Señor, Dios mío, aquí estoy ante ti:
Estoy enfermo, Señor, y tú conoces mi aflicción.
Tú conoces mi cansancio; también conoces mis miedos.
Tú que dijiste que venías para los enfermos,
ven a todos los que están sufriendo, Señor Jesús,
y con tu presencia, restablece nuestra fe,
manten nuestra esperanza para no ser confundidos,
haz que nuestro amor sea fuerte para que acepte ser amado
y busque seguir amando.
Señor, en mis noches, sé nuestra luz,
haznos sentir la comunión con todos los santos del cielo.
Te ofrecemos nestro cuerpo, te ofrecemos toda vida.
Somos tuyos, nunca nos dejes.
¡Amén!
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