estado sirviendo cuando cuidaban de los pobres y los necesitados. No ayudaban porque "vieran" el rostro de Cristo en ellos; ni porque la Biblia o la Torá o el Corán les ordenaran hacerlo. Lo hacían simplemente porque les resultaba natural ayudar; porque su corazón estaba lleno de amor y simplemente se desbordaba hacia el prójimo.
Me pregunto si estas almas no estarían más cerca del trono de Dios, ya que compartían la verdadera naturaleza de Dios mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.