¡Jesús mío y Dios mío! Haz que tu voluntad impere,
domine y triunfe en todos nuestros actos y en todos
tu hijos, glorificándote en la totalidad de ellos.
Amado Señor; tómanos entre Tus brazos y
concédenos la gracia de que Tu Divina Voluntad reine
en en todos los pueblos y naciones y en todas Tus criaturas.
Dulce Jesús; te suplicamos encierres en Tu dolorosa
herida a todas las voluntades humanas, para concedernos
a cambio la vida que tú nos das y la conciencia
de tanto dolor humano en tu Sagrado Corazón.
Señor nuestro, todos te amamos, sólo queremos
sobre la tierra que reine y se cumpla tu Voluntad,
dominante y Triunfante.
Por lo tanto Dulce Jesús, hagamos un intercambio
de voluntades, nosotros te damos nuestra voluntad
y Tú nos das la tuya, para ser digno y seguir
tu ejemplo de entrega por todos.
Amén.
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