Padre amado, vela nuestro sueño, me entrego confiado,
como un niño que duerme, feliz entre tus brazos de Padre cariñoso.
En tus brazos, en tu compañía soy dichosa porque siento tu amor
como una fuente de agua donde puedo saciar mi sed de amor,
de confianza, de una esperanza cierta.
Ayúdame a llegar donde Tú quieres que yo llegue, mi Dios amado;
gracias por la dicha de vivir este nuevo día,
porque abriste mis ojos a tu bella creación y porque Tú siempre
me tomas de la mano y guías mis pasos por senderos de amor y paz.
Dame la alegría de servir con humildad y constancia
a todos, sea cual sea, su condición de ser...que
aprenda a escucharlos con respeto y educación
como alguien importante y valioso.
Bendícenos y llena nuestro corazón de la sabiduría
de tu Santo Espíritu para tener el conocimiento claro,
de lo que debo decir y hacer en cada momento,
para no perjudicar a nadie.
Que puedan ver un motivo para pensar o verte en mis
palabras, en la pobreza de mi vida puesta en tus manos,
que cada día renace y florece como una criatura nueva.
. Amén.
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