Este blog quiere transmitir el don de la gracia, el regalo que Dios me ha concedido en mi vocación de Orante-contemplativa en la Iglesia y en el mundo, de manera que puedo decir con San Pablo: Sierva de Cristo Jesús, enviada por vocación, escogida para el Evangelio de Dios (…) por quien recibimos la gracia (cf. Rm 1,1.5). La vida contemplativa nos capacita para estar en el corazón de las cosas, en las raíces profundas del ser humano.
Que aunque no vea,
Sea consciente
del Dios silencioso
Que está a mi lado.
Que aunque no sienta,
Sea consciente
Del Amor Poderoso
Que me sigue obstinadamente.
Que aunque no responda,
Sea consciente
Que Dios—mi Dios silencioso y poderoso,
Espera cada día.
Calladamente, lleno de esperanza, de forma persistente.
Espera cada día, y a lo largo de la noche
Por mí.
solo—Por mí.
Edwina Gateley
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