«Señor, otro día mas que es un regalo tuyo constante. Hoy para ofrecerte todo aquello que me ha punzado y causa dolor, por no devolver mal por mal.
Señor, el dolor que hay en mi vida no es comparable al dolor que tu sagrada humanidad tuvo que soportar exclusivamente por nosotros.
Tú, Dios, el Varón de Dolores. Sufriste con tanta paciencia y mansedumbre todo despreció, toda burla, toda injusticia…Supiste hacer la voluntad del Padre aun sabiendo que ibas a morir en una cruz.
Por eso Señor, este día quisiera decirte que soy incapaz de comprender el sentido de la Cruz en mi vida. Mis huesos se agotan, mis miembros me pesan, mi mente se entristece y no sé muchas veces cómo sobrellevar el fracaso.
Soy un ser humano que te quiere seguir y quiere aprender a ser como Tú y ver la vida como Tú.
Por favor lléname hoy de tu Espíritu para que yo pueda comprender plenamente el sentido de las cosas que me pasan y me hacen daño y para que no tema lo inesperado, lo injusto, lo que no es noble y tierno como Tú.
Comprendo Señor que seguirte es esto: “Llevar la cruz” y quiero llevarla, pero con alegría Señor sabiendo que quizá no recibiré en la tierra lo que mi corazón anhela pero con la certeza de que ocuparé un lugar en el cielo junto a ti y todos tus santos. Amén.
Sheila Morataya
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