Espero oír tu voz el resto de mi vida,
quizá sea pedirte mucho
-que me acompañes hasta el final
y exploremos juntos la luz del mundo-
pero es todo cuanto busco.
Dios de amor
Espero que me acompañes antes
y después del mundo,
cuando ya no quede nada aquí
y el destierro sea inevitable.
Dios de amor
Espero sentir siempre tu presencia,
en los océanos o en el desierto,
en el corazón o en la quietud de la tristeza,
allá donde puedas recogerme
con tus abrazos de esperanza.
Dios de amor
En cualquier región de mi destino
espero sentir la llamada de tu amor infinito.
Dios de amor
Ser, sin más, en ti, en tu luz,
vida encontrada, búsqueda
amanecida.
José Manuel Martínez
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