¡Oh Virgen clemente, oh Madre de misericordia!.
Llévanos a la santidad por el camino de la Verdad,
y no toleres nuestros pecados, sino que enséñanos a ser santos.
Que sepamos ver lo que no hacemos bien,
teniendo la clemencia del Corazón de Tu Hijo
para con nuestros hermanos, porque así
como perdonamos seremos perdonados.
Concedemos la paz a cada corazón para
que podamos convivir con respeto y amor mutuo.
Amén.
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