Señor, la ilusión del reencuentro con una vivencia de fe en un lugar sencillo, con ramas de olivo y una cruz en silencio profundo, un espacio que nos motiva con tu presencia por la calles de nuestras ciudades y pueblos nos llena de emoción y confianza.
Tú has pasado con majestad invadiendo corazones por la humildad con que aceptas todo.
Esa mirada de amor y una bendición para todos, perseguidos,los niños abandonados, que te han aplaudido con un alma transparente y puro. los que están sufriendo en las guerras, porque estás en los últimos también en los que no te aceptan como Hijo de Dios Altísimo.
Tu “mirada” derrama misericordia en abundancia y puede limpiar nuestras miradas de tantas oscuridades que nublan el corazón y ensombrecen el rostro humano.
Nos Llamas a enfrentar las preguntas fundamentales del seguimiento ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo y por todos mis hermanos que me has dado con tu amor y entrega?
Desde los gritos de justicia que nacen en tantos lugares de la tierra. Desde la búsqueda insegura de millones de migrantes, enfermos, triste... Eres el Siervo, enviado por el Padre para hacer presente el amor en medio de las calles.
Mucha gente te ha acompañado con nuestra oración de alabanza, de reconocimiento, unidos a la multitud que con ramos y palmas te recibimos con infinita alegría y hemos cantado: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.