Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (3,22-29):
La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que lo prometido se dé por la fe en Jesucristo a todo el que cree. Antes de que llegara la fe estábamos prisioneros, custodiados por la ley, esperando que la fe se revelase. Así, la ley fue nuestro pedagogo hasta que llegara Cristo y Dios nos justificara por la fe. Una vez que la fe ha llegado, ya no estarnos sometidos al pedagogo, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis vestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Palabra de Dios
Salmo 104,R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Santo Evangelio según san Lucas (11,27-28):
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»
Palabra del Señor
Compartimos:
El "Proyecto Placenta Humana" no ha hecho más que empezar a desvelar para nosotros hechos sorprendentes sobre la vida humana en el útero. El fenómeno del microquimerismo fetomaterno nos informa de que no sólo la madre proporciona recursos al bebé prenatal, sino que algunas células fetales del bebé atraviesan la placenta y entran en la circulación de la madre y se integran en el cuerpo de ésta y siguen funcionando dentro de ella incluso después del parto. En otras palabras, existe una relación continua entre la madre y el niño a nivel intercelular, ¡cada uno lleva al otro! Imagina lo que implica para la Encarnación: Que María llevaba la huella de Cristo a nivel celular dentro de ella en todo momento. La mujer del evangelio de hoy tiene razón: Bendita sea María, que concibió, dio a luz y amamantó a Jesús. Pero, como señala Jesús, nosotros también somos bienaventurados: Dado que en la Encarnación Dios ha entrado eternamente en la humanidad a nivel celular, podemos activar en cualquier momento esta pertenencia escuchando la palabra de Dios y haciéndola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.